Como pastor, la gente me pregunta cómo tomar la decisión correcta en circunstancias difíciles. Lamentablemente, veo que muchas personas cometen errores en este aspecto.
Por ejemplo, algunas personas oran a toda prisa; le piden al Señor que las dirija, pero no escuchan su respuesta. En vez de eso, toman su propia decisión y confían en que Él la bendecirá. Sin embargo, esperar que Dios bendiga lo que no es de Él, llevará a desaprovechar lo mejor que tiene para nosotros. Para evitar ser decepcionados, debemos estar conscientes de varios escollos que impiden escuchar la dirección de Dios de manera precisa.
Primero, esté consciente de los deseos carnales. Los deseos no son malos, pero se vuelven peligrosos cuando consumen nuestros pensamientos. Con el tiempo, podemos creer que el resultado que deseamos es la voluntad de Dios, cuando en realidad Él nos está diciendo algo diferente.
Segundo, tenga cuidado con los consejos desacertados. Hasta los amigos cristianos más bienintencionados pueden llevarnos en la dirección equivocada. Debemos procurar con diligencia el consejo de quienes caminan con el Señor Jesús y están anclados en su Palabra.
Tercero, tenga cuidado cuando se sienta impaciente, inseguro o presionado de alguna manera. Estas emociones pueden llevarle a tomar decisiones imprudentes, sin tener en cuenta lo que el Señor tiene para usted. La paciencia es difícil, pero la voluntad perfecta de Dios siempre vale la espera.
Tome la decisión de seguir la dirección de Dios. Para ello, limpie su corazón, pida orientación, espere y escuche.
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