Saturday, May 30, 2015

ACÉRQUESE A DIOS | Dr. Charles Stanley

¿Ha permitido que la adversidad o el fracaso le alejen de Dios en vez de acercarle a Él? 

Leer | Santiago 4.6-10

30 de mayo de 2015

“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”. ¡Esa es una promesa maravillosa! Si venimos a Él sumidos, arrepentidos y humillados, Él actúa de inmediato con su perdón, su amor y su aceptación. No hay espacio para la autosuficiencia en esta relación. Solo en la humildad de la impotencia descubrimos la suficiencia de su presencia.

A primera vista, puede parecer que somos nosotros los que iniciamos esta relación, pero en realidad es Dios quien ha tomado la iniciativa; simplemente estamos respondiendo a su invitación (Jn 6.44). Muchas veces, el Señor usa situaciones y dificultades para captar nuestra atención y estimular nuestra sed de Él. Lo que nos parece que es una situación dolorosa o desesperante es su invitación para que nos acerquemos a Él.

Incluso nuestros mayores fracasos y pecados pueden llevarnos a Cristo, cuando buscamos el perdón del Padre. Con una actitud de humilde arrepentimiento podemos iniciar una relación más íntima con Dios. Pero si continuamos viviendo en rebeldía y no estamos dispuestos a reconocer nuestro pecado y arrepentirnos, Él no se acercará a nosotros para revelarnos más de sí. El pecado bloquea siempre la capacidad de conocer al Señor.

¿Ha permitido que la adversidad o el fracaso le alejen de Dios en vez de acercarle a Él? Para poner distancia entre usted y Jesucristo, Satanás utilizará engañosamente las mismas situaciones que el Señor puede utilizar para acercarle a Él. No permita que el enemigo gane la batalla. Por el contrario, resista al diablo, y él huirá de usted (cp Stg 4. 7).

Friday, May 29, 2015

EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO | Dr. Charles Stanley

Jesús fue muy claro cuando dijo a sus discípulos que no estarían listos hasta que recibieran poder de lo alto.

Leer | Romanos 8.11-14

29 de mayo de 2015

La lectura de ayer mostró pruebas bíblicas de que el Espíritu Santo es una persona. Pero un error muy persistente lo presenta como una especie de fuerza abstracta. La creencia subyacente es que “el poder del Espíritu Santo” es algo que los cristianos ejercen por sí mismos. Pero, en realidad, la frase se refiere a la actividad de Él en la vida del creyente.

Jesús fue muy claro cuando dijo a sus discípulos que no estarían listos hasta que recibieran poder de lo alto (Lc 24.49). Se necesitan dos —el creyente y el Espíritu Santo—para vivir en victoria. Él viene a morar en nosotros en el momento que recibimos el perdón de Cristo por nuestros pecados. De allí en adelante, la tarea del Espíritu es preparar a los creyentes para su ministerio diario de mostrar al Señor al mundo.

Cuando el apóstol Pablo dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, estaba hablando de la presencia interior del Espíritu Santo (Fil 4.13). Lo que esto significa es que en el creyente hay fuente de poder. El Espíritu obra por medio de las personas para llevar a cabo lo que es imposible que ellas logren por sí solas. De hecho, la Biblia dice que Él es “poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” (Ef 3.20). Lo cual Pablo demostró con su fértil ministerio.

¿Le está llamando Dios a hacer cosas “mucho más abundantemente” de lo que usted cree que puede realizar? ¡Deje de ofrecer excusas, y ponga manos a la obra! En usted hay un potencial sin explotar —no por sus propias fuerzas o capacidades, sino por el poder sin límites del Espíritu Santo, el cual se liberará en respuesta al actuar usted con fe.

Thursday, May 28, 2015

LA VERDADERA IDENTIDAD DEL ESPÍRITU SANTO | Dr. Charles Stanley

El Espíritu es una parte de la Trinidad, y si usted es creyente, Él está con ustedes ahora mismo.

Leer | Juan 15.26

28 de mayo de 2015

En las primeras semanas de mis estudios en el seminario, un estudiante de doctorado me invitó a su habitación en la residencia de la institución. Cuando llegué, hizo que me sentara, puso una Biblia griega en mis manos, y dijo: “Me di cuenta de que te referiste al Espíritu Santo como una “cosa”, mientras cenábamos esta noche. Él no es una “cosa”. Este hombre me condujo luego por todos los versículos del Nuevo Testamento que tienen que ver con la tercera persona de la Trinidad. Una hora más tarde, dijo: “Lo único que quiero que recuerdes es que el Espíritu Santo es una persona”.

El Espíritu de Dios posee tres características: inteligencia, voluntad y emociones. Para demostrar estos puntos, le guiaré a algunos versículos del Nuevo Testamento, así como el estudiante de doctorado me guió a mí. Primera a los Corintios 2.10, 11 dice que el Espíritu conoce los pensamientos de Dios y nos revela la verdad. Más adelante en el mismo libro, se le identifica como Aquel que decide el(los) don(es) espiritual(es) de cada creyente (12.7-11). Por último, los sentimientos del Espíritu Santo se revelan en versos como Romanos 15.30, que habla de su amor; y Efesios 4.30, que amonesta en contra de entristecerlo.

Piense, también, en que Jesús habló de un Consolador o Ayudador que vendría después de Él (Jn 14.16, 26). Ayudar y consolar a otros son acciones de una persona, como es también enseñar —estas son algunas de las actividades fundamentales del Espíritu Santo.

El Espíritu es una parte de la Trinidad, y si usted es creyente, Él está con ustedes ahora mismo. Dios le ha dado su Espíritu como un Ayudador especial —uno que es más unido que un hermano (Pr 18.24).

Wednesday, May 27, 2015

LA NATURALEZA DEL PODER | Dr. Charles Stanley

Dios quiere que vivamos armados con el poder del Salvador para que podamos vencer las dificultades de la vida.

Leer | Efesios 6.10-13

27 de mayo de 2015

En el momento que una persona recibe a Cristo como Salvador, inicia una batalla. El enemigo está decidido a destruir el testimonio de los creyentes. Pero Dios ha provisto un arma poderosa para quienes le sirven —el poder de su Hijo que fluye a través de ellos.

