El Señor tiene abundancia de bondad y bendiciones para sus hijos, y somos bendecidos ricamente con “gracia sobre gracia”.
Leer | Colosenses 1.6-12
15 de agosto de 2015
¿Alguna vez se topó usted con una oportunidad que superó con creces sus expectativas? ¿O tal vez encontró un tesoro que nadie sabía que existía? El tema de las riquezas no previstas que aparecen en situaciones inverosímiles se menciona en todas las clases de literatura. El Señor Jesús utilizó ese tema en su historia del hombre que encontró un tesoro escondido en un campo. Al parecer, nadie más sabía de su existencia, por lo que lo escondió rápidamente y se fue corriendo a toda prisa para comprar la nueva propiedad (Mt 13.44).
Los creyentes han heredado un tesoro inmenso llamado la gracia de Dios. Por años, la gran riqueza de la gracia puede permanecer un poco escondida de nuestra vista, pero al buscar sus verdaderas dimensiones nos asombramos al descubrir lo ricos que somos. Esto es lo que Juan quiso decir cuando exclamó: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia” (Jn 1.16).
Pablo describe estas sucesivas bendiciones en Colosenses 1. Podemos ser llenos del conocimiento de la voluntad de Dios “en toda sabiduría e inteligencia espiritual” y entonces podremos agradar al Señor “en todo” y “[llevar] fruto en todabuena obra”. Además, seremos “fortalecidos con todo poder” y, de esa manera, ser capaces de tener “toda paciencia y longanimidad” (vv. 9-11, énfasis añadido). Efectivamente, el Señor tiene abundancia de bondad y bendiciones para sus hijos, y somos bendecidos ricamente con “gracia sobre gracia”.
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