Wednesday, August 30, 2017

El proceso de la fe | Dr. Charles Stanley | 8/30/17

Santiago 2.14-17

Expresamos fe todos los días, en toda clase de situaciones. Creemos que llegaremos al trabajo a salvo, o nunca nos meteríamos en el auto. Creemos que nuestro amor durará toda la vida, o nunca nos casaríamos. Creemos que nuestra silla favorita soportará nuestro peso, o nunca nos sentaríamos en ella. La fe fluye de nosotros todo el tiempo, incluso cuando no tiene nada que ver con Dios.

Pero hay un proceso que moldea nuestra fe —una progresión que convierte el asomo de fe en una acción medible. Primero, comienza en la mente. Pensamos en el asunto, lo mantenemos en la mente y visualizamos no solo la necesidad sino también la solución.

Segundo, comenzamos a hablar del asunto con otras personas y con el Señor. Hablar sobre el asunto con alguien en quien confiamos es una manera para entender mejor lo que está sucediendo, reunir nuevas ideas y procesar la información.

Luego, después de hablar del asunto, tenemos una idea mejor de lo que está involucrado. Esto nos lleva al tercer paso, en el que emprendemos la acción. Debemos hacer algo. Si la fe no produce un resultado medible, entonces algo estuvo mal, y necesitamos buscar la ayuda de Dios. La fe que nunca va más allá de la mente o de la conversación no logra nada. Pero cuando el proceso de creación de fe da lugar a la acción, no importa qué tan sencilla sea esta acción, comenzamos realmente a ver el poder del Señor.

¿Está usted luchando con un problema de fe? Pida a Dios sinceramente que le muestre si se ha atascado en alguna parte del proceso.

Monday, August 28, 2017

Cómo medir nuestro crecimiento espiritual | 2 Pedro 3.17-18 | 8/28/17

En muchos lugares del mundo, hay personas que van a la iglesia, inclinan la cabeza para orar y escuchar predicaciones, pero que lamentablemente no están creciendo espiritualmente.

Es muy común que los creyentes hagan esto para cumplir con sus obligaciones cristianas. Pueden cumplir con todo, pero no tienen una relación con el Señor Jesús. Para florecer espiritualmente, tenemos que ser salvos, lo cual sucede en el momento que Dios nos hace personas nuevas al limpiarnos del pecado y adoptarnos como suyos. Sobre esa base podemos comenzar a crecer. Pero aun con esta nueva vida, podemos permanecer estancados.

Hay varios indicadores que revelan la calidad de nuestra peregrinación cristiana. Hoy veremos tres de ellos. Primero, los creyentes que están creciendo deben sentir hambre de Cristo. Al experimentar más de Jesús, quien es el pan de vida (Jn 6.35), nuestro deseo de Él aumentará. Segundo, los creyentes que viven estrechamente con el Salvador notarán que su discernimiento del pecado se agudiza. Las enseñanzas y las ideas falsas se vuelven más evidentes a medida que acumulamos la verdad dentro de nuestro espíritu. Tercero, nuestra esfera de amor debe seguir expandiéndose. Con el tiempo, el Espíritu Santo nos capacita para ser compasivos con personas a quienes nos resultaba difícil aceptar.

¿Tiene usted un hambre insaciable de Dios y una conciencia cada vez mayor del pecado? ¿Siente amor aun por quienes no están de acuerdo con usted? Estas son preguntas importantes que deberá hacerse para determinar la calidad de su crecimiento espiritual.

Friday, August 25, 2017

Fe falsa frente a fe verdadera | Pastor John MacArthur | 8/25/17

¿De qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? (Santiago 2:14)

El buen árbol no solo puede, sino que también lleva buenos frutos. Sin embargo, cualquiera que diga que es un buen árbol (un cristiano) pero que no dé los frutos de las buenas obras no tiene parte alguna en el cuerpo de Jesucristo. La persona que verdaderamente es cristiana podrá repetir lo que dice Santiago: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma... Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras” (Stg. 2:17-18).

Thursday, August 24, 2017

Jesús es más poderoso que nuestros temores | Dr. Charles Stanley | 8/24/17

Marcos 4.39

El Mar de Galilea tiene casi 13 kilómetros de ancho por 21 de largo. Si usted hubiera estado en sus orillas la noche en que Jesús calmó el fuerte vendaval, podría haber visto nubes inquietantes y relámpagos sobre el agua. Experimentar una tormenta mientras uno la observa a la distancia, o desde la seguridad del hogar, es fácil e incluso emocionante. Pero es muy diferente cuando nuestra barca comienza a ser sacudida violentamente por las olas y la lluvia nos golpea la cara. Entonces, lo que es fascinante desde la distancia puede desencadenar un pánico que no es del todo irracional si uno está en riesgo de zozobrar en medio del mar.