El poder de Cristo es supremo. Satanás, con toda su fuerza demoníaca, no puede lanzarnos nada capaz de rivalizar con el poder sobrenatural del Señor Jesús. Sin embargo, las tentaciones y las pruebas dejan al descubierto nuestras debilidades cuando preferiríamos ser fuertes. Esa es una razón por la que la naturaleza se rebela contra la adversidad y trata de evitarla.

Dios quiere que vivamos armados con el poder del Salvador para que podamos vencer las dificultades de la vida. Pero Él nos promete su poder solo cuando deponemos nuestro orgullo y reconocemos que somos demasiado débiles para la batalla (2 Co 12.9). El poder de Jesús está disponible para que sus seguidores podamos soportar los conflictos victoriosamente.

El mundo nos desafía a mantener la apariencia de que podemos manejar nuestros problemas sin la ayuda de Dios. Por eso, la orden dada a los cristianos puede parecer extraña para quienes los observan. Sin embargo, la arrogancia no trae bendición, sino confusión, distanciamiento del Señor y, en última instancia, fracaso. Si queremos ser victoriosos, no podemos seguir la estrategia de enfrentar al enemigo solos.

Hasta que nuestra vida se termine o el Señor Jesucristo regrese, estamos trabados en una batalla con Satanás. Pero no tenemos nada que temer. Cuando dependemos del poder del Señor, somos llenos de poder y fortaleza.

Tuesday, May 26, 2015

FORTALEZA PARA AFRONTAR LAS PRUEBAS | Dr. Charles Stanley

El poder de Jesucristo se libera en nuestra vida cuando reconocemos nuestra impotencia.

Leer | 2 Corintios 1.8-11

26 de mayo de 2015

“En cada vida debe caer un poco de lluvia”. Así dice un antiguo dicho familiar sobre la inevitabilidad de las adversidades. Pero ¿y si la lluvia se convierte en un torrencial aguacero —un problema en la vida que requiere una fortaleza más allá de lo humanamente posible? El apóstol Pablo se refiere a esta situación en su carta a los Corintios. Escribió sobre una aflicción que abrumaba tanto su corazón y su cuerpo que no esperaba sobrevivir.

La perspectiva de Pablo en cuanto a su problema sigue vigente hoy: “Para que no confiáramos en nosotros mismos sino en Dios, que . . .  seguirá librándonos” (2 Co 1.9, 10 NVI). La fortaleza que necesitamos durante las pruebas es posible por medio de Jesucristo, cuyo poder sobrenatural fluye por la mente, el cuerpo y el espíritu de todo creyente.

Cuando alguien recibe al Señor Jesús como su Salvador, su Espíritu viene a vivir dentro del nuevo creyente (Jn 14.17). Como resultado de esta “morada interior”, el poder que Cristo demostró estando en la Tierra abunda en quienes invocan ahora su ayuda. Pero, para tener acceso a su poder sobrenatural, tenemos que confiar en su promesa de darnos lo que nos haga falta cuando lo necesitemos (Fil 4.19). Mientras tratemos de arreglárnoslas utilizando nuestras habilidades, impediremos que su Espíritu libere la ayuda divina.

El poder de Jesucristo se libera en nuestra vida cuando reconocemos nuestra impotencia. El efecto es inmediato. Tan pronto como nos rendimos al Señor, su poder comienza a trabajar en nuestro interior para que podamos soportar las dificultades, conservando al mismo tiempo nuestro gozo y nuestra paz.

Monday, May 25, 2015

NUESTRA RESPONSABILIDAD DE DESCANSAR EN DIOS | Dr. Charles Stanley

Esperar con paciencia que el Señor actúe es una de las pruebas más difíciles de nuestra madurez espiritual.

Leer | Salmo 37.1-8

25 de mayo de 2015

El pasaje de hoy promete, “[Jehová] te concederá las peticiones de tu corazón” (v. 4). Pero también menciona tres requisitos para esa promesa: tenemos que deleitarnos en el Señor, debemos confiar en su plan y necesitamos descansar en Él. Descansar en el Señor es una de las tareas más difíciles que debemos acometer.

Descansar puede parecer fácil, pero requiere confianza sobrenatural, ya que por nuestra debilidad humana, tenemos la tendencia a inquietarnos. La ansiedad quita de nuestra mente el gozo y la confianza en el Señor. Los tres requisitos están relacionados entre sí. Debemos pasar tiempo con Dios para aprender a confiar en Él y encomendarle nuestro camino; y entonces, descansar y deleitarnos realmente en Él.

Esperar con paciencia que el Señor actúe es una de las pruebas más difíciles de nuestra madurez espiritual. Cuanto más fuerte es nuestro deseo, más corto es nuestra mecha para que se produzca el estallido. A veces, queremos desesperadamente darle a Dios un cronograma, pero el descanso inquebrantable se encuentra solo en su agenda. Solamente Él entiende cada circunstancia y conoce el momento preciso cuando su respuesta a nuestra oración producirá el máximo beneficio. Corremos el riesgo de cosechar frustraciones, pérdidas y dolor cada vez que nos adelantamos a su divino plan.

Antes de levantarse de la cama cada día, ore de la siguiente manera: Padre, quiero darte gracias por concederme los deseos de mi corazón. Hoy, voy a deleitarme en ti, encomendarlo todo a ti y a descansar en el conocimiento de que tienes todo bajo control.

Saturday, May 23, 2015

CÓMO PERDONAR LAS HERIDAS INJUSTAS | Dr. Charles Stanley

Cuando usted mire a Dios para justificar su resentimiento, Él le responderá: “Mira la cruz”.

Leer | Colosenses 3.12-14

23 de mayo de 2015

Es realmente sorprendente cómo algunas personas tratan de justificar el tener un corazón amargado y resentido. Piensan el Señor sabe lo que esa persona me hizo, así que entiende por qué me siento así.Bueno, claro que Él lo entiende, pero eso no significa que lo apruebe.

