Mateo 25.14-28
Como dice el pasaje de hoy, el Señor nos da capacidades y recursos, y desea que los usemos bien. Uno de estos regalos es el tiempo.
Para manejar bien nuestros días, debemos revisar el día que acabamos de vivir: ¿Qué actividades elegimos? ¿Cuánto tiempo tomó cada una? ¿Cuáles fueron los resultados? Esta disciplina revelará qué es lo más importante para nosotros.
Al mirar de cerca nuestras evaluaciones, podemos determinar lo que guía nuestras decisiones en cuanto al uso del tiempo. Algunas personas simplemente reaccionan la mayor parte del día a circunstancias. Saltan de una cosa a otra, respondiendo llamadas telefónicas, reorganizando estantes, o haciendo cosas que se les presenten en el momento. Pero este estilo de vida no es bueno.
Otras personas usan su tiempo de acuerdo a sus deseos. Quieren relajarse, por lo que al llegar a casa se dedican a ver televisión, o a disfrutar de un pasatiempo. Tales deseos no son malos, pero no deben guiar la mayor parte de nuestras acciones.
Felizmente, también hay personas que viven de acuerdo con lo que consideran importante. Amar a Dios y servir a los demás, por ejemplo, son dos valores bíblicos que deben determinar lo que hagamos con nuestro tiempo.
Si usted hace una lista de sus actividades y calcula el tiempo que le dedica a cada una durante la semana, se sorprenderá al ver cuáles tienen más peso.
Cada momento es un regalo; por tanto, aparte unos minutos cada noche para planificar. Después, reexamine la manera cómo utilizó las últimas 24 horas. Esto le ayudará a vivir con propósito.
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