¿Qué palabra usaría para referirse a la adversidad en su vida? Para la mayoría de las personas es una carga pesada e inevitable que les agota, que les quita la alegría y que les impide vivir en paz. Pero los cristianos tenemos la oportunidad de ver la adversidad como un puente que conduce a un futuro glorioso y eterno.
El factor determinante de cómo ver la dificultad depende de nuestra perspectiva. Si nos centramos solo en los aspectos negativos de nuestra vida, perderemos la esperanza. Pero si vemos los problemas con una perspectiva eterna, nuestros pensamientos y actitudes serán transformados.
En vez de dejar que las dificultades nos agoten, mantendremos la esperanza. Al responder con sometimiento a lo que Dios permite, y a la confianza en sus buenos propósitos, nuestro carácter se vuelve más cristocéntrico y nuestra esperanza es restaurada.
La desesperanza de sentir que nuestra adversidad es interminable será reemplazada con nuevas fuerzas. Pablo se vio atribulado, perplejo, perseguido, derribado y amenazado de muerte, pero llamó a todo eso una “tribulación momentánea” en comparación con la eternidad (2 Co 4.8-11, 17).
En vez de ver la adversidad como un ladrón de alegría y un obstáculo en la vida, debemos mirar lo que ella está produciendo para nosotros en el cielo: “un ... excelente y eterno peso de gloria” (2 Co 4.17).
Visualizar los problemas a través del lente eterno es un acto de fe que agrada a Dios. Aumenta nuestra confianza en Él, nos da más pasión por nuestra herencia celestial y nos fortalece para cruzar victoriosos el puente de la adversidad.
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