En este mundo caído, todos enfrentaremos tormentas de algún tipo, ya sean de índole física, interpersonal, financiera, etc. Estas adversidades son duras y dolorosas. Pero esas tormentas no son la verdadera historia de nuestra vida, especialmente si somos seguidores de Aquel que calma la tormenta.

Cuando los problemas nos golpean, podemos preguntar: Señor, ¿dónde estás? Pero Él está donde siempre ha estado; el problema es que olvidamos mirar en la dirección correcta.

Recordemos que es la voz de Jesús la que gobierna a la naturaleza, y que también Él es soberano sobre cualquier otro tipo de tempestad que enfrentemos (1 Jn 4.4). Porque el Señor conoce nuestra fragilidad en las tormentas, Él está con nosotros, protegiéndonos de la impetuosa acometida de la lluvia, y comunicando paz a nuestro corazón (Sal 103.13, 14).

Un mar sacudido por la tormenta no era más grande que Jesús. Con dos palabras del Señor la tempestad se calmó de inmediato. Y Él hará lo mismo para usted y para mí si nos volvemos confiadamente a Él.

Wednesday, August 23, 2017

La seguridad en cuanto a la salvación Dr. Charles Stanley | 8/23/17

1 Corintios 15.3-4

La salvación llena a los creyentes de gozo, pero el diablo trata de disminuir su efecto sembrando duda y confusión en nosotros. Uno de los propósitos de Satanás al hacerlo es lograr que nuestra fe no sea atractiva para los demás. La seguridad en cuanto a nuestra salvación es esencial para que podamos contrarrestar las maniobras del enemigo, e implica un qué, un quién y un cómo.

Primero, necesitamos entender qué significa la salvación. Aunque físicamente esté viva, toda persona nace espiritualmente muerta; en otras palabras, está separada del Padre celestial y perdida en el pecado (Ef 2.12). Según Juan 3.3, lo único que podemos hacer para ver el reino de Dios es “nacer de nuevo”.

Segundo, debemos entender de quién viene esta vida nueva. Jesús derramó su sangre en la cruz para pagar la deuda de pecado de cada persona (Ro 6.23). Su muerte expiatoria proporcionó el perdón de los pecados a todo aquel que ponga su fe en Él (Hch 10.43), y su resurrección es la prueba de que Él venció la muerte. Cuando ponemos nuestra fe en el Salvador, nuestros pecados son perdonados y pasamos de muerte a vida (Jn 5.24).

Tercero, debemos saber cómo vivir de una manera agradable a Dios. Esto es imposible mediante el esfuerzo humano. Es por eso que Dios envía su Espíritu a morar de manera permanente en toda persona que ponga su fe en Jesús (Ro 8.11). Si dejamos que el Espíritu Santo tenga el control, Él nos guiará a toda la verdad (Jn 16.13) y nos capacitará para cumplir con lo que Dios nos llama a hacer.

El pecado separó a la humanidad de Dios, y estábamos espiritualmente muertos. Jesús es el camino a la vida eterna (Jn 14.6), y el Espíritu Santo da la dirección y el poder divinos para vivir rectamente.

Tuesday, August 22, 2017

Cómo vencer los celos y la envidia| Dr. Charles Stanley | 8/22/17

Salmo 37.4

Ahora que tenemos una idea clara de lo que son los celos y la envidia, y de sus consecuencias, necesitamos examinar las maneras prácticas de eliminarlos de nuestra vida. Si usted ha descubierto que está siendo afectado por estos pecados, siga los siguientes pasos:

Primero, reconozca que siente envidia y celos. Con sinceridad, no permita que contaminen su mente.

Segundo, admita que está en conflicto con Dios. Este es un paso importante, ya que evitará que considere la envidia y los celos como conductas “normales” o “aceptables”.

Tercero, dé gracias a Dios por lo que Él está haciendo en la vida de la otra persona. Quizás esté efectuando una gran obra en ella. ¡Alabe a Dios por eso!

Cuarto, haga algo bueno por esa persona. Aunque parezca imposible, el hacerlo comenzará a ponerle fin a sus sentimientos negativos en cuanto a la otra persona.

Quinto, pídale al Señor que le muestre cómo ve Él a esa persona. Este es un paso muy útil, ya que nos hace valorar a la persona de la misma manera que Dios lo hace.

