En nuestro país abundan las iglesias. Dar con una puede ser fácil, pero decidir con acierto a cuál unirse implica más esfuerzo. La Palabra de Dios nos da algunas instrucciones específicas en cuanto a este asunto.
Primero, analicemos el significado bíblico de la palabra “iglesia”. El término ecclesia significa un grupo de personas que han sido llamadas a vivir fuera del esquema del mundo, por la gracia de Dios, con el propósito de congregarse para adorar y servir a Cristo. Efesios 5.29, 30 especifica, además, que los creyentes son el cuerpo, y Jesús es la cabeza de esa congregación.
El plan de Dios para esta santa congregación implica adoración, enseñanza, aliento, evangelización y servicio, tanto a los necesitados dentro de ella como a los que están fuera de sus paredes. Una congregación fuerte y dinámica solo es posible cuando los miembros confían plenamente en la guía del Espíritu Santo. El trabajo de la iglesia debe hacerse en el poder de Él, y con humilde y fiel sometimiento al Señor. Para ayudarle a determinar si una iglesia está siguiendo el plan establecido en la Biblia, he aquí algunas preguntas importantes: ¿Creen sus miembros que la Palabra de Dios es infalible e inerrante? ¿Está la iglesia discipulando a sus miembros? ¿Tiene la congregación algún tipo de programa misionero o de evangelización?
Unirse a una congregación es importante, ya que Dios utiliza a la comunidad de creyentes para alentar a sus hijos. Esas tres preguntas pueden ser útiles para discernir la voluntad de Dios. Escuche al Espíritu, para que le advierta o dirija cuando esté buscando una congregación a la cual unirse.
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