Wednesday, May 31, 2017

La bendición de amar a los demás | 1 Pedro 1.22 | Dr. Charles Stanley | 5/31/17

Si reaccionamos por impulso natural, es probable que seamos amables con las personas que nos traten bien. Pero, en otras ocasiones, seríamos vengativos, agresivos e hirientes.

El Señor Jesucristo nos dice categóricamente que amemos, incluso a quienes no lo merecen. Él vivió de verdad lo que enseñó: nos amó hasta el punto de morir por nosotros, siendo aún pecadores (Ro 5.8). Por consiguiente, por gratitud a lo que Él hizo, y con su poder, podemos, como sus seguidores, amar a los demás (1 Jn 3.14).

Aunque es difícil demostrar amor ante la falta de bondad, la conducta piadosa puede llevar a grandes bendiciones. Primero, esto complace al Padre celestial, porque da a sus hijos gozo, paz y una sensación de victoria. Segundo, los creyentes deben sentirse emocionados y expectantes al pensar cómo obrará Dios en la relación, y cómo derramará su bendición. Tercero, habrá la conciencia de que el Espíritu Santo está actuando en la vida de sus hijos, permitiendo que el amor de Dios fluya a través de vidas rendidas a Él.

Juan 13.35 nos habla de un importante beneficio: Jesús dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.

Tratar a los demás como queremos ser tratados, es lo que crea las relaciones profundas, placenteras y duraderas que todo el mundo desea. Sin relaciones significativas, la vida carece de sentido, no importa todas las cosas materiales o los conocidos que tengamos. Por tanto, piense en las personas con las que se relaciona durante la semana. ¿Las trata usted como Jesús enseñó?

Tuesday, May 30, 2017

Cómo amar a los demás | Mateo 22.35-40 | Dr. Charles Stanley | 5/30/2017

Jesús dijo a sus discípulos: “Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes”
(Mt 7.12 NVI). La mayoría de nosotros conocemos este código de conducta como la “regla de oro”. En teoría, todos convendríamos en que esta es una buena base para unas relaciones excelentes, pero es difícil vivir a la altura de la norma. Si hacemos una lista de las maneras como esperamos ser tratados y la comparamos con nuestra conducta, es probable que no quedemos bien.

Por supuesto, es fácil amar a quienes nos tratan bien. Pero, ¿cómo reaccionamos cuando nos hieren? La verdad es que Jesús quiere que amemos a los demás todo el tiempo, no solo cuando se hacen querer. No importa la actitud de esas personas hacia nosotros, tenemos que pensar en las cualidades relacionales que valoramos, como son lealtad, confianza, perdón y aceptación; y que todas ellas fluyan hacia las demás personas.

Lamentablemente, nuestra sociedad engendra orgullo, egoísmo y codicia, que son los enemigos de lo que Jesús mandó. Pero si amamos a los demás como lo ordena nuestro Señor, las relaciones pueden profundizarse y florecer.

Tratar a los demás con esta clase de amor no es natural ni fácil, especialmente si las personas son poco amables. En realidad, amar como Jesús mandó, es imposible por nosotros mismos. Pero si tenemos fe en Cristo como Salvador, el Espíritu Santo nos dará el poder para vivir su vida en nosotros (Gá 2.20).

Saque tiempo para hacer una lista de las maneras como espera ser tratado, y hágase después la pregunta: ¿Es así como yo trato a los demás? Pídale a Dios que le indique el ámbito en donde Él le ayudará a aplicar la regla de oro.

Monday, May 29, 2017

Las etapas de nuestra vida cristiana | Filipenses 1:5-7 | Dr. Charles Stanley | 5/29/17

La senda de cada cristiano es única.  Pero ciertas etapas del crecimiento deben ser comunes a todos los creyentes. Por ejemplo:

