No estorbar a Dios
Busque la voluntad de Dios antes de brindar ayuda compasiva, para no estorbar su plan.
Leer | Mateo 16.21-23
30 de agosto de 2015
Los creyentes estamos llamados a ser compasivos (Col 3.12), pero debemos mostrar discernimiento cuando practicamos bondad. A veces, al intervenir en la vida de alguien podemos estorbar a Dios. Aprendí esta lección a base de errores. En el pasado, intervenía cuando el Señor estaba tratando de llamar a alguien a una vida de dependencia espiritual; ofrecía consuelo cuando nuestro Padre celestial intentaba que un creyente afligido buscara su consuelo; y sacaba a una persona de su problema antes de que ésta aprendiera la lección de Dios, por lo que poco después acababa en la misma situación. Hoy día, he aprendido que es mejor orar antes de actuar de acuerdo con mis sentimientos de empatía.
Pedro, también, dejó una vez que sus sentimientos ofuscaran su discernimiento. Su intento de interferir en el plan divino de Jesucristo fue una experiencia que probablemente nunca olvidó. Aunque Pedro sabía exactamente quién era Jesús —el Mesías, y el Hijo del Dios vivo (Mt 16.16)—, tenía también conceptos erróneos judaicos sobre la misión del Mesías. Muchos israelitas esperaban un rey que acabara con la dominación romana.
Por tanto, Pedro se negó a aceptar los anuncios de Jesús acerca del juicio, el maltrato y la muerte que le esperaban. Al tratar de convencer al Señor de que no cumpliera con la voluntad de Dios, fue reprendido por el Señor Jesucristo. La prioridad del Señor era liberar los corazones —en vez de los cuerpos— de la tiranía del pecado. La percepción equivocada de Pedro lo llevó a una clara rebelión. No cometa usted el mismo error. Busque la voluntad de Dios antes de brindar ayuda compasiva, para no estorbar su plan.
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