Friday, October 9, 2015

ALIENTO DIVINO EN MOMENTOS DIFICILES | Dr. Charles Stanley

Como hijos de Dios nunca estamos más allá del aliento que nos da el Señor.

Leer | Jueces 7.8-25

9 de octubre de 2015

Ayer leímos la manera como Dios redujo el ejército de Gedeón, de 32.000 a solo 300 hombres, antes de una importante batalla. Hoy veremos lo que pasó después.

Gedeón, sin duda, se sentía ansioso. Iba a atacar a un campamento enemigo de más de 130.000 soldados con solo un puñado de hombres. Pero en este aterrador momento, Dios le dio a Gedeón lo que más necesitaba: aliento.

Dios despertó a Gedeón en medio de la noche, y lo puso en un lugar estratégico para que oyera a un soldado enemigo contar un sueño terrible —¡una visión de la victoria de los israelitas! Esta increíble circunstancia le aseguró a Gedeón que el Señor estaba actuando en su difícil situación. Dios utilizó ese incidente para demostrar su sensibilidad ante el temor de un hombre.

Piense en cuán poderosas son las palabras de aliento de un amigo. Son como una bendición inesperada que nos cae del cielo justamente en el momento más difícil. No se trata de un “afortunado accidente”, sino de palabras preciosas creadoras de confianza, venidas de parte de Dios.

El desafío que tenemos es sencillamente recordar las veces que nuestro amoroso Padre celestial nos dio aliento en el pasado. Confiando en la evidencia de su fidelidad, podemos enfrentar el futuro con valentía, sabiendo que no estamos solos.

Como habitantes de un mundo caído, a veces enfrentaremos angustias, temores y obstáculos al parecer insuperables. Pero, como hijos de Dios, salvados por Jesucristo y seguros en Él, nunca estamos más allá del aliento que nos da el Señor.

Biblia en un año: Mateo 19-21

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