Dios quiere enseñar principios básicos a sus hijos, como un fundamento sobre el cual puedan crecer. Y Él expresa estas verdades por medio de otros creyentes, su Palabra y las circunstancias de la vida.
El Señor nos permite servirle. Fuimos creados para hacer buenas obras, y esto se vuelve evidente a medida que los cristianos crecen y usan sus talentos para glorificar a Jesús (Ef 2.10).
Dios nos permite experimentar “frustración por insuficiencia”. El orgullo y la confianza en uno mismo son amenazas para el crecimiento espiritual. Por tanto, nuestro Padre celestial nos lleva a un punto en el que nos damos cuenta de que no podemos hacer nada sin la gracia y el poder de Dios.
Para lograr que la libertad sea una realidad, el Padre hará que sus hijos se enfrenten a lo que los tienen cautivos. Muchas veces arrastramos heridas, temores y otro “bagaje” desde la niñez, y no sabemos cómo superarlos. Dios nos permite que enfrentemos esos problemas con su ayuda. Cuando le entregamos nuestros problemas y buscamos su perspectiva, Él actúa para liberarnos.
El Señor nos enseña cómo vivir la “vida transformada” (Gá 2.20). Nuestra naturaleza pecaminosa ha sido crucificada con Cristo, y la vida del Salvador se expresa a través de nosotros cuando nos rendimos a la influencia del Espíritu.
Quizás pueda notar un aspecto en el que Dios necesite todavía trabajar en su vida. Ríndase al Espíritu Santo, y pídale que le ayude a ser más como Cristo.

Saturday, May 27, 2017

El Rey de reyes | Apocalipsis 19.11-16 | Dr. Charles Stanley | 5/27/17

En el pasaje de hoy vemos a Jesucristo exaltado como Rey de reyes. Es mostrado regresando a la Tierra para buscar a su pueblo, juzgar a los impíos y establecer su reino. Cuando el cielo se abre, Cristo monta un caballo blanco en poder y gran gloria. Esta manifestación no se parece en nada a su humilde y discreta llegada a Belén como un bebé indefenso. Esta vez, “todo ojo le verá” (Ap 1.7) cuando venga a juzgar sin falta a la humanidad.

Pero el rey exaltado no viene solo. Los ejércitos del cielo, que están vestidos con el lino fino de la novia de Cristo (Ap 1.7, 8), le siguen en caballos blancos. Si usted es cristiano, puede estar seguro de que formará parte de este ejército de santos y ángeles. Esto describe el cumplimiento de la promesa que encontramos en Apocalipsis 5.10, donde dice que los creyentes gobernarán y reinarán con Él.

Un día, Jesucristo reinará literalmente en esta Tierra como Rey. Pero antes de ese día, Él viene a reinar en el corazón de cada creyente. A veces, los cristianos tratamos de mantenerlo solo en el rol de Salvador, pero la salvación es solo el comienzo de todas las bendiciones que el Señor tiene reservadas para nosotros. Solo en sometimiento y obediencia a la autoridad de Cristo, seremos transformados a su imagen y viviremos de una manera digna de sus galardones (Ap 22.12).

¿Quién es el verdadero rey de su vida en este momento? ¿Quién guía sus decisiones y dirige su camino? El Creador tiene un plan y un propósito para usted, que solo puede descubrirse cuando se vive bajo la autoridad de Cristo. Que venga su reino, y se haga su voluntad en la Tierra y en su vida.

Friday, May 26, 2017

El Señor exaltado | Apocalipsis 1:9-17 | Dr. Charles Stanley | 5/26/17

Es posible que Apocalipsis sea el libro más ignorado del Nuevo Testamento, simplemente porque puede ser difícil de entender. Pero desdeñar los tesoros que se encuentran en este libro es perderse algunas de las descripciones más ricas sobre nuestro Señor que ofrece la Biblia. Nos encanta verle como el niño en el pesebre y reconocer la importancia de su muerte y Resurrección, pero la historia no termina allí.

Juan recibió una dramática visión del Señor Jesucristo exaltado, como está Él ahora en el cielo. Aunque el apóstol había tenido una amistad estrecha con Cristo en la Tierra, la visión de su Señor en ese estado glorificado hizo que se desmayara del miedo (Apocalipsis 1.17).

En la escena celestial, Cristo es presentado como el Señor de su iglesia, en medio de los candeleros. Él está pendiente de sus hijos, preservándolos, protegiéndolos y reprendiéndolos cuando es necesario. Unos pocos capítulos después, en Apocalipsis 5.1-14, Jesús es mostrado como el Cordero de Dios, quien, como nuestro Sumo Sacerdote se sacrificó por nosotros. Su sangre compró la redención para las personas de todo tiempo y lugar, de modo que pudieran convertirse en ciudadanos de su reino. Todo el cielo estalla en alabanza y adoración cuando Cristo es el único digno de ponerle fin a esta era y establecer su reino de justicia (Apocalipsis 5.13).