Sexto, enfoque su atención en lo que Dios está haciendo en la vida suya. Los planes que Él tiene para usted son tan grandes y tan importantes, como los planes que tiene para la persona objeto de sus celos.

Hay un paso más que usted debe dar: adopte la mentalidad de Salmo 37.4. Si usted se deleita en Dios y confía en que Él le bendecirá de acuerdo con su voluntad, ya no experimentará celos o envidia, porque una gran satisfacción reemplazará esos viejos

Monday, August 21, 2017

Las consecuencias de los celos y la envidia | Romanos 13.13 | Dr. Charles Stanley

Al analizar la naturaleza de los celos y la envidia, usted quizás se haya dado cuenta de que lucha con este problema. Tal vez le tiene envidia a un amigo, un vecino, o un compañero de trabajo, de una manera que nunca lo había pensando conscientemente. Si es así, sepa que este es un serio problema que debe ser eliminado de su vida.

Al darnos cuenta de la manera como la envidia y los celos dañan diversos aspectos de la vida, podemos aprender a saber cuándo tenemos un problema. Examine las siguientes consecuencias de la envidia y los celos.

Temor – tiene miedo de no obtener lo que quiere, o de perder lo que tiene.

Competitividad – se empeña agresivamente en superar a los demás.

Un espíritu de crítica – desvalorizar el éxito de otros se convierte en una meta.

Comparación – mide sus propios éxitos con los logros de otros.

Una mente dividida – el éxito de alguien se convierte en un motivo de preocupación.

Enojo – la hostilidad es un fruto natural de los celos y el resentimiento.

Inseguridad – siente que nunca tiene suficiente, porque le da más valor a lo que alguien más tiene.

Falta de paz – la envidia y la paz están enfrentadas entre sí; usted simplemente no puede tener ambas.

Enfermedad – la turbación emocional puede afectar la salud física.

Recuerde que la envidia y los celos son armas que mutilan y destruyen a cualquiera que se topa con ellas. Pero reconocer sus consecuencias destructivas podrá ayudarle a comenzar a identificar este problema en su vida. Luego, con la ayuda del Señor, podrá comenzar el camino hacia la sanidad y la restauración.

Thursday, August 17, 2017

La paciencia: Nuestro don de servicio | Dr. Charles Stanley | 8/17/17

Colosenses 3.12-13

Cuando pasamos por problemas o sufrimientos, acudimos a otros para que escuchen con paciencia nuestros lamentos. Pero me pregunto con qué frecuencia buscamos ser la persona que gentilmente da un paso al frente para participar de la carga de un amigo afligido.

Pablo animó a los creyentes a “vestirse” de misericordia, benignidad y paciencia. En otras palabras, no venimos desde el seno materno equipados con estos atributos, sino que somos capacitados al imitar a Cristo cuando sobrellevamos mutuamente las cargas y nos perdonamos unos a otros. El Espíritu Santo está más que dispuesto a instruirnos en la manera correcta para producir el fruto espiritual. El Señor nos da entonces las oportunidades de practicar tales aptitudes.

Tendemos a clasificar la paciencia como “espera”. Esa, sin duda, es parte de la definición, pero también lo son conceptos tales como firmeza, perseverancia y tenacidad. Cuando nos vinculamos con otros, estamos sufriendo sus dificultades juntamente con ellos, o perseverando en nuestros intentos de ofrecer ayuda. Estamos demostrando interés, escuchando y sirviendo hasta donde podemos. En un mundo que insiste en hacerlo todo rápidamente, la paciencia es un regalo maravilloso que podemos dar a otra persona.

Al poner a la paciencia en la lista del fruto espiritual (Ga 5.22, 23), Dios está diciendo que todo creyente puede desarrollar esta cualidad. Aparte de otros dones y talentos que usted posea, la paciencia es un atributo del cual puede también vestirse. Póngala en práctica para la gloria de Dios y como una manera de servir al prójimo.

Tuesday, August 15, 2017

Los obstáculos como oportunidades | Dr. Charles Stanley | 8/15/17

Salmo 27.14

Aprender a ver los obstáculos como oportunidades requiere tiempo. Recordar ciertas verdades puede ayudar a nuestra perspectiva:

Dios está en actividad. Mientras las barreras permanecen en su lugar y nuestra situación parece no cambiar, Dios está dirigiendo a las personas y a los acontecimientos para hacer avanzar su plan. El actúa en silencio, de forma invisible y de manera eficaz.

