Thursday, February 28, 2013

DEBILIDADES CON POTENCIAL


DEBILIDADES CON POTENCIAL              Febrero 28
Y él me ha dicho: te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. 2 Corintios 12.9 (LBLA)
Existe una tendencia universal en el ser humano a esconder sus debilidades. Estamos tristes, pero ponemos cara de alegría. Deseamos llorar, pero contenemos nuestras lágrimas. Nos sentimos abrumados, pero aparentamos estar en control. Luchamos con la depresión, pero buscamos convencer a los demás de nuestro buen ánimo.

Todo esto no hace más que revelar con gran claridad la inmensa importancia que le damos, como seres humanos, a la imagen que otros tienen de nosotros. Deseamos que nos vean como triunfadores, como personas que caminan con paso firme hacia objetivos claramente definidos en sus vidas. Por esta razón nos resistimos, a toda costa, a revelar esas cosas que muestran nuestra verdadera condición de seres frágiles y débiles.

Pablo declara que gustosamente se gloriará en sus debilidades. ¿Se detuvo alguna vez a pensar en lo alocado de semejante declaración? No solamente no hará ningún esfuerzo por esconder sus debilidades, ¡sino que se gloriará en ellas! Lejos de producirle vergüenza, las mostrará como las verdaderas marcas de su dependencia absoluta de Cristo. Francamente, nos resulta incomprensible la actitud del apóstol. No podemos, sin embargo, dejar de sentir en lo secreto de nuestros corazones una admiración profunda por su estilo de liderazgo.

Recorra por un momento la historia del pueblo de Dios. ¿Puede pensar en alguna persona que alguna vez fue utilizada por sus fuerzas y virtudes? Abraham era un anciano incapaz de producir hijos. José era un esclavo olvidado en la cárcel. Moisés era un pastor de ovejas tartamudo. Gedeón era el menor de su casa y, además, pobre. David era un simple pastor de ovejas. Nehemías no era más que el copero del rey. Jeremías era joven e inexperto. Juan el Bautista era un desconocido que moraba en el desierto. Los discípulos eran simples pescadores, hombres sin letras ni preparación alguna. A Pablo, el fogoso perseguidor de la iglesia, deliberadamente lo debilitó el Señor, enviando una espina en la carne que lo atormentaba.

¡Y estos son simplemente los héroes de las Escrituras! ¿Qué diremos de figuras como Agustín, Lutero, Wesley, Hudson, Taylor, Moody, Spurgeon, o tantas otras figuras que marcaron profundamente la historia del pueblo de Dios? Todos ellos, sin excepción, fueron útiles porque permitieron que sus debilidades fueran el medio por el cual Dios expresó su gloria.
Para pensar:
No trate de disimular sus debilidades. No busque esconderlas, ni pierda el tiempo justificándolas. Cuando usted las tapa o esconde, buscando hacerse fuerte, Cristo pierde poder en su vida. Hágase amigo de sus debilidades. Ellas son la puerta para que toda la plenitud de Dios se manifieste en su vida.




Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

Wednesday, February 27, 2013

LA VOZ DE DIOS


LA VOZ DE DIOS             Febrero 27
Jehová volvió a llamar a Samuel. Se levantó Samuel, vino adonde estaba Elí y le dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate le respondió Elí. Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. 1 Samuel 3.6–7
Hay dos observaciones interesantes que se desprenden de este incidente en la vida del joven Samuel. En primer lugar, podemos afirmar que la voz con la cual Dios le habló al niño era tan parecida a la voz de Elí, que él llegó a confundirlas. ¡Solamente en las películas Dios habla con acento de España, y su voz retumba y resuena por los aires! En la vida real, las maneras en que Dios nos habla son fácilmente confundibles con las voces de otros, o aun con nuestras propias voces.

En segundo lugar, debemos detenernos un momento en la frase «Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada». Lo que vemos aquí es la descripción de un novato, una persona que estaba iniciando el proceso de aprendizaje que eventualmente lo convertiría en el gran profeta y juez de Israel.

Entender esto es importante. Hay un sentir en el pueblo de Dios de que la espiritualidad es algo que se hereda, o que se puede adquirir por la imposición de manos. Muchos creyentes andan de reunión en reunión buscando ese «toque» especial o esa «unción» que les convertirá automáticamente en grandes varones o mujeres de Dios. Se han convencido que la grandeza de las ilustres figuras en la historia del pueblo de Dios tenía que ver con alguna visitación especial hacia sus personas, o la posesión de algún don extraordinario que los apartaba de otros seres normales como nosotros.

La verdad es que la vida espiritual es algo que se cultiva por medio de un proceso disciplinado. Al igual que en el desarrollo del cuerpo físico, mucho del crecimiento espiritual que ocurre en nuestra vida depende de elementos que realmente no controlamos. A veces, ni siquiera entendemos las misteriosas operaciones que resultan en la transformación de nuestro corazón. Lo que sí es claro, es que hemos sido llamados a caminar en fidelidad con nuestro Dios y debemos permitir que él nos vaya conduciendo hacia la madurez.