Si usted ha entregado su vida a Cristo, está leyendo sobre su futuro. Imagínese en la escena, viendo a Jesucristo como el Señor y el Cordero de Dios exaltado. ¡Las alabanzas descritas en Apocalipsis 5.9-14 salen de la boca de usted! Que esta visión del futuro defina su adoración y su perspectiva esta semana.

Thursday, May 25, 2017

Nuestro Dios Consolador | 2 Corintios 1.3- 4 | Dr. Charles Stanley | 5/25/17

El cuidado de Dios por nosotros se extiende aun a los detalles más pequeños de nuestra vida. Él sabe cuando sus hijos sufren, y anhela consolarles (Is 49.13).

La compasión del Señor es personal, continua y está siempre a nuestro alcance. Recibimos su consuelo por medio del Espíritu Santo, quien vive en nosotros. No hay ninguna situación o momento en que Él sea inaccesible al creyente; podemos ser consolados y tranquilizados en cualquier momento del día o de la noche.

Considere la manera como demostró Dios su compasión por medio de la vida de Jesucristo. Él se relacionó incluso con los “intocables”, personas que tenían el cuerpo infectado por una enfermedad contagiosa (Lc 17.11-14). Ninguna enfermedad que tengamos le impedirá cuidarnos. El Señor tuvo compasión de las personas enfermas. Pero no solo las sanaba físicamente, sino que también les daba un consuelo aun mayor: una vida nueva mediante el perdón de sus pecados. Y si nuestras enfermedades no desaparecen, el Señor nos fortalece amorosamente para que podamos perseverar (2 Co 12.7-9).

¿Y qué de los desastres que nosotros mismos creamos? La traición de Pedro a Cristo tuvo como respuesta el perdón (Jn 21.15-17). Las dudas de Tomás fueron respondidas por el mismo Jesús (Jn 20.27). Nuestros errores no le impedirán a Él amarnos. Incluso a sus enemigos, Jesús les dejó abierta la puerta para el arrepentimiento.

El consuelo y el cuidado de Dios son suficientes para superar cualquier dolor. Una vez que hayamos experimentado su consuelo, debemos convertirnos en portadores de consuelo para otros (2 Co 1.4).

Wednesday, May 24, 2017

La gran separación | Isaías 55.8-9 | Dr. Charles Stanley | 5/24/17

Cuando imaginamos a Jesús como nuestro “puente hacia Dios”, es natural que pensemos en las cosas que nos separan del Padre celestial. Por eso, examinemos tres metáforas que señalan los obstáculos que hay entre nosotros y el Todopoderoso.

Primero, estamos separados por la altura. La Biblia llama a Dios el “Altísimo”, y lo presenta como “alto y sublime”. Está por encima de la Creación, Él mismo declara: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Is 55.9). Sin duda alguna, Dios está por encima del hombre.

Segundo, estamos separados por la distancia. Moisés tuvo una experiencia de Dios por medio de la zarza ardiente, pero aun en ese sagrado momento el Señor le advirtió que no se acercara mucho (Éx 3.5). Después, cuando el pueblo de Israel construyó el templo y el tabernáculo, Dios les advirtió que no entraran al Lugar Santísimo, excepto para el único sacrificio anual, cuando solo una persona podía hacerlo, bajo condiciones estrictas (He 9.7). Entre Dios y el hombre hay una distancia que no puede ser traspasada.

Tercero, estamos separados por luz y fuego (1 Jn 1.5; Dt 4.24). Sabemos que mirar fijamente una luz intensa puede causar ceguera, y que estar cerca de una llama puede quemarnos la piel. Asimismo, si estuviéramos delante del Dios santo, seríamos consumidos (Dt 4.24).

¿Por qué razón vino Jesús a nosotros? Porque solo el perfecto, inmaculado Hijo de Dios podía llegar al Padre, acercarse a Él y estar en su presencia. En Cristo, podemos participar de esa intimidad.

