A veces, nuestras oraciones están más llenas de dudas que de confianza. Sabemos que, para que Dios responda nuestras peticiones, ellas deben armonizar con su voluntad. Por tanto, preguntarnos si estamos orando de acuerdo con su voluntad puede hacernos tropezar, y ante la incertidumbre, caer de vez en cuando.
La voluntad de Dios es que todos tengamos una vigorosa relación espiritual con Él por medio de su Hijo Jesucristo. Eso significa conocer al Padre con una intimidad cada vez mayor, y ser cada vez más y más como el Señor Jesús. Al centrar usted sus oraciones para tener este tipo de relación con el Señor, se le hará más fácil saber qué decir al orar. Simplemente, consiga un pasaje que diga algo sobre el carácter de Dios, y utilice esas palabras tanto para usted como para otros. Como resultado usted:
Podrá orar con confianza, porque Dios quiere que sus hijos sean como Jesucristo.
Podrá orar con seguridad, porque sabe que Él hará su voluntad en nuestra vida.
Podrá cooperar con el Espíritu Santo mientras Él obra para desarrollar la misma cualidad en usted.
La oración no es como un juego donde tenemos que adivinar cuándo hablar con el Señor, o sobre qué. La Biblia está llena de atributos de Dios y de sus deseos. Elija uno, y comience a orar. La oración ataca al espíritu orgulloso, al corazón endurecido y a la mente incrédula. Por tanto, ore buscando la voluntad de Dios, y vea cómo le cambia la vida.
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