En este sentido, no hay grandes saltos, ni avances repentinos. Ocasionalmente experimentamos visitaciones extraordinarias de su presencia, pero el crecimiento espiritual normal en nuestras vidas es producto de un proceso lento y pausado. A esto se refería el autor de Hebreos cuando escribía: «el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal» (Heb 5.14). Tome nota de la frase «por el uso». Otras versiones lo traducen «por la práctica». Sea cual sea la traducción, todas apuntan a un proceso de aprendizaje que incluye aun el equivocarse, como lo hizo el joven Samuel.
Para pensar:
Alguien alguna vez observó: «Todos quieren ser algo en la vida; pero nadie quiere crecer». ¿Qué pasos está tomando para entender mejor los misterios de la vida espiritual? ¿Cómo «practica» para que sus sentidos estén ejercitados para discernir entre el bien y el mal?



Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

Tuesday, February 26, 2013

SOLAMENTE ADMINISTRADORES


SOLAMENTE ADMINISTRADORES      Febrero 26
Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, él también bautiza, y todos van a él. Respondió Juan: No puede el hombre recibir nada a menos que le sea dado del cielo. Juan 3.26–27
Hacía 400 años que no se había visto en Israel un profeta con un mensaje como el de Juan el Bautista. Su aparición, a orillas del río Jordán, rápidamente atrajo a personas de toda la región. Con el pasar de los días y las semanas, grandes multitudes acompañaban al profeta.

Todo esto cambió cuando apareció el Mesías. Con su llegada, había concluido la misión del Bautista, y al poco tiempo las multitudes acompañaban a Aquel que había sido bautizado por el profeta. Los más leales seguidores de Juan veían con tristeza cómo la gente lo abandonaba y se le acercaron para instarlo a tomar cartas en el asunto. Detrás del reclamo de los discípulos de Juan estaba la convicción implícita de que Jesús se estaba robando la gente que el profeta había ganado con su propia predicación.

En la respuesta de Juan el Bautista vemos una de las razones por las cuales Cristo elogió tan profundamente su vida. Juan entendía que una persona no se «gana» nada por sus propios méritos, ni tampoco con sus esfuerzos. Todo lo que él recibió vino del Padre, cuyo corazón es uno de inmensa misericordia. Sabía que la multitud le fue prestada por un tiempo, pero que en cualquier momento el Padre podía quitársela porque no era, en definitiva, del profeta, sino de Dios. Por esta razón no opuso resistencia, ni tampoco se llenó de amargura cuando la gente empezó a congregarse alrededor de Cristo.

Muchas veces, como pastores, actuamos como si las vidas de las personas nos pertenecieran. Nos tomamos la atribución de imponerles nuestros planes y gustos, y decidimos sobre ellas como si fuéramos sus amos. La gente, sin embargo, se resiste a este tipo de trato y ¡bien pronto demostrarán su insatisfacción!

Cuán diferente era la actitud de Juan. Lejos de amargarse, el profeta actuó con el desprendimiento y la generosidad de quien tiene un genuino interés por los demás. Cómo oponerse a la fuga de las personas, ¡si les convenía mil veces estar cerca de Cristo que de él!

El líder maduro siempre va a buscar lo que más le conviene a su gente, aun cuando esto le quite «prestigio» a su propio ministerio. Tendrá presente que, así como los hijos le son confiados a los padres por unos años, también su gente le ha sido prestada por un tiempo. Tienen libertad para moverse y actuar conforme a lo que entienden es la voluntad de Dios para sus propias vidas. Aun cuando se equivoquen, el líder respetará esa libertad que Dios también le ha otorgado a él mismo.
Para pensar:
¿Cómo actúa cuando le da sugerencias a la gente que pastorea? ¿Qué reacciones tiene cuando ellos rechazan sus consejos o escogen un camino diferente al señalado? ¿Qué evidencias hay de que su gente tiene plena libertad para hacer lo que quiera? ¿Qué cosas puede hacer usted para cultivar más esta libertad en ellos?


Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

Monday, February 25, 2013

MUÉSTRATE COMO EJEMPLO

«MUÉSTRATE COMO EJEMPLO»     Febrero 25
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4.12
La juventud es una etapa de ideales. El joven observa el mundo y denuncia con fervor las injusticias e incongruencias que ve a su alrededor. Cree que puede lograr cambios donde otros han fracasado o claudicado. De igual manera, en la iglesia, muchas veces el joven demanda que se le escuche y reconozca en la congregación. Con frecuencia estas demandas están teñidas de una falta de ternura y respeto por los que están a su alrededor.