Puesto que enfrentó la traición atroz y el abandono, el Señor Jesús conoce las emociones humanas mejor que nadie. Sin embargo, Él no está de acuerdo con que debemos sentirnos justificados al no perdonar. El Salvador tenía una perspectiva del perdón centrada en Dios que soportó la tortura más abominable. Esto es algo por lo que debemos dar gracias a Dios cada mañana. ¿Por qué? Porque nosotros somos quienes traicionamos al Señor diariamente.

Hemos ofendido al Señor Jesús como nadie nos ha ofendido jamás. Le hemos negado su legítimo lugar en nuestra vida. Hemos dudado de su Palabra. Hemos ignorado sus mandamientos. Lo hemos dejado atrás y echado de nuestra vida cotidiana. Hemos pecado contra Él y lo hemos avergonzado al pecar contra otras personas.

¿Cuál es la respuesta de Jesús a este abuso? “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt 11.28). Ahora bien, ¿de verdad cree usted que Él justificará su falta de perdón, sea por el motivo que sea? No, no lo hará.

Cuando usted mire a Dios para justificar su resentimiento, Él le responderá: “Mira la cruz”. Allí, usted descubrirá el precio que se pagó por su perdón, y entenderá que así como hemos sido perdonados, así debemos perdonar.

Friday, May 22, 2015

CÓMO SUPERAR EL ODIO Y EL RESENTIMIENTO | Dr. Charles Stanley

El odio es una falla absoluta en la actitud cristiana que estamos llamados a demostrar. 

Leer | Efesios 4.31, 32

22 de mayo de 2015

Una de las actitudes más destructivas —si no la más destructiva— que puede exhibir un cristiano es el odio. ¿Qué tan bien puede la luz salvadora de Jesucristo brillar en una vida que esté cubierta por odio, ira y malevolencia? ¿Y qué imagen de Cristo proyecta este tipo de persona al mundo incrédulo?

El odio es una falla absoluta en la actitud cristiana que estamos llamados a demostrar. Sin embargo, incluso en las iglesias, no es difícil encontrar personas que rebosan de hostilidad. ¿De dónde viene esto? Una de las razones clave para que los creyentes sean tan propensos al odio es su incapacidad de perdonar a quienes los han herido —especialmente cuando ese trato fue inmerecido.

Tomemos un “examen de odio”. Piense en alguien que le hirió en el pasado, y considere si . . .

1.  No puede librarse del recuerdo de alguien. ¿Vuelve a repetirse la escena en su mente una y otra vez?

2. No puede desearle bien a alguien en particular. ¿Desea realmente lo mejor para una persona que le ha herido?

3. Desea que esa persona sufra lo mismo que usted. ¿Desea secretamente que esa persona experimente el mismo dolor que usted?

Si estas preguntas han revelado alguna animosidad oculta en su corazón, no concluya este estudio hasta que medite en Efesios 4.31, 32. Lea el pasaje en voz alta. Personalícelo en una oración, y deje que el Espíritu Santo de Dios limpie su corazón de odio, dándole el poder para perdonar una vieja herida.

Thursday, May 21, 2015

CÓMO SUPERAR EL TEMOR | Dr. Charles Stanley

Cómo superar el temor

La manera en que respondemos se origina dentro de nuestro ser. Es asombroso cómo los temores disminuyen en la presencia del Padre celestial.

Leer | Filipenses 4.6

21 de mayo de 2015

La ansiedad no solamente es una sensación incómoda; también tiene consecuencias negativas. Por ejemplo, el razonamiento se nubla cuando es invadido por la inquietud. Por eso, una persona ansiosa tendrá problemas para tomar decisiones sabias. El temor al fracaso puede también llevar a postergar la realización de las cosas, o a la falta de productividad. Los temores pueden ser devastadores para el crecimiento personal y espiritual, las relaciones y el trabajo.

Por tanto, vencer el temor es importante, y para ello hay que . . .

1. Identificar el temor. Hágase estas preguntas: ¿Cuáles son las circunstancias que rodean mis sentimientos? ¿Qué los provocó? 

2. Acudir al Señor. Recuerde que Dios le ama, y desea tener una relación cercana con usted. Él tiene el control soberano de su situación; por tanto, traiga a Él su temor.

3. Reprenda el temor delante de Dios. Usted tiene la autoridad y el poder en el nombre de Jesús para rechazar lo que no provenga de Él. Medite en pasajes como Mateo 10.31Proverbios 1.33. Deje que la verdad de Dios reemplace cualquier pensamiento negativo.

4. Aférrese al Padre celestial. Quite su enfoque de sus circunstancias, y mire a Aquél que promete su ayuda. La Biblia nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Is 41.10).

Las circunstancias son externas y, por lo general, van más allá de nuestro control. Pero la manera en que respondemos se origina dentro de nuestro ser. Es asombroso cómo los temores disminuyen en la presencia del Padre celestial.

Wednesday, May 20, 2015

CÓMO ENTENDER LA ANSIEDAD | Dr. Charles Stanley

No importa la causa, la ansiedad quitará nuestra mirada de nuestro omnipotente y misericordioso Padre celestial.

Leer | 2 Timoteo 1.7

20 de mayo de 2015

Por medio de la palabra, el Señor nos da evidencias de que muchas personas sufrieron de ansiedad —incluso los considerados pilares de la fe. Por ejemplo, podemos deducir que el apóstol Pablo debió haber sentido temor, puesto que Dios le dijo: “No tengas miedo; sigue hablando” (Hch 18. 9 NVI).

El hecho de que el temor sea común no significa que proceda de Dios (2 Ti 1.7). Por supuesto, ciertas situaciones —como oír un ruido ensordecedor cuando estamos solos— provocarán una respuesta de temor. Pero el Señor no quiere que vivamos con una ansiedad permanente.

Entre las preocupaciones normales están el miedo a la muerte, pobreza, enfermedad, vejez, crítica y pérdida de un ser querido. ¿Por qué nos resulta tan difícil dar por terminadas nuestras ansiedades, aunque el Señor dice: “No temáis” (Lc 12. 7)? Porque la ansiedad puede estar arraigada profundamente en nuestra manera de pensar. A veces, ella se deriva de sentimientos de insuficiencia, de culpa, o de una percepción equivocada en cuanto a Dios. No es raro que la inseguridad en la infancia se convierta en falta de confianza más tarde en la vida. Las experiencias del pasado pueden ser otro factor. Por ejemplo, una persona que ha perdido a uno de sus padres en un accidente vial, probablemente sea más propenso a padecer de ansiedad.

