Tenga como norma orar por ella cada día, y contactarla a menudo.
Leer | Éxodo 20.12
9 de mayo de 2015
“Honra… a tu madre” no es una sugerencia, es un mandamiento que no tiene excepciones. Dios estableció esta directriz para el pueblo de Israel, porque un hogar respetuoso era crucial para el futuro éxito de la nación. Lo mismo cuenta para nosotros hoy. Dios nos bendice cuando respetamos a nuestras madres con palabras y acciones.
Ámela incondicionalmente.Estamos llamados a amar a nuestra madre como Dios lo hace. Él no puso condiciones a su amor por nosotros con expectativas y requisitos que debíamos cumplir primero. Nos prodigó su amor aun siendo pecadores (Ro 5.8).
Perdónela compasivamente. Puesto que no existen madres perfectas, tendremos que perdonarlas. Si su madre parece dura o poco afectiva, demuéstrele compasión. Ella puede haber experimentado sufrimientos siendo niña, que hirieron su espíritu.
Recuérdela con gratitud. Dé gracias a su madre en este Día de las Madres por todo lo que hizo por usted cuando era niño. Pero no deje que eso termine ahí. No hay nada más doloroso que sentirse olvidado. Haga espacio para ella en su apretada agenda. Después de todo, ella hizo innumerables sacrificios por usted.
Trátela con amabilidad. Deje saber a su madre que ella es valorada. Tómese el tiempo para escuchar con atención sus palabras, y ayúdela cuando tenga alguna necesidad.
¿Se siente amada por usted? ¿Qué puede hacer usted para poner una sonrisa en su rostro? Como adultos, es fácil distanciarnos de nuestras madres, pues la vida se vuelve muy ocupada. Tenga como norma orar por ella cada día, y contactarla a menudo.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.