Dios prepara el camino. Él ya ha decidido cuáles obstáculos quitará y cuáles dejará. Pero, para los obstáculos que dejará, el Señor dispondrá todo para que se ajusten a su plan. Lo que Él ha determinado se cumplirá.

Dios requiere nuestra cooperación. Él quiere que estemos preparados para enfrentar situaciones difíciles. Por medio de su Palabra, Él nos comunica lo que necesitamos saber y nos prepara (He 13.20, 21).

Dios está involucrado personalmente. Él quiere desarrollar en nosotros una mayor sensibilidad a su presencia. Mediante la Biblia, la oración y otros creyentes, podemos tener la seguridad de que el Señor está cerca.

Dios da instrucciones claras. Él no crea confusión. Ya sea que recibamos su dirección en etapas, o toda de una sola vez, el Señor nos pide que confiemos en Él más que en nuestro propio razonamiento (Pr 3.5, 6).

Enfrentar los problemas implica valentía, paciencia y fe. Se necesita valentía para aceptar la presencia de barreras, movernos en sintonía con Dios y hacer lo que Él pida. La paciencia es necesaria mientras esperamos que Él nos prepare y nos indique su plan. Y la fe es necesaria para que podamos confiar a Dios el resultado y podamos obedecerle.

Monday, August 14, 2017

El grupo correcto | Pastor John MacArthur

Pocos son los que la hallan. (Mateo 7:14)

Quienes son atraídos por el Espíritu de Dios para que entren por la puerta estrecha y anden por el camino angosto están en el grupo espiritual correcto. Quienes están en el grupo espiritual equivocado son todos los paganos y cristianos nominales, todos los ateos y devotos fanáticos superficiales, todos los teístas nominales y humanistas seculares, y personas de todos los grupos étnicos y económicos que no tienen una fe salvadora en Jesucristo. Entran por la puerta ancha y van por el camino espacioso que lleva a la destrucción.

Jesús dijo: “Muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mt. 22:14). El grupo correcto no es pequeño sencillamente porque la puerta de entrada es demasiado estrecha o el camino es muy limitado. Los creyentes son pocos porque muchas personas se niegan a arrepentirse de sus pecados y a confiar en Cristo para salvación. Prefieren morir en las tinieblas (vea Jn. 3:19).

Todo el que quiera ir a Jesucristo puede hacerlo con la ayuda de Dios: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Jn. 6:37). Y quienes van a Cristo estarán para siempre en el correcto grupo espiritual.

Saturday, August 12, 2017

Humildad y grandeza | Mateo 20.20-28 | Dr. Charles Stanley | 8/12/17

¿Qué quiere que Cristo haga por usted? Esta fue, esencialmente, la misma pregunta que el Señor le hizo a la madre de Jacobo y Juan. Antes de que la menospreciemos por pedirle que diera a sus hijos un lugar de prominencia y autoridad, debemos detenernos a pensar en lo que nosotros le pediríamos a Jesús. ¿Habría algún interés egoísta en nuestra petición?

Todos hemos nacido con una naturaleza egocéntrica que se mantiene incluso después de ser salvos y que se manifiesta de varias maneras. Por otra parte, vivimos en una cultura que clama por grandeza y nos dice constantemente que nos impongamos para tener éxito o conseguir lo que sea legítimamente nuestro. Pero lo que Jesús enseñó acerca de la grandeza es exactamente lo contrario: volvámonos servidores de los demás (Mr 9.35).

La grandeza verdadera no se mide en la Tierra sino en la eternidad. Cuando estemos ante el tribunal de Cristo, Él reconocerá la humildad en vez de los logros terrenales. Esto no significa que los cristianos debamos rechazar posiciones de prominencia, sino que debemos aceptar esos roles como oportunidades para ser mayordomos de Cristo y servidores de todos.

Las personas humildes entienden quiénes son, y quién es el Señor. Le reconocen como la fuente de su vida y de todo lo que tienen, tanto posesiones como habilidades. Su misión en la Tierra es usar todo lo que Dios les ha confiado, ya sea grande o pequeño, de una manera que le glorifique a Él y que sea de bendición para los demás. Aunque es poco probable que alguien nos alabe por nuestra humildad en esta vida, debemos recordar que la recompensa de un verdadero siervo se obtendrá únicamente en la eternidad.

