Solo el Señor sabe lo que es mejor para usted, déjese llevar y confíe en que la decisión de Él será el mejor camino.
Leer | Salmo 130.5-8
3 de agosto de 2015
Saber esperar por el momento correcto es fundamental para un hijo de Dios. Sin embargo, confiar en el tiempo de Él cuando no se tiene una dirección clara, o cuando las necesidades son apremiantes es extremadamente difícil. Porque queremos acción, esperar en Dios parece una actitud muy pasiva.
Esperar en el Señor significa hacer una pausa para recibir instrucciones en medio de las circunstancias que atravesamos. Es enfocarnos intencionalmente en Dios —la decisión de tener un corazón tranquilo que espera escuchar su voz y ver su intervención. La espera no es para que los hechos se produzcan como queremos, sino se haga la voluntad de Dios.
La voz del Señor viene a menudo por medio de su Palabra. Porque la Biblia es su libro de instrucción para nuestra vida, la silenciosa meditación en ella es esencial. A veces, cuando la leo, un pasaje me salta a la vista. La dirección que estoy buscando esta allí, casi como si mi nombre estuviera escrito en ella.
En algunas ocasiones, Dios cambiará una situación para dirigirnos en otra dirección o motivará a otra persona para que nos aconseje y oriente. Sin embargo, recuerde siempre que cualquier voz que nos ofrezca dirección, debe armonizar con la voluntad del Señor revelada en su Palabra; de lo contrario, no es de Él.
El primer paso es esperar en el Señor, acatando su decisión en cuanto a cómo y cuándo actuará. ¿Cuál es su esperanza en cuanto a lo que Dios hará? ¿Está buscándole con afán, o buscando solamente lo que quiere de Él? Puesto que solo el Señor sabe lo que es mejor para usted, déjese llevar y confíe en que la decisión de Él será el mejor camino.
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