El Todopoderoso se reserva el derecho de revelar algunas cosas y de ocultar otras. A pesar de que no sepamos por qué ocurren desastres naturales, las verdades bíblicas que sí sabemos nos permiten confiar en el Señor aun en momentos de gran sufrimiento. Entre estas verdades están:
Dios tiene el control (Sal 103.19). Nada en el cielo o en la Tierra se encuentra fuera de su gobierno y autoridad. Él no reacciona a los acontecimientos, sino que ordena o permite soberanamente que sigan su curso. Aunque no podemos saber con seguridad si Dios ha enviado o permitido una catástrofe, podemos confiar en su misericordia y su sabiduría.
El Señor ama a las personas y quiere que sean salvas (Jn 3.16, 17). Al haber dado a su Hijo para la salvación del mundo, Dios demuestra sin lugar a dudas que ama a todas las personas. Esta verdad se mantiene firme a pesar de que muchos rechazan al Salvador. Él cuida de nosotros, incluso cuando no podamos sentirlo o no queramos aceptarlo.
Dios ordena o permite los acontecimientos con un propósito (Is 46.10). Aunque no podamos comprender plenamente lo que está haciendo, cada desastre es un aviso a la humanidad. Nos está alertando de la necesidad de que nos arrepintamos, para que los perdidos puedan ser salvos y los salvos vivan totalmente para Él. Las catástrofes abren nuestros oídos para escuchar al Señor.
Aquel que nos ama tiene el control absoluto, haciéndolo todo conforme a su propósito. Saber esto debe llenarnos de esperanza, aun en medio de situaciones de crisis. El Señor promete incluso convertir los desastres en bendición para aquellos “que conforme a su propósito son llamados” (Ro 8.28).
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.