Friday, August 11, 2017

Jesucristo, Siervo | Filipenses 2.5-7 | Dr. Charles Stanley | 8/11/17

Los discípulos se reunieron alrededor de una mesa para celebrar la Pascua con Jesús. Si uno de ellos hubiera sido más atento con los demás, o si uno hubiera tenido una actitud servicial, habría hecho lo mismo que hizo Cristo. Habría tomado agua y una toalla, se habría arrodillado delante de los otros doce hombres, uno a la vez, y les habría lavado los pies. Jesús vino al mundo para servir (Mt 20.28). Estuvo dispuesto a hacer todo lo que fuera necesario para cambiar los corazones de los hombres y llevarlos al conocimiento salvador de Dios.

Como el más bajo de los siervos de la casa, esta persona tenía el desagradable trabajo de lavar los pies de alguien que entrara en ella. Y esa fue la tarea que Cristo realizó voluntariamente esa noche, justo antes de que comenzaran su juicio y sus sufrimientos. Su acto era un anuncio del servicio que estaba a punto de rendir a su Padre y al mundo entero, al morir en la cruz por los pecados de la humanidad.

Quienes creemos en Cristo no lo llamamos “sirviente”; lo identificamos como nuestro Señor. Así que, cuando Él dice que el siervo no es mayor que su señor, está hablando de nuestra relación con Él (Jn 13.16). Los creyentes doblan sus rodillas ante el más humilde siervo de Dios, su Hijo. ¿Qué está usted haciendo para el Señor?

Los cristianos somos hechura de Dios, creados para buenas obras (Ef 2.10). Es decir, hemos sido salvados para servir. Por tanto, no hay ninguna excusa válida para negarse a hacerlo. Cuando usted se rinde al Señor, pone el pie en la senda de Jesucristo, la cual es la mejor manera de vivir.

Thursday, August 10, 2017

El más alto honor del creyente | Juan 12.24-26 | Dr. Charles Stanley | 9/10/17

Nunca olvidaré la mejor presentación que he recibido como orador invitado. El presentador dijo simplemente: “Tengo el gran placer de presentarles a mi hermano, Charles Stanley, siervo del Dios Altísimo”. No pude moverme de mi asiento por unos momentos; estaba muy impresionado por esta presentación que glorificaba al Señor e identificaba mi verdadera posición.

La Biblia describe a los creyentes como embajadores (2 Co 5.20), soldados (2 Ti 2.3), y santos (Ef 2.19). Pero el más alto honor que podemos recibir es ser llamados siervos del Dios Altísimo. Quienes mueren a sí mismos para obedecer la voluntad del Señor, pueden ocupar el último lugar desde la perspectiva del mundo, pero son los primeros en su reino.

Lamentablemente, algunas veces el servicio a Dios es asociado solo con lo que se hace en la iglesia. Ser el pastor de la iglesia o estar al frente de algún ministerio es considerado un acto de servicio. Pero el hombre que hace un trabajo aparentemente menos importante, y la mujer que limpia el templo, tienden a ser vistos como personas que simplemente hacen su trabajo. Pero desde el punto de vista de Dios, el trabajo bien hecho le da tanta gloria a su nombre como el himno elevado en alabanza (Col 3.23, 24). Así que, ¡ánimo! Si usted está haciendo un trabajo de calidad y esforzándose por tocar positivamente las vidas de quienes le rodean, entonces está sirviendo a Dios.

El servicio al Señor no tiene que ver con lo que hagamos, sino con qué tan bien hacemos lo que nos ha sido asignado. Dios no mide el éxito solo por lo que uno logra. Un buen siervo comparte la actitud de humildad de Cristo y la motivación de Él para alcanzar a las personas con el amor de Dios.

Wednesday, August 9, 2017

La oración por la iglesia | Colosenses 1:1-12 | Dr. Charles Stanley | 8/9/17

Hoy nos encontramos con Epafras, un hombre que tenía un corazón que amaba a la iglesia local. Probablemente se convirtió a Cristo bajo la enseñanza de Pablo cuando el evangelio se extendía rápidamente por Asia Menor. Epafras evangelizó su ciudad natal de Colosas y fundó allí una iglesia; y posiblemente también iglesias en Hierápolis y Laodicea.

Aunque se dice muy poco sobre Epafras en el Nuevo Testamento, la carta a los Colosenses pone de relieve su gran amor y su profunda preocupación por la iglesia de Cristo (Colosenses 4.12, 13). Al final de la carta, Pablo dice que Epafras está “siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere” (Colosenses 4.12).

