Las cosas no son siempre lo que parecen en la trama de las novelas de misterio y programas de televisión. Sin embargo, algunas veces, nos enseñan a ser prudentes en la vida. Hay muchas personas que toman decisiones basadas en sentimientos, o que juzgan situaciones basándose en lo que parece ser verdad. El Señor nos ha dado a todos los creyentes un espíritu de discernimiento para que podamos determinar qué es lo mejor.
Piense en cuántas decisiones tiene que tomar una persona cada día —en cuanto a familia, finanzas, trabajo, etc. Lo ideal sería que la decisión fuera claramente correcta o incorrecta. Como resultado, elegir sería fácil. En realidad, lo que parece correcto no siempre es lo mejor. Algunas cosas no son malas ni pecaminosas, pero están fuera de la voluntad de Dios para nosotros.
La Biblia no contiene directrices específicas sobre cada escenario posible de la vida, pero sí está llena de principios establecidos en su momento por medio de historias y de enseñanzas directas. Los creyentes tenemos la capacidad de crecer en madurez espiritual, de modo que los principios bíblicos, junto con la guía del Espíritu Santo, se convierten en herramientas para tomar decisiones guiadas por Dios. Lo importante no es si una determinada elección se ve o se siente bien, sino si es o no es la voluntad del Señor.
Un espíritu bien desarrollado de discernimiento es esencial para vivir dentro de la voluntad de Dios. Sin esta sensibilidad al plan del Señor, el hombre o la mujer aceptan las cosas sin verlas tal como son. Por esa razón, debemos evaluar las situaciones desde una perspectiva bíblica.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.