Pero, no importa la causa, la ansiedad quitará nuestra mirada de nuestro omnipotente y misericordioso Padre celestial, para centrar nuestra atención en nuestras circunstancias. Por eso, no es de extrañar que el Señor nos recuerde constantemente que no debemos temer. Él quiere que sus hijos se sientan seguros en su poder y en su fidelidad.

Tuesday, May 19, 2015

UNA SEGURIDAD BIENAVENTURADA | Dr. Charles Stanley

Nuestro Padre celestial es fiel para cumplir sus promesas. 

Leer | 1 Juan 5.10-13

19 de mayo de 2015

En términos de salvación, todos caemos en una de cuatro categorías:

a) Somos salvos y lo sabemos. b)Creemos que somos salvos, pero no lo somos. c) No pretendemos ser salvos. d) No somos salvos, pero quisiéramos serlo.

¿En qué categoría se encuentra usted? La salvación es la redención de Dios del creyente —por medio de Jesucristo— de todas las consecuencias del pecado. Es la obra de Dios en el corazón humano, y está acompañada por todos los beneficios que Él nos concede ahora mismo y por la eternidad.

Necesitamos saber más allá de toda sombra de duda dónde pasaremos la eternidad. Esta certeza está al alcance de cada uno de nosotros. ¿Tiene usted esa clase de seguridad? Si no está seguro de que tiene la salvación eterna, le invito a tomar esta importantísima decisión ahora mismo.

Primero, esté consciente de que Dios desea salvar a todos (1 Ti 2.4), y también ha provisto el medio de la salvación, por medio de su Hijo (Jn 3.16). Él nos ha dicho que debemos creer en Jesucristo (Hch 16.31), y debemos confesar al Señor delante de los hombres (Ro 10.10).

Nuestro Padre celestial es fiel para cumplir sus promesas. Si usted pone su fe en Jesucristo como su Salvador personal, Él le salvará de su pecado y le dará la bienvenida en su familia (Jn 1.12). La vida eterna será suya. Él ofrece este regalo de pura gracia a todos los que crean en su Hijo. ¿Lo aceptará usted?

Monday, May 18, 2015

CÓMO AUMENTAR LA FE | Dr. Charles Stanley

Cómo aumentar la fe

¿Cuáles son algunos pasos prácticos que podemos dar para aumentar el nivel de nuestra fe?

Leer | 2 Tesalonicenses 1.3, 4

18 de mayo de 2015

¿Cuáles son algunos pasos prácticos que podemos dar para aumentar el nivel de nuestra fe?

1. Leer la Biblia. Romanos 10.17dice: “La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Es decir, usted debe alimentar su fe con una dieta constante de la Palabra de Dios.

2. Ejercitar su fe. Un aspirante al fisicoculturismo no comienza levantando 200 kilogramos el primer día. En vez de eso, se ejercita diariamente, aumentando gradualmente su fuerza. El ejercicio regular de la fe puede producir un crecimiento espiritual similar.

3. Aceptar las pruebas. Primera de Pedro 1.3-9 explica que la adversidad, enfrentada con el poder de Dios, desarrolla la fe. Así como el fuego purifica a los metales preciosos, las dificultades eliminan todo lo que no sea fe pura.

4. Observar los testimonios de otros. Un testimonio es la confesión de una persona en cuanto a la actividad de Dios en su vida. Nadie puede negar, desmentir o restar importancia al testimonio de otra persona. Cuando usted escucha los hechos poderosos de Dios en la vida de alguien más, su fe en Él crece.

5. Orar. Se llega a conocer a una persona hablando con ella. Y en eso precisamente consiste la oración. Pero no hable solamente; asegúrese de dedicar tiempo para escuchar lo que Dios quiere decirle.

6. Practicar la obediencia. Nunca crecerá en su fe si desobedece  lo que Dios le dice que haga. La fe perfecta es un subproducto de la obediencia. Póngase en la posición de ver lo mejor de Dios para su vida, y su fe crecerá y madurará.

Saturday, May 16, 2015

CÓMO REALIZAR EL PLAN DE DIOS | Dr. Charles Stanley

Como hijos adoptivos de Dios, hemos sido llamados a glorificarle con una vida recta.

Leer | Mateo 16.24-27

16 de mayo de 2015

Como hijos adoptivos de Dios,  hemos sido llamados a glorificarle con una vida recta. Ayer vimos que esto implica hacer cambios en nuestra vida. Hoy, consideremos dos cambios más que pueden ser necesarios.

Un ajuste potencial tiene que ver con nuestras creencias: la manera de pensar de un cristiano debe coincidir con la de Cristo. La influencia del mundo es poderosa, y si seguimos su manera de pensar, buscaremos solo nuestro beneficio personal sin pensar en los demás. Pero quienes conocen la Biblia saben que los últimos serán los primeros (Mr 9.35); que Dios es el único que merece nuestra alabanza (Sal 96.4); y que los cristianos deben ser personas generosas (1 Ti 6.18).

Por último, es posible que tengamos que reconsiderar nuestros compromisos para que el Señor ocupe el primer lugar. Sus deseos para nosotros deben primar sobre lo que queremos, y sobre lo que otros nos pidan que hagamos. Debemos evaluar nuestras decisiones a la luz del plan de Dios para nosotros. Esto puede significar renunciar a un pasatiempo, asumir una nueva responsabilidad o renunciar a un nuevo proyecto. Nuestro Padre celestial quiere y merece toda la devoción de sus hijos (Mt 22.37).

Estos cambios no suceden inmediatamente en el momento de nuestra salvación; por el contrario, se producen a lo largo de toda la vida. Siempre que el Espíritu Santo nos indique una verdad más profunda o nos llame a una nueva tarea, tendremos que hacer más “alteraciones”. Pero tales cambios estarán acompañados de la confianza de saber que Dios nos usará para realizar su plan.

Friday, May 15, 2015

AJUSTARSE AL PLAN DEL SEÑOR | Dr. Charles Stanley

Gracias al carácter perfecto del Señor, podemos confiar en la dirección que nos da.