Lo que Epafras pedía no era un número mayor de miembros, ni tampoco una ofrenda más grande, sino madurez espiritual y conocimiento verdadero de la voluntad de Dios. En ese momento, Epafras estaba en la cárcel con Pablo (Fil 1.23) sin poder refutar a los falsos maestros que se habían infiltrado en la iglesia en Colosas. Pero, estar separado de su congregación no significaba que estaba en una condición de impotencia. La intercesión es un ministerio poderoso. Puede alterar las circunstancias, cambiar la manera de pensar y sacar la verdad de Dios a la luz. Epafras oraba de rodillas por la iglesia y Pablo se unía a él, lo cual vemos en su oración en Colosenses 1.7, 9-14.

¿Tiene usted un corazón apesadumbrado? ¿Se siente impotente para remediar la situación? Si es así, siga el ejemplo de Epafras y Pablo: vaya a Aquel que sabe exactamente qué hacer y que tiene el poder de lograrlo. Después, descanse en Él y deje que la paz de Dios guarde su corazón y su mente.

Tuesday, August 8, 2017

Centrar de nuevo la vida en Jesús | Juan 15.4-6 | Dr. Charles Stanley | 8/8/17

El pasaje de hoy nos anima a mantenernos conectados con Jesús. La imagen de Él como la vid y de los creyentes como los pámpanos nos ayuda a entender que sin Él nada podemos hacer. Es posible aceptar la salvación de Cristo y aun así actuar en la “carne”, abstraídos o separados de su dirección y poder. Todos los creyentes pierden el enfoque alguna vez en la vida, pero algunos se han apartado tanto que les resulta difícil ver el camino de regreso.

Si usted descubre que la lealtad de su corazón le pertenece a algo que no sea Cristo, es crucial que lo admita. Identifique qué actitudes o actividades le están alejando de Jesús. Luego, arrepiéntase y busque toda la ayuda que necesite para dejar de lado toda distracción, inseguridad, deseo mundano o cualquier otra cosa que esté alejando su atención del Señor.

Una vez que la distracción se haya ido, céntrese de nuevo en Jesús mediante la lectura de la Biblia, la oración, aprendiendo pasajes bíblicos y pasando tiempo con amigos que le animen. Después de vivir por un tiempo fuera de lo mejor de Dios, puede ser difícil disciplinarse para actuar como el Señor desea. Pero Él promete caminar a su lado para fortalecerle y suplir todas sus necesidades (Fil 4.19). Como nos exhorta Hebreos 12.1, “despojémonos de todo peso … y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”.

No se demore. Reconozca cualquier área, pecado o atadura que esté impidiendo que usted viva apasionadamente y con todo su ser para Cristo. Obedecer su plan —con el poder de Dios— es el camino que trae paz, gozo y contentamiento a la vida. Pida su ayuda, y comprométase a actuar. No hay nada como vivir plenamente para Dios.

Monday, August 7, 2017

Volver al buen camino | Hebreos 12.1-3 | Dr. Charles Stanley | 8/7/17

¿Cómo ve usted su vida? ¿Es un reto apasionante lleno de gozo? ¿O la siente más como un foso en el cual está atrapado?

Tristemente, muchas personas andan a la deriva sin hacer uso del maravilloso plan de Dios para ellas. Nuestro Creador da a cada persona los dones, las capacidades y las circunstancias necesarias para vivir conforme a su propósito (He 13.21). Pero muchas tratan de encontrar satisfacción en los placeres de la vida, sin entender que la verdadera satisfacción se encuentra en lo que Dios tiene para ellas.

Lamentablemente, muchas personas que han sido salvas caminan con el Señor durante un tiempo, pero después se apartan. Esto puede suceder por muchas razones. Algunas se acobardan y pierden el deseo de perseverar en las circunstancias difíciles. Para otras, las ideas y las metas mundanas llegan a distraer su atención. O tal vez son influenciadas por ciertas personas que hacen que pierdan de vista el objetivo. Los deportes, los pasatiempos o simplemente el ajetreo de la vida pueden también envolver a un creyente y hacer que su corazón se aparte de Cristo.

No importa cuál sea la causa, toda vida separada de la única ancla verdadera —el Señor Jesús— está en peligro. Dios ofrece a los creyentes una vida abundante en Él. Pero la Biblia enseña que los cristianos no pueden prosperar si están viviendo al margen de la Palabra de Dios, de sus santos preceptos y de una estrecha relación con Él.

¿Siente que está andando con Jesús o las preocupaciones de la vida le tienen enredado? Ore pidiendo sabiduría y dígale al Señor que desea renunciar a todo lo que le aparte de Él. Comprométase a orar, a leer la Biblia y a obedecer.