Pablo valoraba a los jóvenes. A Timoteo, que parece haber tenido un carácter tímido, le mandó que no permitiera que otros despreciaran su juventud. Pero tome nota del método que el apóstol le propuso para lograr el respeto que él necesitaba. Era por medio de su comportamiento ejemplar.

Es precisamente en este aspecto donde la mayoría de los jóvenes fracasan. Tienen fuego y pasión para hacer conocer sus opiniones, pero no tienen la clase de vida que respalde sus sugerencias. Son capaces de enumerar con facilidad los errores que ven en la vida de los demás y no se dan cuenta que esta es la parte más fácil de encarar un problema. Aún no han transitado el camino de la vida, lo que les permitirá aportar soluciones reales y prácticas para las dificultades que enfrenta el hombre.

Pablo animó al joven Timoteo a que no recorriera el camino de las discusiones y los argumentos. Seis veces, en sus dos cartas, le advirtió que no haría avanzar el plan de Dios con las muchas palabrerías. Sí lo animó, en lugar de esto, a que cultivara la clase de vida que se gana el derecho a ser escuchado.

Para el líder joven, este es un desafío duro. Debe aprender que identificar los errores de la iglesia o de los líderes aporta muy poco en la implementación de un cambio profundo y perdurable. El desafío es demostrar, con el comportamiento, que existen otras alternativas. Cuando yo era aún soltero, con cuánta facilidad señalaba los errores que habían cometido mis padres. Pero luego me casé y, a su tiempo, llegaron mis propios hijos. ¡Bien pronto comencé a ver que la teoría de «cómo ser un buen padre» no era tan fácil de llevar a la práctica! Y no solamente esto, también me encontré cometiendo los mismos errores que en otro tiempo había denunciado como inadmisibles.

El joven que asume el desafío de cultivar una vida donde su conducta y su pureza están a la vista, será tomado en cuenta sin siquiera buscar ese reconocimiento. La razón es sencilla: las teorías abundan, pero ¡la vida habla más fuerte que las palabras!
Para pensar:
El autor y poeta inglés, Oscar Wilde, una vez observó: «En este mundo, los jóvenes siempre están dispuestos a compartir con sus mayores el pleno beneficio de su inexperiencia». Sin duda un comentario irónico, pero no sin su verdad. Si usted es joven, ¡deje que su vida hable más fuerte que sus palabras!


Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

Tuesday, February 19, 2013

BASTANTE TE HE AFLIGIDO; NO TE AFLIGIRÉ YA MÁS.

19 de Febrero
“Bastante te he afligido; no te afligiré ya más.” Nahum 1:12.

Hay un límite para la aflicción. Dios la envía y Dios la quita. ¿Acaso suspiras y dices: “cuándo acabará”? Recuerda que nuestras congojas acabarán segura y finalmente cuando termine esta pobre vida terrenal. Esperemos quietamente, y acatemos pacientemente la voluntad de Dios hasta que Él venga.

Mientras tanto, nuestro Padre en el cielo retirará la vara cuando Su designio al usarla esté plenamente cumplido. Cuando Él haya azotado nuestra necedad, no habrá más golpes. O, si la aflicción fuere enviada para probarnos, para que nuestras gracias glorifiquen a Dios, acabará cuando el Señor nos haya conducido a dar testimonio para Su alabanza. No queremos que la aflicción se vaya mientras Dios no haya extraído todavía todo el honor que podamos rendirle.

Hoy podría haber “una grande bonanza”. ¿Quién podría saber cuándo esas furibundas ondas darán paso a un mar de cristal, y los pájaros marinos se posen sobre las delicadas olas? Después de una prolongada tribulación el flagelo es colgado y el trigo descansa en el granero. Podríamos, antes de que pasen muchas horas, ser tan felices como ahora estamos tristes. Para el Señor no es difícil convertir a la noche en día. Él, que envía las nubes, puede con igual facilidad limpiar los cielos. Tengamos buen ánimo. El futuro será mejor que el pasado. Cantemos Aleluya en anticipación
La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román




Spurgeon, C. H. (2008). La Chequera del Banco de la Fe. Bellingham, WA: Logos Bible Software.

Monday, February 18, 2013

LO QUE MARCA LA DIFERENCIA


LO QUE MARCA LA DIFERENCIA    Febrero 18
David respondió a Saúl: «Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre. Cuando venía un león o un oso, y se llevaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, lo hería y se lo arrancaba de la boca; y si se revolvía contra mí, le echaba mano a la quijada, lo hería y lo mataba».  1 Samuel 17.34–35
No hay duda que David demostró singular valentía frente al desafío que presentaba el gigante de Gat. Todo un ejército acobardado había experimentado día tras día la humillación de escuchar el reto del filisteo, proferido con abundantes insultos contra los israelitas y su Dios. Solamente el joven pastor se había animado a responder.