Leer | Mateo 4.18-22

15 de mayo de 2015

He sido cristiano por muchos años, y ni una sola vez Dios me ha preguntado: “Charles, ¿qué es lo que quieres hacer?” El Señor no cambia sus planes para satisfacer mis propósitos o los de usted. Por el contrario, nos pide que ajustemos nuestra vida para que se alineen con su voluntad.

Uno de los cambios que siempre nos pide que hagamos tiene que ver con nuestro estilo de vida. Andrés, Jacobo y Juan eran pescadores antes de convertirse en discípulos de Jesús. Sus vidas giraban en torno a los detalles de su ocupación —de las condiciones del tiempo, de la pesca y de obtener alguna ganancia. Pero cuando Jesús los llamó a ser pescadores de hombres, de buena gana y de inmediato hicieron un cambio dramático.

Por el contrario, el joven rico se marchó triste cuando se dio cuenta de lo que tendría que dejar para seguir a Cristo (Mt 19.21, 22). Cuando el Señor nos hace una invitación, por lo general, nos pide que cambiemos nuestra manera de vivir. Ya sea que esto implique cambiar de empleo o modificar algunos hábitos, Dios espera que nos adaptemos a su plan.

Antes de ser invitados a viajar en compañía de Jesús, Jacobo y Juan trabajaban en un negocio familiar con su padre. Decirle sí a Dios significó ver a sus amigos y a sus familiares con menos frecuencia. Seguir el plan del Señor puede significar lo mismo para nosotros. Pero Cristo promete una gran ganancia por cualquier sacrificio que hagamos (v. 29).

Gracias al carácter perfecto del Señor, podemos confiar en la dirección que nos da. Por tanto, ajustarnos a su plan es siempre la acción más sabia que podemos tomar (Pr 3.5, 6).

Thursday, May 14, 2015

LA GUERRA REAL | Dr. Charles Stanley

La guerra real

La estrategia principal del enemigo contra el creyente es el engaño.

Leer | 2 Corintios 10.3-5

14 de mayo de 2015

La estrategia principal del enemigo contra el creyente es el engaño. Sabemos por 2 Corintios 11.14 que Satanás “se disfraza como ángel de luz”. De hecho, Jesús lo llamó “padre de mentira” (Jn 8.44). Por tanto, nuestra mejor arma es la verdad, que nos libra de la esclavitud del engaño (v. 32).

Es difícil evitar el engaño cuando no se está consciente de los planes del adversario (2 Co 2.11). Uno de sus engaños más antiguos, que se remonta al tiempo de Adán y Eva, es la tentación para hacernos dudar de lo que el Señor ha dicho. Hacerlo significa dudar del amor y del carácter de Dios, lo cual nos hace como el soldado que depone su arma cuando se acerca el enemigo —desconfiar de Dios es lo que hace que el creyente sea abatido una y otra vez por el enemigo. Si usted escucha esta voz de duda, le da un punto de apoyo a Satanás. Eso le debilitará, y entonces, él podrá traer más daño a su vida.

Otro ardid del diablo es distraer al creyente. Una distracción es cualquier cosa que le haga desviar la atención de lo que es más importante en ese momento para que se enfrasque en otra cosa, perdiendo así el enfoque. Satanás no utiliza de manera clara cosas pecaminosas o superficiales para desviarnos de nuestra permanencia en Cristo; utilizará incluso cosas buenas para levantar sutilmente un muro de “ruido” en torno a usted para que poco a poco deje de escuchar la voz del Señor.

Ore para que Dios le ayude a identificar cualquier aspecto de su vida donde usted puede ser susceptible al engaño. Él le dará poder para aferrarse a la verdad y caminar en libertad.

Wednesday, May 13, 2015

EL ENEMIGO REAL | Dr. Charles Stanley

Aunque Satanás no puede apoderarse de nuestras almas, tratará de hacernos inefectivos.

Leer | 2 Timoteo 2.3

13 de mayo de 2015

Hay una guerra espiritual que se libra en todo el mundo. Nosotros, como creyentes, debemos reconocer que nuestro enemigo es muy real, pero que, por medio de Cristo, tenemos el poder para luchar con efectividad.

Las Sagradas Escrituras declaran que Satanás y todo un imperio de espíritus malignos se oponen a Dios y a su reino. Sin embargo, los enemigos son ángeles caídos; aunque no debemos subestimar sus capacidades, no debemos dejarnos engañar creyendo que su poder es más de lo que realmente es. Los ángeles caídos no pueden rivalizar con Dios. Cuando el Señor reprendía a las fuerzas demoníacas que atormentaban a las personas, se veían obligadas a obedecer. Jesús dio a sus discípulos autoridad sobre estos espíritus  (Lc 10.17-20), y Él da la misma autoridad a sus seguidores hoy. Primera de Juan 4.4 dice que, por medio del Espíritu Santo, ya hemos vencido al enemigo, “porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo”. Sin embargo, si no tomamos la posición que tenemos en Cristo, nos sentiremos agobiados y derrotados.

Aunque Satanás no puede apoderarse de nuestras almas, tratará de hacernos inefectivos. Cuando cedemos a la tentación, él puede decir: “Eres un débil e indigno pecador que nunca serás capaz de servir realmente a Dios”. Si creemos tales acusaciones, corremos el doble riesgo de dejar de escuchar la voz de la Verdad y de olvidar nuestra verdadera identidad en Cristo. En vez de eso, podemos resistir al diablo (Stg 4.7), y decirle: “¡Rechazo tus mentiras y te reprendo en el nombre del Señor Jesús! Más aun, llevo cautivo ese pensamiento a Cristo” (2 Co 10. 5). ¡Tenemos esa autoridad!

Tuesday, May 12, 2015

LA VICTORIA SOBRE LA SOLEDAD | Dr. Charles Stanley

Solo hay una manera de cerrar la brecha y vencer la soledad, y es acercarnos al Señor.

Leer | Salmo 25.15-22

12 de mayo de 2015

Sé lo que es el dolor de la soledad. Fui el único hijo de una madre viuda que tenía que trabajar muchas horas para que pudiéramos vivir. También mi vida adulta se ha caracterizado por períodos de aislamiento emocional. Pero Dios nunca me ha dejado solo en medio de tales sentimientos.