Tuesday, May 23, 2017

Nuestro puente hacia Dios | Juan 14.1-6 | Dr. Charles Stanley | 5/23/17|

El Señor Jesús hace una clara, poderosa e inequívoca declaración en Juan 14.6: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.

La gente ha rechazado esa declaración por más de 2.000 años. Algunos dicen que Jesús no lo dijo literalmente, mientras que otros rechazan su autoridad para decir tal cosa. Pero, como creyentes en el señorío de Cristo, debemos creer que es verdad lo que Él dice. Por tanto, pensemos un momento en la imagen verbal de ese versículo.

Cuando Jesús dice ser “el camino”, muchos piensan en una calle de un solo sentido. Saben que hay muchas calles, pero Él es la única que lleva al Padre. Es una buena imagen, pero pienso que podemos hacer un mejor análisis.

Me gusta pensar en Jesús, no como un camino, sino como un puente, nuestro puente hacia Dios. Consideremos la advertencia del apóstol Pablo en Romanos 3.23: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. La imagen aquí es la de un gran abismo entre Dios y nosotros que nos impide llegar a Él.

Entonces, ¿cómo hacerlo? La única manera es por medio de un puente, de un canal que nos dirija sin desvíos, ¡por supuesto! Eso es Jesús para nosotros; nunca podremos estar en mejores manos que en las de nuestro Señor. Él está en el medio para permitirnos cruzar con seguridad hasta los amorosos brazos del Padre celestial.

Medite en esta imagen mental. Cuando nos imaginamos impotentes y perdidos, con un cielo lejos de nuestro alcance por la gran división que nos separa, podemos apreciar de verdad el poder de la cruz.

Saturday, May 20, 2017

Para tener un cimiento firme | Lamentaciones 3:21-23 | Dr. Charles Stanley | 5/20/17

Hemos estado examinando la naturaleza de la fe.  Pero ¿sobre qué debemos construir una fe firme en el Señor? Veamos siete aspectos del cimiento:

1. Dios es. La fe debe basarse sobre la sencilla confesión de que el Señor es real, que existe, y que, ciertamente, es Dios.

2. Dios es amor. Dios no solo es real, sino que también está íntimamente interesado por nuestra vida, y quiere entablar una relación con nosotros.

3. Dios es justo. Usted nunca tendrá que preguntarse si el Señor le tratará o no con justicia. Su justicia es absolutamente perfecta, aun cuando imparte su amorosa disciplina.

4. Dios es omnisciente. Él conoce su corazón, dolor y preguntas. Usted no puede impresionarlo ni sorprenderlo.

5. Dios es omnipresente. Usted nunca tiene que preguntarse dónde está Él; de hecho, no puede escapar de Él. Dondequiera que usted esté, Él está justo a su lado.

6. Dios es todopoderoso. No hay nada más grande que Dios. No importa lo enorme que parezcan los desafíos y los sufrimientos en su vida, usted puede vencerlos con el poder de Dios.

7. Dios es fiel. Es decir, es absolutamente digno de confianza. Gracias a esta verdad, los hijos de Dios sabemos que siempre podemos contar con Él en todo. No importa hasta dónde se haya extraviado usted, Él permanece a su lado. No importa lo que usted haya hecho, Él siempre le abrirá sus brazos.

Utilice esta lista como una guía de oración, reconociendo cada una de estas características de Dios y ofreciendo su fe en sacrificio hoy.

Friday, May 19, 2017

De pie sobre un cimiento firme | Isaías 52:7 & Romanos 10:15 | Dr. Charles Stanley | 5/19/17

¿Cuándo fue la última vez que usted asistió a un estudio bíblico acerca del tema de los pies? Es muy probable que nunca haya tenido un estudio bíblico de este tipo. De hecho, podría incluso tener escrúpulos ante la idea de enfocarse en los pies. Pero el apóstol Pablo no evitó el tema. Hizo de los pies un punto focal de uno de sus mensajes más poderosos: la reflexión que hace en Efesios 6.10-18 acerca de la armadura de Dios.

