VIVIR EN EL LLAMAMIENTO DE DIOS | Dr. Charles Stanley | 5/31/16
Saber que tenemos un llamamiento del Señor es una cosa, pero vivirlo es otra. Ester llegó a un punto en su vida en que cumplir el plan de Dios se volvió arriesgado y peligroso. El Señor la había puesto en una posición que podía costarle la vida.
Pocos han sido llamados a ser reyes o reinas, pero a todos se nos ha dado posiciones de influencia, de uno u otro grado. El Señor le ha puesto en su familia, comunidad e iglesia para llevar a cabo sus propósitos para su vida en esta generación. Mientras usted respire, Él seguirá realizando los planes que tiene para su vida.
¿Cómo responderá a su llamamiento? Solo tiene dos opciones: cooperar con el plan de Dios o rechazarlo. Tratar de evitar o ignorar las oportunidades que Dios presenta es una forma de rechazo. Quizás el costo de la obediencia parezca demasiado alto, ¿pero qué del costo de la desobediencia?
Al final, cada cristiano encontrará una situación que probará su disposición de obedecer o no a Dios. Cuando llegue ese momento, recuerde la lección de Ester. Si se niega, el Señor usará a otra persona, y usted perderá la oportunidad de responder a su llamamiento. Quizás haya sido puesto en una situación difícil “en este momento” —para influenciar, en el nombre de Cristo, al mundo (vea Est 4.14).
Responder al llamamiento de Dios no siempre es fácil, pero siempre vale la pena. Cada paso revelará la fidelidad de nuestro Señor, animándonos a confiar en Él en la nueva oportunidad que nos presente. A medida que crezca su fe, el tiempo perfecto de Dios se hará evidente, y veremos con gozo y confianza lo que nos espera.
Biblia en un año: Ester 6-10
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