El Señor desea que todas las personas se sientan conectadas a Él, y unas con otras. De hecho, podemos ser consolados rápidamente cuando respondemos de manera sabia a la soledad.

El primer paso es establecer una relación personal con Cristo. No es suficiente con creer que existe. El Señor nos creo con la necesitad de compañerismo; por eso es que relacionarnos con Él nos da sensación de unidad.

Segundo, tenemos que reconocer el hecho de que nos sentimos solos. Algunos cristianos creen incorrectamente que no deben ser susceptibles a los sentimientos humanos normales. Pero la Biblia no dice que no sufriremos de aislamiento emocional. No solamente hombres como David y Pablo, sino incluso el mismo Señor, supieron lo que era el dolor de sentirse abandonados (Sal 25.162 Ti 4.16Mt 26.40;  27.46).

Por último, debemos tener amigos fieles a Cristo, hermanos que reirán, llorarán y se identificaran con nosotros. Pero, sobre todo, necesitamos amigos que nos encaminen siempre a Dios y que oren por nosotros.

No podemos negar los sentimientos de soledad, ni podemos huir de ellos. Una persona que busca maneras de escapar de tales sentimientos solo aumenta la brecha entre el Señor y ella. Solo hay una manera de cerrar la brecha y vencer la soledad, y es acercándonos al Señor.

Monday, May 11, 2015

CUANDO NOS SINTAMOS SOLOS | Dr. Charles Stanley

Dios nos creó para tener compañerismo con Él y de unos con otros. 

Leer | Hebreos 13.1-5

11 de mayo de 2015

Dios nos creó para tener compañerismo con Él y de unos con otros. Él no desea que vivamos solos. Es por eso que su Palabra contiene promesas de su presencia constante, así como instrucciones para evitar la soledad entre miembros de la iglesia.

El Señor hizo hincapié en su presencia incesante, porque Él conoce nuestra necesidad de seguridad, especialmente cuando nos sentimos abandonados o aislados. Esta reconfortante promesa fue hecha a Josué, a los israelitas, y a los discípulos que estaban a punto de presenciar la ascensión de Jesús (Jos 1.5Mt 28.20). Algunos santos de la Biblia recogieron el tema en sus escritos, también. David buscaba a menudo la consolación de Dios (Sal 25.16). Y Pablo predicó que nada podía compararse con tener a Cristo (Fil 3.8). Dios quiere que cada creyente confíe en que Él está absolutamente cerca.

La iglesia está concebida para satisfacer nuestra necesidad de conectarnos con otras personas. Un cuerpo espiritual funciona de manera parecida a un cuerpo humano —sus partes son independientes, pero a la vez independientes, y cada una necesita de las demás para poder funcionar bien. Necesitamos el apoyo de nuestros hermanos en Cristo. Sabiendo esto, Pablo amonestó a los creyentes a aceptarse unos a otros (Ro 15.7), a sobrellevar las cargas de los otros (Gá 6.2), y a no juzgar (Ro 14.13).

La soledad puede paralizar a una persona emocional y espiritualmente. Los seres humanos no fuimos creados para andar por este mundo solos. Estamos hechos para las relaciones, las cuales Dios facilita gozosamente. Y para que no olvidemos que el Señor está cerca, Él ha dado en la Biblia esta afirmación constante: te amo y estoy contigo para siempre.

Saturday, May 9, 2015

¿CÓMO HONRAR A NUESTRA MADRE? | Dr. Charles Stanley

Tenga como norma orar por ella cada día, y contactarla a menudo.

Leer | Éxodo 20.12

9 de mayo de 2015

Honra… a tu madre no es una sugerencia, es un mandamiento que no tiene excepciones. Dios estableció esta directriz para el pueblo de Israel, porque un hogar respetuoso era crucial para el futuro éxito de la nación. Lo mismo cuenta para nosotros hoy. Dios nos bendice cuando respetamos a nuestras madres con palabras y acciones.

Ámela incondicionalmente.Estamos llamados a amar a nuestra madre como Dios lo hace. Él no puso condiciones a su amor por nosotros con expectativas y requisitos que debíamos cumplir primero. Nos prodigó su amor aun siendo pecadores (Ro 5.8).

Perdónela compasivamente. Puesto que no existen madres perfectas, tendremos que perdonarlas. Si su madre parece dura o poco afectiva, demuéstrele compasión. Ella puede haber experimentado sufrimientos siendo niña, que hirieron su espíritu.

Recuérdela con gratitud. Dé gracias a su madre en este Día de las Madres por todo lo que hizo por usted cuando era niño. Pero no deje que eso termine ahí. No hay nada más doloroso que sentirse olvidado. Haga espacio para ella en su apretada agenda. Después de todo, ella hizo innumerables sacrificios por usted.

Trátela con amabilidad. Deje saber a su madre que ella es valorada. Tómese el tiempo para escuchar con atención sus palabras, y ayúdela cuando tenga alguna necesidad.

¿Se siente amada por usted? ¿Qué puede hacer usted para poner una sonrisa en su rostro? Como adultos, es fácil distanciarnos de nuestras madres, pues la vida se vuelve  muy ocupada. Tenga como norma orar por ella cada día, y contactarla a menudo.

Friday, May 8, 2015

CUANDO LOS PADRES ORAN | Dr. Charles Stanley

Samuel fue bendecido porque Ana era una mujer de oración.

Leer | 1 Samuel 2.1-10

8 de mayo de 2015

Ana experimentó una gran aflicción antes de que naciera su hijo Samuel. Sin embargo, en medio de ese tiempo difícil, demostró gran amor a Dios y dependencia de Él mediante la oración.

Samuel tuvo una madre que amaba al Señor profundamente. De hecho, se veía a sí misma como una sierva de Dios, cuya vida estaba a su servicio (1 S 1.11). Incluso, cuando su aflicción era abrumadora, reconoció lo importante que Él era para ella.