En Efesios 6.11-14, Pablo declara que el propósito de la armadura espiritual —el valor de ponerse cada pieza— está en su capacidad de ayudarnos a estar firmes ante las asechanzas del diablo. Y, por supuesto, la armadura estaría incompleta sin el calzado, que Pablo identificó como “el apresto del evangelio de la paz” (Efesios 6.15). Es obvio que él sabía que los cristianos necesitaríamos estar sobre un cimiento sólido cuando peleáramos una guerra espiritual.

El calzado del soldado romano tenía una característica, que es pasada por alto a menudo: un largo clavo en el tacón del zapato. Su propósito era permitir al guerrero plantar sus pies firmemente en el terreno cuando se acercaba un enemigo. Con los pies asegurados de esta manera, el soldado tenía una ventaja evidente: sería capaz de mantenerse firme. Esta parte de su uniforme le permitía mantenerse en pie cuando enfrentaba el peligro.

Eso es precisamente lo que el Padre celestial quiere para cada uno de sus hijos: la capacidad de mantenernos firmes frente a los problemas. Pero esto solo es posible si plantamos nuestros pies sobre una base firme, el cimiento de la fe en Jesucristo. ¿Está bien cimentada su fe?

Thursday, May 18, 2017

Un propósito de la adversidad | Salmo 37.23-28 | Dr. Charles Stanley | 5/18/17

Cuando estamos pasando por una temporada de adversidades, parece que solemos enfocarnos solo en los problemas. Con frecuencia no vemos ningún valor en nuestro sufrimiento. Pero Dios tiene propósitos específicos para permitir que atravesemos tiempos difíciles.

Una de las razones por las que Él puede permitir la adversidad es para enseñarnos a aborrecer el mal. Usted puede ser reticente a usar la palabra aborrecer en cualquier situación, pero esto es precisamente lo que la Palabra de Dios nos manda a hacer. El Salmo 97.10 proclama: “Los que amáis al Señor, aborreced el mal”.

¿No es cierto, sin embargo, que a menudo no actuamos como si aborreciéramos el mal? En muchos casos nuestra tendencia es jugar con él, manteniéndolo cerca para nuestra diversión, y poniendo excusas por su presencia en nuestra vida. Podemos decir: “Bien, no puedo escapar del mal en este mundo. ¡Está a mi alrededor! Creo que lo mejor que puedo hacer es tratar de manejarlo”. ¡Qué engaño es esto! No se nos manda manejar ni a manipular el mal. El mandamiento es que aborrezcamos su presencia misma. El Salmo 37 dice: “Apártate del mal y haz el bien, y vivirás para siempre” (Salmo 37.27). ¡Cuando veamos el mal, debemos darnos la vuelta y correr en la dirección contraria!

Sí, vivimos en un mundo donde el mal está presente en todo, y no podemos evitarlo en todo momento. Sin embargo, podemos alejarnos de situaciones particularmente tentadoras. El Padre celestial puede ayudarnos a reconocer las trampas del maligno en nuestra vida. Oremos y pidamos a Dios sabiduría y fortaleza para evitar esas trampas.

Wednesday, May 17, 2017

Para avanzar en medio de las adversidades | Salmo 56.3-4 | Dr. Charles Stanley | 5/17/17

Hay un eslogan que se ha hecho popular en los últimos años: el grito valiente, “¡Sin miedo!”. En general, esta frase está ligada a algún atrevido intento en los deportes. Pero, ¿puede esta expresión encontrar también un significado más profundo relacionado con nuestra vida cristiana?

Obviamente, es imposible vivir en este mundo sin enfrentar jamás incertidumbres, dudas, desconcierto ni temor. La Biblia no resta importancia a estas preocupaciones; la Palabra de Dios es veraz en cuanto a la adversidad que todos enfrentamos. La respuesta correcta a estas dificultades es reconocer nuestros temores delante del Señor y confiar en que Él actuará para su gloria y para nuestro bien (Vea Sal 56.11).

Muchísimas personas tratan de eximir a Dios de responsabilidad cuando enfrentan un obstáculo al parecer inamovible. De lo que no nos damos cuenta, muchas veces, es que quizás Dios quiera usar esa dificultad para convertirnos en las personas que Él desea que seamos.

