Solo hay una manera de cerrar la brecha y vencer la soledad, y es acercarnos al Señor.
Leer | Salmo 25.15-22
12 de mayo de 2015
Sé lo que es el dolor de la soledad. Fui el único hijo de una madre viuda que tenía que trabajar muchas horas para que pudiéramos vivir. También mi vida adulta se ha caracterizado por períodos de aislamiento emocional. Pero Dios nunca me ha dejado solo en medio de tales sentimientos.
El Señor desea que todas las personas se sientan conectadas a Él, y unas con otras. De hecho, podemos ser consolados rápidamente cuando respondemos de manera sabia a la soledad.
El primer paso es establecer una relación personal con Cristo. No es suficiente con creer que existe. El Señor nos creo con la necesitad de compañerismo; por eso es que relacionarnos con Él nos da sensación de unidad.
Segundo, tenemos que reconocer el hecho de que nos sentimos solos. Algunos cristianos creen incorrectamente que no deben ser susceptibles a los sentimientos humanos normales. Pero la Biblia no dice que no sufriremos de aislamiento emocional. No solamente hombres como David y Pablo, sino incluso el mismo Señor, supieron lo que era el dolor de sentirse abandonados (Sal 25.16; 2 Ti 4.16; Mt 26.40; 27.46).
Por último, debemos tener amigos fieles a Cristo, hermanos que reirán, llorarán y se identificaran con nosotros. Pero, sobre todo, necesitamos amigos que nos encaminen siempre a Dios y que oren por nosotros.
No podemos negar los sentimientos de soledad, ni podemos huir de ellos. Una persona que busca maneras de escapar de tales sentimientos solo aumenta la brecha entre el Señor y ella. Solo hay una manera de cerrar la brecha y vencer la soledad, y es acercándonos al Señor.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.