Tenemos el mandamiento de amar al Señor con todo nuestro ser (Mr 12.30), y de darle el primer lugar en nuestra vida (Dt 5.7). Si amamos a Dios, nos aseguraremos de que nuestros hijos lo conozcan y entiendan la importancia de tener una relación con Él por medio de Cristo. Nuestra vida, aun llena de defectos, revelará el poder transformador del Espíritu Santo.

Samuel fue bendecido porque Ana era una mujer de oración. Su primera petición registrada provino de su aflicción, mientras que la segunda vino de un corazón que se regocijaba por la respuesta del Señor a su clamor. Una madre que ora da una alta prioridad a presentar al Señor los asuntos de sus hijos. Recuerdo que mi madre se arrodillada conmigo junto a mi cama para orar. Todavía puedo recordar las frases que utilizaba y las cosas de que hablaba con Dios.

Los hijos necesitan padres dedicados que 1) demuestren amor tanto a ellos como a Dios, y 2) que les ayuden a experimentar el poder y el gozo de la oración (Stg 5.16). Incluso, uno solo de los padres puede marcar una gran diferencia cuando Cristo es el centro del hogar. Lo sé, porque mi madre lo hizo.

Thursday, May 7, 2015

EL EJEMPLO DE ANA | Dr. Charles Stanley

Acérquese al Señor, y experimente su amor y su fidelidad, y luego, dele de ese mismo amor a los demás.

Leer | 1 Samuel 1.1-20

7 de mayo de 2015

En el pasaje de hoy, el profeta Samuel se refiere a sus piadosos padres, y al difícil tiempo que pasaron antes de que él naciera. Al observar la vida de su madre Ana, podemos aprender algunos principios importantes por los cuales vivir. Aunque su situación involucraba la maternidad, las lecciones se aplican tanto a hombres como a mujeres.

Mantenerse fiel a la familia. Una de las mujeres en la vida de Ana la atormentaba sin misericordia. Aunque el peligro físico no era el problema, había una perturbación emocional constante porque ella no podía evitar a esta persona. ¡Qué tentador debió haber sido tratar de encontrar una salida! Sin embargo, Ana se quedó en la casa, oraba al Señor, y hacía lo que podía para lidiar con la situación. Demostró una fidelidad a su familia que se antepuso a su propia necesidad de alivio.

Comunicar amor y aceptación. Ana consideraba a su hijo Samuel un regalo del Señor (v. 20). La imagino diciéndole día tras día: “Eres un regalo que Dios me dio. Te amo, y espero con ansias saber lo que Él ha planeado para ti”. Tenemos el poder de edificar a nuestros hijos y a nuestros cónyuges —o de destruirlos. Por medio de nuestras oraciones, abrazos, besos y palabras de aprecio, demostramos cuánto les valoramos. Demostrar un amor verdadero alienta a las personas más valiosas para nosotros.

Algunos vivimos con personas que nos hacen la vida difícil. A veces, somos afectados por las decisiones que toman. Pero Dios entiende nuestra situación, así como entendió la de Ana. Acérquese al Señor, y experimente su amor y su fidelidad, y luego, dele de ese mismo amor a los demás.

Wednesday, May 6, 2015

AMOR SUPREMO | Dr. Charles Stanley

No hay valor o expresión humana más importante que el amor. 

Leer | 1 Corintios 13.1-3

6 de mayo de 2015

No hay valor o expresión humana más importante que el amor. El incomparable tratado de Pablo sobre este tema en 1 Corintios 13 se encuentra intercalado entre dos capítulos que tratan de los dones espirituales. Los corintios se enfocaban demasiado en lucir estos dones, por lo que el apóstol les mostró el “camino aun más excelente” del amor (12.31). Curiosamente, Pablo no hizo ningún intento de definir el amor, sino que describió su importancia y su expresión.

El tipo de amor del que habla Pablo no es de origen humano, sino divino. Es un amor abnegado y sacrificial que actúa en favor de otra persona. Puesto que el Señor quiere transformar nuestro carácter conforme a la imagen de su Hijo, esta prioridad es del todo razonable. En realidad, cada vez que demostramos tal amor por los demás, es cuando somos más como Cristo.

Los tres primeros versículos de este capítulo nos hacen una advertencia. Sin la motivación del amor, todas nuestras buenas obras —incluso el servicio al Señor— no nos sirven de nada. A los ojos de Dios, un espíritu amoroso es más importante que nuestras palabras y que nuestro conocimiento, fe, generosidad y abnegación. Cuando estemos delante de Cristo para ser juzgados por nuestras buenas obras, esas obras hechas por razones egoístas no serán dignas de recompensa.

Todos somos enceguecidos hasta cierto grado cuando se trata de nuestros motivos, por lo que discernir por qué servimos a Dios puede ser difícil. Ore para descubrir las intenciones ocultas de su corazón y para sustituir cualquier motivación egoísta por el “camino aun más excelente” del amor de Dios. Y así, sus obras serán realmente de valor eterno.

Tuesday, May 5, 2015

LOS RETOS DE PERDONARNOS | Dr. Charles Stanley

Siete preguntas que debemos hacernos cuando tengamos problemas con la autocondenación.

Leer | Salmo 32.1, 2

5 de mayo de 2015

Ayer considerábamos las razones por las que a algunas personas les resulta difícil perdonarse. Demos hoy un vistazo a siete preguntas que debemos hacernos cuando tengamos problemas con la autocondenación.

1. ¿Por qué debo seguir condenándome si el Señor ya me ha perdonado?
2. ¿Está mi autocondenación acercándome a Dios, o me está alejando de Él?
3. ¿Qué bien estoy haciendo al dejar de perdonarme?
4. ¿Estoy dañando mis relaciones con otras personas al condenarme?
5. ¿Mi negativa a perdonarme le causa admiración a Dios? ¿Me considera más consagrado por mi sentimiento de culpa y mi vergüenza?
6. ¿Hay alguna base bíblica para no perdonarme?
7. ¿Por cuánto tiempo tengo la intención de condenarme? ¿Cuál será el resultado final?

Lógicamente, las respuestas a estas preguntas son evidentes. Sin embargo, si se está autocondenando, la verdad puede parecerle poco clara.