Sin perder de vista esta tremenda demostración de coraje, miremos por un momento la explicación que David ofrece al rey Saúl. No era la primera vez que se enfrentaba a situaciones adversas. Muchas veces, mientras pastoreaba las ovejas de su padre, había tenido que defenderlas del ataque de un oso o un león. De modo que hacerle frente a situaciones de extremo peligro no era algo desconocido para David.

Es precisamente en este detalle que encontramos un importante principio de liderazgo. David ahora saldría a pelear frente a todo un ejército que observaría con suma atención la hazaña del joven pastor. Este era su primer combate en público. La preparación para este momento, sin embargo, había transcurrido en completa soledad, solamente en presencia de sus ovejas. David se proponía ahora hacer lo que muchas veces había hecho en privado, a solas.

El líder que aspira a ser efectivo en público debe cultivar las cualidades que necesita para ministrar efectivamente, cuando está a solas. Lo que somos en público solamente impactará la vida de las personas que nos observan, cuando esté respaldado por una vida secreta de devoción y compromiso lejos de la mirada de las multitudes.

Es por esta razón que muchos líderes no logran más que hacer pasar un buen momento al pueblo de Dios. Su ministración puede ser muy llamativa, pero carece de impacto porque su vida no posee ese grado de santidad y compromiso que solamente se puede cultivar fuera del ámbito público. Vivir en los lugares secretos de la vida, una experiencia intensa con Dios es lo que hace la diferencia en el ministerio, aun cuando los demás jamás vean esas vivencias personales. El peso espiritual de una persona, sin embargo, lo perciben todos aquellos que tienen cierta sensibilidad espiritual.

El Espíritu, que es el que realmente toma nuestro esfuerzo y lo usa para tocar la vida de otros, solamente fluye a través de esas personas que viven una vida de comunión permanente con Dios, y no en aquellos que solamente practican la santidad cuando están en el ojo público.
Para pensar:
¿Cómo es su vida cuando está a solas y nadie lo está mirando? ¿Hace las mismas cosas que hace cuando otros le están observando? La verdadera persona no es la que ven los demás, sino lo que usted es en su vida secreta. ¿Qué pasos puede tomar para cerrar la brecha entre lo que usted es en público y lo que es en privado?


Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

Friday, February 15, 2013

PERSEVERAR EN LA ORACIÓN


PERSEVERAR EN LA ORACIÓN       Febrero 15
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar.
Lucas 18:1
La falta de perseverancia en la oración es uno de los problemas más comunes que enfrentamos en la vida espiritual. Esto es particularmente así en estos tiempos en los cuales estamos acostumbrados a la gratificación instantánea de nuestros deseos. Aunque nos proponemos, una y otra vez, buscar mayor crecimiento en esta disciplina, pareciera que requiere de una disciplina extraordinaria avanzar en esta dirección.

Hay dos cosas que, según la parábola que contó Jesús, pueden ayudarnos a no desmayar en la oración. En primer lugar, debemos creer en lo válido de nuestra petición. La viuda tenía una convicción inamovible que su causa era justa y que por eso debía insistir en buscar una solución. Sospecho que en esto, muchos de nosotros no creemos demasiado en lo que estamos pidiendo. Pedimos una o dos veces lo que deseamos del Padre, pero frente a la falta de resultados, abandonamos rápidamente el pedido que, hace apenas unos días, creíamos indispensable para nuestra vida.

En segundo lugar, debemos tener convicción de que la respuesta va a venir, aunque pueda haber, a nuestro entender, una demora en el tiempo de la respuesta. La viuda no se daba por vencida porque creía que realmente iba a obtener una respuesta a la situación que estaba exponiendo ante el juez injusto. Por un tiempo tuvo que convivir con la indiferencia de este hombre, pero lo terminó agotando con su continuo pedido. Aunque Cristo señaló que nuestro Padre Celestial de ningún modo posee las mismas cualidades que el juez injusto, debemos, de todas maneras, superar el obstáculo del aparente silencio de Dios. Es solamente una convicción profunda en la bondad de Dios y su deseo de bendecir a sus hijos lo que nos va a sostener cuando aún la respuesta no haya venido.

Se hace evidente, entonces, que para cultivar este tipo de oración debemos superar las peticiones tibias y esporádicas que muchas veces elevamos al Señor. Dick Eastman, un hombre que ha enseñado y escrito mucho sobre la oración, comparte esta observación sobre el tema de la persistencia: «Muchos piensan que orar con persistencia significa tener que esperar semanas y aun años para una respuesta. Aunque esto es verdad en ocasiones, no es siempre así. Una persona puede hacer una oración persistente en un cuarto de hora. Las oraciones largas no necesariamente son oraciones persistentes. Mucho más importante que esto es cuán intensamente oramos. Nuestras oraciones deben ser intensas. Cuando uno ora con un sentimiento intenso de humildad -entremezclado con una profunda dependencia de Dios- aprende la definición de lo que es oración perseverante».
Para pensar:
¿Es posible que muchas de las cosas que podrían estar aconteciendo en su congregación estén demoradas por falta de oración? ¿Cuáles son las cosas por las cuales usted siente verdadera pasión? ¿Cuáles de estos temas alimentan su vida de oración? ¿Qué cosas le llevan a desistir de seguir orando por algo? ¿Cómo puede cultivar mayor perseverancia en la oración?


Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

Thursday, February 14, 2013

¿De qué clase de amor estás hablando?


¿De qué clase de amor estás hablando?      Febrero 14



Lectura bíblica: 1 Corintios 13:1–13



Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. 1 Corintios 13:13

A las tres, señala a la persona en tu familia que con más frecuencia canta cuando está prendida la radio. A la una, a las dos, a las tres. ¡Señala!

Tu familia es inusual si no tiene a alguien que canta en la ducha, en el auto ¡o en tu oído! Estoy seguro de que ni siquiera esperaste a contar hasta tres para señalar con el dedo a esa persona.

Ahora contesta esta pregunta: ¿Qué cantos canta tu cantor?

Es muy probable que cante acerca del amor. Porque si prendes la radio o la TV de día o de noche, no puedes escaparte del amor. Las mayoría de las estaciones de radio lo cantan, lo dramatizan —con frecuencia melodramatizándolo— en las novelas, lo hacen objeto de chistes en los programas cómicos y lo ridiculizan los comentaristas burdos. Esto es lo que oyes:
•     “Si no puedes estar con el que amas, ama al que está contigo”.
•     “Te amo por lo que haces por mí”.
•     “Si de veras me amas, demuéstramelo”.
•     “Quiero tu amor. Necesito tu amor (Oh chiquita, chiquita, chiquita)”.
En el devocional de ayer dijimos que el amor verdadero es cuando la salud, la felicidad y el crecimiento de la persona que amas es tan importante como los tuyos propios. Pero, ¿cómo se manifiesta eso en el diario vivir? ¿Puedes pensar en algunos ejemplos concretos que chicos y grandes pueden imitar?
Algunas ideas:
•     Si te parece razonable que tu hermana comparta contigo sus juguetes, libros, ropa o discos compactos, el amor requiere que tú compartas lo mismo con ella.
•     Si esperas que tus maestros te traten con respeto, el amor requiere que tú los trates con respeto y no hables mal de ellos a otros estudiantes.
•     Si crees que tus padres te tienen que llevar a todos los lugares donde quieres ir, el amor requiere que tú hagas tu parte para alivianar la carga de ellos.
En la mayoría de las situaciones, la acción cariñosa no es difícil de identificar. Simplemente ponte en el lugar de la otra persona y pregunta: “¿Qué es lo que más desearía si fuera esa persona?”. Cuando encuentres la respuesta, el amor requiere que hagas todo lo que puedas para satisfacer ese deseo, según tengas oportunidad y la habilidad de hacerlo.


PARA DIALOGAR: ¿Cómo puede el hecho de que Dios te ama ayudarte a hacer que la salud, felicidad y el crecimiento de los demás sea una prioridad en tu vida?


PARA ORAR: Padre, danos un amor por los demás que sea como tu amor por nosotros.



PARA HACER: Piensa seriamente en algo bueno que quisieras que alguno hiciera por ti. ¡Ahora sorprende a alguien haciéndolo por él o ella!



McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

Tuesday, February 12, 2013

VER COSAS MALAS Febrero 13



VER COSAS MALAS    Febrero 13



Lectura bíblica: Salmo 141:4



No dejes que mi corazón se incline a cosa mala, para hacer obras perversas. Salmo 141:4


Si fueras un elefante, podrías detectar el peligro en el suelo o en el aire simplemente por mover la trompa.  Si fueras una mosca, podrías fácilmente detectar un matamoscas usando los 4.000 lentes en tu ojo.  Si fueras un pez, podrías sentir a un predador aun antes de verlo por medio de un órgano de sentido especial llamado línea lateral.

Pero ésta es la pregunta importante: ¿Puedes reconocer un peligro espiritual cuando te acecha? ¿Puedes detectar cuándo está por aparecer una situación que te puede hacer daño?

Estás en casa o en la escuela o con tus amigos, y de pronto te sientes tentado a hacer algo que no debes. Cederás aun antes de saber qué sucedió. A menos de que estés atento para percibir las cosas malas, tendrás problemas en poder alguna vez reconocer y elegir lo correcto que corresponde hacer.

Hay tres maneras muy importantes de ser más sensible a los peligros espirituales, de desarrollar tus sentidos a fin de percibir lo malo antes de que te tome por sorpresa:
1.   Estudia la Biblia. La Palabra de Dios muestra cómo reconocer la diferencia entre lo bueno y lo malo. Cuando Tonia se sentía confundida en cuanto a cómo llevarse bien con una compañera difícil, buscó en la Biblia para ver qué decía acerca de amar a otros. La ayudó a ver lo malo antes de actuar de un modo que entristeciera a Dios.

