En una tormenta de nieve, lo familiar desaparece de nuestra vista porque los remolinos nos oscurecen la visión. Las dificultades producen el mismo efecto en nuestra mente. Crean emociones fuertes que nublan nuestra capacidad de pensar. Felizmente, Dios nos ha dado algunas promesas para ayudarnos a encontrar el camino en medio de las pruebas.
1. El Señor se ha comprometido a instruirnos. Si esperamos en Él, nos dará entendimiento en cuanto a nuestra situación. Sin embargo, su instrucción puede sorprendernos, ya que sus caminos no son como los nuestros (Is 55.8, 9). Por ejemplo, si alguien nos lastima seriamente, el Espíritu de Dios nos recordará que la venganza es del Señor; lo que nos corresponde a nosotros es vivir en paz con ellos (Ro 12.17-19).
2. Dios ha prometido enseñarnos cómo aplicar la verdad que Él nos ha dado. Mientras meditamos en la Palabra de Dios, su Espíritu revelará lo pertinente de algún pasaje bíblico a nuestro problema. Por ejemplo, supongamos que estamos ante alguien que nos hace una petición de dinero que no nos parece razonable. ¿Cómo debemos responder? Dios puede decirnos que cubramos esa necesidad, e incluso que demos más para ayudar a esa persona (Mt 5.40, 41).
3. El Señor ofrece guía al vigilarnos. Por ejemplo, cuando la familia recibe visitas en su casa, uno de los padres puede usar una serie de miradas para guiar calladamente el comportamiento de un niño. Del mismo modo, el Espíritu Santo nos impulsa para guiar nuestras acciones y decisiones.
¿Qué aguas turbulentas está usted tratando de navegar? Aprenda cómo hacerlo valiéndose de estas promesas de Dios.
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