Saturday, August 5, 2017

Dios puede hacerlo | Efesios 3.20-21 | Dr. Charles Stanley | 8/5/17

Jesús sabía por experiencia personal lo que significaba vivir con recursos económicos limitados, recibir críticas de la familia (Mr 3.21) y ser rechazado por aquellos a quienes buscaba servir (Jn 6.66). Pero nunca permitió que esas circunstancias controlaran sus emociones o determinaran sus acciones. Más bien, decidió esperar confiadamente que el Padre celestial cumpliera su Palabra.

Hemos sido llamados a seguir el ejemplo de Cristo y a creer en que Dios es capaz de hacer lo que ha prometido. Por ejemplo, la Biblia promete salvación eterna a quienes piden ser perdonados en el nombre de Jesús (He 7.25). El Hijo satisfizo la justicia del Padre al morir en la cruz por todos nuestros pecados, desde las “mentiras piadosas” hasta los actos más viles. Si tenemos una fe verdadera en el Señor, Dios nos perdonará y nos hará una nueva creación en Cristo (2 Co 5.17). No importa qué faltas hayamos cometido, Él nos invita a acercarnos con fe y a recibir el regalo de la vida eterna.

Una vez que somos salvos, Dios dice que nos confirmará en su verdad (Ro 16.25); después de darnos un firme fundamento en Cristo, nos edificará en justicia. Por medio del ministerio de su Espíritu y de la Palabra, comenzaremos a ver las cosas de la misma manera que las ve el Padre celestial, y sabremos qué le agrada a Él (Ro 12.2).

Al creer en que Dios cumplirá sus promesas, nos fortaleceremos en la fe y nuestra paz será mayor. Los problemas que antes nos hacían perder el rumbo, carecerán del poder de perturbarnos. La esperanza sustituirá al desánimo y la confianza vencerá las dudas. Cada vez que vengan problemas, concentre su atención en el Padre celestial y en la capacidad que Él tiene de cuidar de usted.

Friday, August 4, 2017

Creados para la alabanza | Salmo 100.1-5 | Dr. Charles Stanley | 8/4/17

Pensemos en el esposo que no se comunica con su esposa, a menos que quiera que ella haga algo para él. Si solo habla con ella cuando tiene una necesidad, entonces la esposa no está siendo amada; está siendo utilizada.

Pero, ¿no tratamos a menudo a Dios de la misma manera? Hacemos petición tras petición, pero no le expresamos nuestra admiración y alabanza. ¿Con qué frecuencia buscamos al Señor para que nos conceda nuestros deseos egoístas?

Primera de Pedro 2.9 dice que el pueblo de Dios debe “[anunciar sus] virtudes”. Nuestras preocupaciones son de gran importancia para Él, pero también quiere que lo busquemos con un corazón ferviente, no con una actitud egocéntrica.

Usted pudiera preguntar: “¿Qué objeto tiene la alabanza?”. Cuando usted comienza a exaltar al Señor, su enfoque se desplaza hacia Él. Entonces empezará a recordar las maneras como Él ha impactado su vida. Como dice Salmo 105.5: “Acordaos de las maravillas que él ha hecho”.

Alabar al Padre celestial es uno de los temas principales que se encuentran en todas las Sagradas Escrituras. Se nos dice que lo hagamos con alegría (Sal 100.1), a lo largo del día (Sal 113.3), y en presencia de otros (Sal 108.3; Sal 111.1). El Señor nos creó realmente para alabarle.

Dedique un tiempo hoy para reflexionar en la poderosa obra de salvación del Señor en su vida. En vez de venir con una lista de peticiones, simplemente alabe al Padre por su fidelidad y su justicia. Si su corazón está lleno de alabanza, sus preocupaciones se disiparán y tendrá la confianza de que Dios proveerá para sus necesidades en el tiempo que Él disponga.

Thursday, August 3, 2017

Confiar en la Fuente | 1 Reyes 17.8-16 | Dr. Charles Stanley | 8/3/17

Desde la perspectiva de Dios, tener una necesidad puede ser beneficioso espiritualmente. Si nuestra situación económica decae, descubriremos que la ayuda viene de la mano de Dios. El Señor utiliza diversos instrumentos para suplir nuestras necesidades, pero solo Él es la fuente de todo lo que tenemos o ganamos.

Dios puede usar métodos tradicionales o extraordinarios para lograrlo. Elías había aprendido a vivir por fe mediante la manera insólita como el Señor lo había alimentado: por medio de unos cuervos. Luego Dios lo envía a Sarepta, a una viuda necesitada que no podía darle de comer.