Por lo general, la única manera de superar su remordimiento es centrarse en la esencia de quién es Dios y en lo que Él quiere para su vida. Si usted está luchando con la incapacidad de perdonarse, considere sinceramente las siete preguntas anteriores. Léalas en voz alta, y permita que le hablen a su espíritu. Una buena sugerencia es que inicie un diario o escriba en una hoja de papel sus ideas cuando el Señor le hable. Con toda seguridad enfrentará cierta lucha intensa en su corazón al considerar estos puntos —y a medida que Dios reordene los pensamientos que usted tiene de sí.

Monday, May 4, 2015

OBSTÁCULOS PARA PERDONARNOS | Dr. Charles Stanley

¿Está usted albergando remordimientos por un pecado de su pasado?

Leer | Salmo 51.10-12

4 de mayo de 2015

Todo ser humano es pecador. Todos nos enfadamos, cometemos errores y hacemos cosas que parecen fuera de lugar. El pecado es un problema universal, pero Dios ha ofrecido el perdón para todos los que quieran aceptarlo. Sin embargo, a muchos creyentes les resulta imposible perdonarse. ¿Por qué?

Primero, porque nos resulta difícil aceptar el perdón de Dios. El sentimiento de culpa puede llegar a ser tan fuerte que eclipse el regalo del perdón y de la restauración que nuestro Padre nos ha dado. Podemos pensar: lo que he hecho es demasiado terrible. Dudo que Dios pueda perdonarme. Lo cual es un error lamentable.

Segundo, una frustración personal puede evitar que nos perdonemos. Muchas veces tenemos parámetros de conducta y de logros inaccesibles. Cuando no somos capaces de vivir de acuerdo con ellos, quedamos casi paralizados por el desengaño, que puede hacer que parezca imposible ser perdonados.

Tercero, ver los resultados de nuestro pecado puede convertirse en un obstáculo. Es decir, si nuestras malas acciones producen consecuencias, podemos llegar a estar tan cegados por el resultado, que nos resulte difícil perdonarnos. Ver los efectos de nuestro pecado día tras día mantiene vivo en nuestra mente el sentimiento de culpa.

¿Está usted albergando remordimientos por un pecado de su pasado? El perdón de Dios está disponible ahora mismo (1 Jn 1.9). Cristo dio su vida para hacerle libre. Por lo tanto, no se mantenga encadenado voluntariamente por no querer perdonarse a sí mismo por lo que Dios ya ha perdonado (Gá 5.1).

Saturday, May 2, 2015

LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN | Dr. Charles Stanley

La oración es el alma de una relación estrecha con nuestro Padre celestial.

Leer | 1 Tesalonicenses 5.17, 18

2 de mayo de 2015

La oración es el alma de una relación estrecha con nuestro Padre celestial. Sin embargo, con frecuencia, dudamos de su poder y eficacia. De manera que, no vacilemos en llevar nuestras dudas al Señor, escudriñar la Biblia en busca de respuestas y buscar el consejo de un mentor espiritual. La oración es demasiado importante para ser descuidada.

¿Los planes de Dios dejarán de cumplirse si no oro? No. Dios no depende de nuestras oraciones. El tiempo que invertimos hablando con Él nos involucra en la obra que está haciendo en nosotros y en el mundo, pero Él seguirá adelante con o sin nosotros.

¿Mi oración (o la falta de ella) influye en el trabajo de Dios?Pienso que la Biblia enseña que la respuesta a esta pregunta es sí y no, dependiendo de la situación. Hay veces cuando el propósito de Dios está establecido. Él tiene el control y ha determinado el mejor plan de acción. En el Antiguo Testamento, el Señor muchas veces profetizaba lo que iba a hacer, y luego hacía que esos hechos sucedieran.

En otros casos, dejamos de ser bendecidos pues no pedimos (cp Stg 4.2). Hay algunas cosas buenas que Él no da hasta que extendamos nuestras manos en oración para recibirlas. Pero, gracias a que Dios es un Padre misericordioso, también derrama bendiciones que no se nos ocurriría pedir.

¿Entiende usted el maravilloso privilegio que es arrodillarse ante el Padre todopoderoso, y saber que Él le escucha y que responderá a sus oraciones? A Dios le encanta ser bondadoso con sus hijos, y conceder el deseo de sus corazones.

Friday, May 1, 2015

¿POR QUÉ RAZÓN ORAN LOS CREYENTES? | Dr. Charles Stanley

Nuestro Padre nos llama a comunicarnos con Él para poder atraernos más cerca de su corazón, e involucrarnos en la edificación del reino.

Leer | Salmo 103.19-22

1 de mayo de 2015

El reconocimiento de que Dios es soberano provoca algunas preguntas sobre la naturaleza de la oración. Concretamente, muchas personas me han preguntado: “Si el Señor tiene el control, ¿por qué espera que oremos?”

La oración nos lleva a cooperar con lo que Dios ha resuelto llevar a cabo. Él desea involucrar a los creyentes en el trabajo que está haciendo, tanto en el mundo como en sus vidas. Pero la palabra “trabajo” es engañosa cuando se trata de nuestra fe. A diferencia del afán que vemos en el mundo, lo que Dios desea es que confiemos en Él (Jn 6.29), le entreguemos nuestras cargas, madure nuestra relación con Él, y le permitamos que obre a través de nosotros.

En Juan 17.11, Jesús le pidió a Dios que protegiera a los discípulos por el poder de su nombre. ¿Pensaba Él que podían perder su salvación o apartarse de su compromiso? Claro que no. Jesús era Dios en carne humana. Él sabía exactamente lo que iba a suceder, y cómo esos hombres darían a conocer el evangelio y permanecerían fieles hasta la muerte. Pero Jesús estaba involucrándose en el plan del Padre al interceder por ellos.

Dios, por supuesto, puede construir su reino sin nuestra ayuda. Pero orar y trabajar junto a nuestro Señor robustece nuestra fe en su poder.

Hablar con el Dios todopoderoso es un privilegio. El Señor le ha creado a usted para que lo ame, y para ser amado por Él. La oración es la manera como esa conexión se nutre y se desarrolla. Nuestro Padre nos llama a comunicarnos con Él para poder atraernos más cerca de su corazón, e involucrarnos en la edificación del reino.