2.   Escucha al Espíritu Santo. No es la intención de Dios que estés solo cuando necesitas detectar lo malo. Miguel se sentía incómodo cuando estaba con sus amigos y ellos se zafaban y se metían en líos. A menudo sentía como si alguien le estuviera diciendo que se retirara de esa situación desagradable. Pero le llevó tiempo comprender que no era únicamente su cabeza lo que le hablaba. Era el Espíritu Santo impulsándolo a huir del mal.

3.   Entrega tu corazón a Dios. Las tentaciones son más fuertes cuando no hemos decidido si vamos a obedecer a Dios o no. Hasta que Carla se decidió por fin a tratar mejor a su hermanito, no sentía el peligro. No veía la diferencia entre lo bueno y lo malo. Decidirse realmente a hacer lo bueno resultó que fuera para ella más fácil detectar el mal y hacer el bien.
Dios quiere que estés vigilante para percibir el mal. Déjale que te enseñe a ver lo malo por lo que realmente es: ¡un peligro para ti!


PARA DIALOGAR: PARA DIALOGAR: ¿Qué puedes hacer para estar más consciente del mal a tu alrededor? ¿Cómo pueden ayudarse los unos a los otros a permanecer vigilantes?



PARA ORAR: Señor, ayúdanos para que nuestro corazón no se sienta atraído por el mal. Ayúdanos a detectar las cosas malas antes de que nos venzan.



PARA HACER: ¡Practica estar en guardia para percibir las advertencias de Dios de que estás por hacer algo malo!



McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

Monday, February 11, 2013

TIENES AMIGOS EN LUGARES MUY EXTRAÑOS Febrero 11


TIENES AMIGOS EN LUGARES MUY EXTRAÑOS          Febrero 11

Dondequiera que Elena miraba, veía dos tipos de chicos. Había un núcleo pequeño, exclusivo, popular. Y después estaban todos los demás, un montón de perdedores patéticos.

Elena sabía que quería ser parte del núcleo exclusivo, y evitar ser vista jamás con alguien del grupo de excluidos. Tenía miedo de contagiarse de lo patético de los perdedores o de lo que fuera que los hacía perdedores. O que alguien sacara una foto de ella con una barra de perdedores. Elena estaba decidida a evitar a todos los perdedores… y pusilánimes… y debiluchos… y bobos… y asegurarse de que nada arruinara nunca su fama de perfecta excelencia.

Sería maravilloso si los cristianos nunca pensaran en las consecuencias de ser amigos de gente que otros rechazan. Pero con frecuencia nos preocupa que los demás nos desprecien si nos hacemos amigos de los que el grupo exclusivo desprecia. Quizá uno de tus mayores temores es que te vean con gente marginada.

Créelo o no, Jesús luchó contra la enorme presión de andar con el núcleo exclusivo. Siendo un maestro judío, se suponía que sólo tenía que ser visto en compañía de otros maestros y de gente realmente religiosa.
Un grupo llamado los fariseos estableció reglas especialmente duras acerca de la gente apropiada y la gente inapropiada con quien asociarse. Pero Jesús arrasó con el código de ellos. Comió con los cobradores de impuestos. Tocó a un leproso. Le habló a una mujer samaritana, una prohibición doble porque era extranjera y también mujer. Llegó a conocer todo tipo de gente del grupo de los despreciados. Como resultado, Jesús fue llamado “amigo de publicanos y de pecadores” (Lucas 7:34).

Pero Jesús no le hizo caso al menosprecio de los fariseos. Al final de cuentas, muchos de sus amigos más fieles eran del grupo de los despreciados. Mateo, un aborrecido cobrador de impuestos, fue uno de sus 12 apóstoles. Y María Magdalena, una mujer a quien Jesús había librado de siete demonios, fue una de las pocas que no lo abandonaron durante la crucifixión.

Amar a todos como Dios ordena significa brindar nuestra amistad a los que quizá no son aceptados por los demás. Significa brindar nuestra amistad del modo que Jesús nos brindó la suya. Al final de cuentas, Jesús nos escogió para ser sus amigos; y en realidad no somos perfectos, ¿no es cierto?


PARA DIALOGAR: ¿Qué te costaría ser como Jesús al mostrar tu amistad a personas fuera de tu grupo actual? ¿Cuáles serían las posibles recompensas, para ti y para otros?



PARA ORAR: Pídele a Dios que te ayude a brindar tu amistad a alguien que la necesita, sin importar a qué grupo pertenece.



PARA HACER: Programa una ocasión para juntarte con alguien que por lo general evitas.



McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

Friday, February 8, 2013

ACORTAR DISTANCIAS FEBRERO 8


ACORTAR DISTANCIAS  Febrero 8

Antes bien, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres, pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; aman los primeros asientos en las cenas, las primeras sillas en las sinagogas, las salutaciones en las plazas y que los hombres los llamen: «Rabí, Rabí».     Mateo 23.5–7
Una serie televisiva para niños, muy conocida en toda América Latina, tenía un personaje que le decía a los demás: «¡Dígame licenciado!» Cuando los otros le concedían el deseo, se mostraba sumamente gratificado. No era más que una tontera. Y sin embargo reflejaba algo que en nuestra cultura latina nos gusta mucho: hacer alarde de nuestros títulos y logros.

Cristo, en este pasaje, señala comportamientos similares en los fariseos. Amaban todo aquello que remarcara la diferencia que los separaba del resto del pueblo. Lo demostraban usando flecos más largos que el pueblo, ubicándose siempre en los primeros lugares en las reuniones, y procurando cruzarse con la gente para escuchar el agradable sonido de su título, «Rabí, Rabí». Con todo esto, dejaban en claro que ellos no pertenecían al pueblo, sino que estaban en otra dimensión espiritual de la vida. Su comportamiento, en lugar de acercarlos al pueblo, creaba la ilusión de que una gran distancia los separaba de la gente de la calle.

El líder sabio entiende que la distancia es enemiga del ministerio eficaz.  Nadie transforma vidas desde un púlpito. El verdadero impacto de un líder se hace sentir cuando camina con su gente y quienes lo rodean tienen la oportunidad de examinar de cerca su andar.  Cuando se mezcla con ellos y entiende las realidades con las cuales luchan, su ministerio cobra matices misericordiosos y prácticos, fundamentados en una perspectiva real de la vida.

Esto es tan importante, que el célebre educador Howard Hendricks, en su libro Las siete leyes del maestro, lo enumera como uno de los principios fundamentales de la educación. «La palabra comunicación -escribe Hendricks- viene del latín “comunis”, que significa común. Antes de que podamos comunicarnos debemos establecer lo que tenemos en común, lo que es universal entre nosotros. Cuanto más cosas tengamos en común [con los que enseñamos] más grande será el potencial para la comunicación».

Como líder, deseche todo lo que le pueda marcar como diferente a su gente. Rechace los títulos, los lugares de honor, la vestimenta distintiva y el trato preferencial que otros le quieren dar. Nuestro corazón rápidamente se acostumbra a estas cosas, pero rara vez contribuyen a que tengamos mayor autoridad con el pueblo. Procure identificar todo aquello que pueda servirle a usted para acortar las distancias entre su persona y la gente a quienes ministra. Esto le dara amplia entrada en sus vidas y le permitirá una inversión mucho más eficaz.

Para pensar:

A veces nos escudamos con el argumento: «yo no quiero que me traten de esta manera, pero la gente insiste». Cristo no solamente dijo que no llamemos a otro «licenciado», sino también que no dejemos que otros nos llamen «licenciado». Es su responsabilidad educar a los demás en este tema. Usted no quiere que ellos piensen que usted es especial. Su tarea es mostrar que sólo Uno es especial, el que está sentado sobre el trono y reina soberano.



Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

Thursday, February 7, 2013

PROSEGUIR HACIA LA META FEBRERO 7


PROSEGUIR HACIA LA META      Febrero 7

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3.13–14
Para que apreciemos el peso de esta frase de Pablo, es necesario que recordemos que Filipenses es una de las últimas cartas que escribió, mientras aguardaba en la cárcel de Roma el veredicto de la justicia. La declaración es extraordinaria porque el apóstol llevaba al menos 20 años de trayectoria en el ministerio, y estaba en todo su derecho a descansar en sus logros.

Nos llama la atención, por lo tanto, que su orientación fuera tan claramente hacia el futuro. Con el avanzar de los años es común que pasemos cada vez más tiempo meditando en el pasado, recordando victorias obtenidas y experiencias vividas. Pero, en especial nuestra mente, vuelve una y otra vez a lamentar las oportunidades perdidas, los errores cometidos, las situaciones que no resultaron como esperábamos.

Si bien es importante mirar para atrás ocasionalmente, simplemente para reconocer el camino recorrido y celebrar la mano de Dios que ha obrado a favor nuestro, lo más importante es mirar hacia el futuro. Nadie puede caminar hacia el frente si está mirando en la otra dirección. Por esta razón, Pablo dice que se olvida de «lo que queda atrás».

El apóstol delata en esta frase que su esperanza estaba firmemente puesta en el futuro. No estaba condicionado ni atado por el pasado. No importa cuales hayan sido las experiencias que le tocó vivir, el anciano apóstol entendía que lo mejor estaba por delante. Y con esa convicción proseguía, con paso firme hacia la meta que Dios había puesto delante de él.

