Para ayudarle a entender el concepto de “salvo y seguro”, he aquí tres verdades que expresan lo que el Señor quiere para toda persona:
Dios quiere que toda persona sea salva. Él llama a todo hombre y a toda mujer, pero tiene que haber una respuesta a su invitación. Cuando respondemos a su llamado a la salvación, el Padre nos hace parte de su familia eterna (Ro 10.9-13). Pero si decidimos rechazar al Señor, entonces permaneceremos eternamente fuera de su plan de redención para la humanidad.
Dios quiere que toda persona sea salva por gracia mediante la fe. Efesios 2.8, 9 declara que nuestra salvación es ciento por ciento obra del Señor. Es su plan, su obra, su regalo. Nada depende de nosotros en absoluto, aparte de simplemente recibir el regalo que Él pone a nuestros pies.
Dios quiere que toda persona sea salva por gracia mediante la fe, y que esté segura de la salvación. La falta de certeza puede destruir absolutamente la fe. Si usted no tiene la seguridad de que es salvo, entonces el diablo usará esa semilla de duda para atormentar su espíritu cada vez que sienta que ha hecho algo imperdonable. Pero a los ojos del Señor, no hay nada que sea imperdonable. Él ya ha establecido el plan mediante el cual cada uno de nosotros puede unirse a su familia eterna, y Él quiere que tengamos confianza en nuestra salvación.
Pasajes como Juan 3.16, 1 Juan 5.13 y Efesios 1.13, 14 apuntan a la certeza total con la cual podemos creer en nuestra salvación. ¿Fluctúa su fe con sus sentimientos y sus circunstancias, o está firmemente fundamentada en la Palabra de Dios?
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