Toda necesidad económica es una oportunidad para aprender a andar por fe en el Señor como nuestra fuente. La prosperidad material puede llevarnos a tener una sensación de independencia que no nos deja ver lo incapaces que somos para suplir nuestras propias necesidades.

Por creer que Dios proveería, Elías fue testigo de la intervención milagrosa de Dios. Es posible que no veamos al Señor actuando de una manera sobrenatural en nuestra situación económica. Sin embargo, podemos estar seguros de que, así como le cumplió a Elías su promesa, Él también será fiel a su Palabra en nuestra situación. “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil 4.19).

¿Está usted enfocándose en el instrumento o en la fuente de su provisión? El medio que Dios utilice puede cambiar, pero su fidelidad permanece para siempre. Él es infinitamente más confiable que cualquier empleador o plan de jubilación. El Señor le está invitando a confiar en Él y a vivir en la seguridad de una vida de fe.

Wednesday, August 2, 2017

Una persona común y corriente | Mateo 4.18-20 | Dr. Charles Stanley | 7/31/17

El apóstol Pedro fue una persona común y corriente que vivió en un tiempo extraordinario. La suya fue la generación en la que Jesús vivió en la Tierra, y en la que murió para salvar a la humanidad.

Pedro (llamado originalmente Simón) conoció al Señor por medio de su propio hermano Andrés (Jn 1.40-42). Cuando Jesús lo invitó a convertirse en su discípulo, dejó de inmediato su oficio de pescador para ponerse bajo la autoridad de Cristo (Mt 4.20). Se volvió un apasionado seguidor que demostró siempre el anhelo de estar cerca del Salvador, y en medio de cualquier circunstancia. Ya se tratara de ir hacia Jesús caminando sobre el agua durante una tormenta (Mt 14.27-29), o de hablar con Él durante su transfiguración (Mt 17.1-5), Pedro estaba consagrado a servir a su Maestro.

Al comienzo, el antes pescador era rápido en hablar y actuar, y esta impulsividad le creó problemas. Por ejemplo, cuando Jesús estaba hablando de su sufrimiento y muerte inminentes, Pedro se opuso, como si supiera más que el Señor. La reprimenda de Cristo fue inmediata y directa (Mt 16.21-23). El apóstol aprendió de sus errores, y recibió después una gran responsabilidad. Pedro es un buen ejemplo de cómo debemos renunciar a nuestros deseos personales, obedeciendo sin reservas la dirección de Jesús y andando estrechamente con Él (Mr 8.34).

El Señor escoge a personas comunes y corrientes, como Pedro, usted y yo, para edificar su reino. Él pide a sus seguidores que lo amen más que a todas las cosas y que se consagren por completo a obedecerle. Si lo hacemos, Él podrá lograr más cosas por medio de nosotros de lo que imaginamos.

Tuesday, August 1, 2017

La autoridad de nuestro mensaje | 1 Reyes 17.1 | Dr. Charles Stanley | 8/1/17

El primer pensamiento del rey Acab, después de encontrarse con el profeta Elías pudo haber sido: ¡Qué presumido! ¿Qué se creerá este tipo que es? Elías entró en escena y confrontó al impío rey de Israel con un mensaje que pronto afectaría la vida de todas las personas en la región.

La validez de la revelación de Elías dependía de la Fuente, no del emisario. Elías era un hombre de gran fe que creía lo que Dios le decía; podía hablar valientemente con autoridad, porque conocía a Aquel que le daba el mensaje. Pasaba tiempo a solas con el Señor, y escuchaba cada una de las palabras que Él le decía.

No debemos esperar que nuestro Padre celestial nos hable exactamente de la misma manera que hablaba a los profetas en el Antiguo Testamento, aunque la forma de recibir su mensaje no haya cambiado. Comienza con estar a solas en su presencia e implica escuchar mientras Él habla por medio de su Palabra. Lo cual no debe quedarse allí.

Los profetas tenían la responsabilidad de decir a las personas lo que el Señor les indicaba. Asimismo, nosotros debemos contar lo que aprendemos de la Palabra de Dios. El tiempo devocional con el Señor no se trata de nuestros intereses y necesidades. El Padre celestial nos bendice para que podamos bendecir a quienes nos rodean.

Comience cada día a solas con Dios leyendo su Palabra y orando, escuchando lo que Él dice a su corazón. Crea lo que el Señor afirma en la Biblia, aplíquelo a su vida y comparta con alguien más lo que Él le ha indicado. Sea valiente, y recuerde que la autoridad del mensaje viene del Señor Jesucristo.