Como líderes, es importante que también miremos hacia adelante. No podemos dejar que las dificultades y el sufrimiento del pasado determinen cómo vemos el futuro. No podemos, tampoco, vivir de los logros que el Señor, en su misericordia, nos permitió conseguir en el pasado. Para los que estamos en Cristo, la vida crece siempre hacia la expresión máxima de su plenitud. Lo mejor está por delante.

Aun en tiempos de absoluta crisis, podemos fijar la vista en el futuro para cobrar ánimo en medio de la tormenta. Cristo, cuando estaba en Getsemaní, en medio de esa agónica lucha por sujetarse a la voluntad del Padre, consiguió levantar los ojos y ponerlos en el gozo que estaba puesto delante de él (Heb 12.3). Habiendo realizado esta acción, pudo soportar la cruz y todo lo que ella implicaba, con un espíritu sereno y confiado. Esto habla de cuán poderoso puede ser en nuestras vidas el resultado de una actitud espiritual correcta.

Para pensar:

El gran evangelista Dwight Moody, dijo una vez: «Estoy avanzando hacia una luz que brilla, y cuanto más me acerco más brilla». El pasar de los años hace que lo que estaba lejos, cuando éramos jóvenes, se vea cada vez con mayor nitidez y hermosura. ¡Esto debe animarnos a seguir adelante con nuevas fuerzas!





Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.

Wednesday, February 6, 2013

APOYO CONDICIONAL FEBRERO 6


APOYO CONDICIONAL       Febrero 6

Fueron, pues, Moisés y Aarón, y reunieron a todos los ancianos de los hijos de Israel. Aarón les contó todas las cosas que Jehová había dicho a Moisés, e hizo las señales delante de los ojos del pueblo. El pueblo creyó, y al oir que Jehová había visitado a los hijos de Israel y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron. Éxodo 4.29–31
No había sido cosa fácil para el Señor convencerlo a Moisés de volver a Egipto para liberar a Israel. Con muchas argumentaciones, el patriarca había mostrado su resistencia a aceptar la misión que Dios le proponía. Finalmente claudicó, pero con poca convicción de su llamado. Cómo debe haber alentado su corazón, entonces, este recibimiento inicial por parte del pueblo. Relataron cuál era su misión y la gente los recibió con entusiasmo, uniendo sus corazones al proyecto.

¡Cuán diferente es la recepción que les dio el faraón! Los echó del palacio y ordenó que se duplicara la carga laboral de los esclavos israelitas. Tome nota de lo rápido que se esfumó el entusiasmo y el apoyo de Israel hacia Moisés y Aarón. Ni bien se encontraron con el pueblo, los israelitas exclamaron: «Que Jehová os examine y os juzgue, pues nos habéis hecho odiosos ante el faraón y sus siervos, y les habéis puesto la espada en la mano para que nos maten» (Ex 5.21).

Como líder, seguramente usted habrá experimentado muchas veces situaciones similares. Recuerdo, hace muchos años, un proyecto de construcción en el cual estaba involucrado con otro pastor. Los hermanos de la iglesia recibieron con entusiasmo la propuesta y prometieron su apoyo. Pero al poco tiempo perdieron los deseos de seguir trabajando y quedamos unos pocos para sobrellevar el grueso del esfuerzo.

Sepa usted que esta reacción es normal en el pueblo de Dios. Ellos no son perseverantes por naturaleza y fácilmente se desaniman. Pero no se enoje con ellos por esto. Si fueran perseverantes serían ellos los líderes y no usted.  La tarea de mantenerles animados y firmes con la mano en el arado es suya. Cómo pastor usted ha sido llamado a infundirle ánimo a su gente y a avanzar con firmeza aun cuando hayan perdido la esperanza.

El gran ejemplo de este rol pastoral es Nehemías. El trabajo de reconstruir los muros lo enfrentó a interminables dificultades y pruebas, y muchas veces el pueblo quería «tirar la toalla». Pero Nehemías, usando una diversidad de estrategias, los animó a seguir hasta que el proyecto estuviera completo.

Este ánimo no se imparte castigando y condenando al pueblo por su falta de compromiso. Más bien usted debe darles ejemplo de perseverancia en medio de las dificultades, para que puedan imitar su fe. Anímeles con paciencia y cariño a seguir en la tarea y verá que se le van sumando, a medida que usted muestra su compromiso de no echarse atrás.

Para pensar:

Note que Moisés también se desanimó (Ex 5.22–23). Pero tiene una característica que marca al verdadero siervo. Llevó su desánimo al Señor.  Y el Señor le dio Palabra para poder seguir adelante. Usted necesita hacer lo mismo. Presente su desánimo al Señor y permita que él le vuelva a encender la esperanza y la fe, dándole la gracia que necesita para seguir adelante con los proyectos que él ha puesto en sus manos para este tiempo.



Shaw, C. (2005). Alza tus ojos. San José, Costa Rica, Centroamérica: Desarrollo Cristiano Internacional.