Lo que sucede es que la adversidad es una oportunidad para que Dios purifique nuestra fe. Puesto que solo Dios es soberano en el universo, Él desea ser soberano, también, en nuestra vida. Si ponemos nuestra fe en algo distinto a Dios, Él no tardará en quitar los obstáculos que impiden nuestro caminar con Él.

Si usted está pasando por una adversidad, pida a Dios discernimiento para hacerse esta pregunta: ¿Es esto algo que Dios puede estar permitiendo que ocurra en mi vida para que me acerque más a Él? Si es así, confíe en que Él reordenará su vida para seguir siendo el Señor de su fe.

Tuesday, May 16, 2017

La iglesia: El plan de Dios | Hebreos 10:23-25 | Dr. Charles Stanley | 5/16/17

Cuando usted escucha la palabra “iglesia”, ¿imagina un templo lleno de personas sonrientes y vestidas con elegancia? Por más encantadora que pueda ser esa imagen, el plan de Dios para la iglesia es otro. Él creó a la iglesia para que fuera una comunidad unida de creyentes que se animan unos a otros, y que llevan a cabo su obra en el mundo.

La Biblia define claramente a los siguientes como ministerios de la iglesia: adorar al Dios vivo; instruir y edificar a los creyentes; hacer discípulos de todas las naciones; y ayudar a los necesitados. Pero, si sus líderes no están vigilantes, estos propósitos pueden desequilibrarse, dejando al cuerpo mal alimentado. Por ejemplo, una iglesia con un énfasis excesivo en la alabanza puede volverse introvertida. Las que enfatizan demasiado la enseñanza puede perder su gozo; y las que evangelizan olvidando otras áreas, pueden privarse de crecer en la fe.

Debido al pecado y a las deficiencias humanas, no experimentamos a la iglesia como fue el propósito original; en vez de eso, existe la tendencia a enfatizar demasiado ciertos ministerios y actividades. Además, las disputas, muchas de las cuales tienen que ver con cuestiones de poca importancia, como la preferencia en cuanto a música, suelen destruir la unidad. El afán de poder, el orgullo, el egoísmo y el chisme pueden también destruir a una iglesia.

Por estar constituidas por personas imperfectas, las iglesias serán también imperfectas. Y aunque esperar lo contrario es inútil, debemos esforzarnos por lograr el plan original de Dios, midiéndonos continuamente según los parámetros de la Biblia, y alineándonos de nuevo con el propósito de Dios.

Monday, May 15, 2017

La iglesia: ¿De qué se trata? | Colosenses 1:18- 24 | Dr. Charles Stanley | 5/15/17

En nuestro país abundan las iglesias. Dar con una puede ser fácil, pero decidir con acierto a cuál unirse implica más esfuerzo. La Palabra de Dios nos da algunas instrucciones específicas en cuanto a este asunto.

Primero, analicemos el significado bíblico de la palabra “iglesia”. El término ecclesia significa un grupo de personas que han sido llamadas a vivir fuera del esquema del mundo, por la gracia de Dios, con el propósito de congregarse para adorar y servir a Cristo. Efesios 5.29, 30 especifica, además, que los creyentes son el cuerpo, y Jesús es la cabeza de esa congregación.

El plan de Dios para esta santa congregación implica adoración, enseñanza, aliento, evangelización y servicio, tanto a los necesitados dentro de ella como a los que están fuera de sus paredes. Una congregación fuerte y dinámica solo es posible cuando los miembros confían plenamente en la guía del Espíritu Santo. El trabajo de la iglesia debe hacerse en el poder de Él, y con humilde y fiel sometimiento al Señor. Para ayudarle a determinar si una iglesia está siguiendo el plan establecido en la Biblia, he aquí algunas preguntas importantes: ¿Creen sus miembros que la Palabra de Dios es infalible e inerrante? ¿Está la iglesia discipulando a sus miembros? ¿Tiene la congregación algún tipo de programa misionero o de evangelización?

Unirse a una congregación es importante, ya que Dios utiliza a la comunidad de creyentes para alentar a sus hijos. Esas tres preguntas pueden ser útiles para discernir la voluntad de Dios. Escuche al Espíritu, para que le advierta o dirija cuando esté buscando una congregación a la cual unirse.

Friday, May 12, 2017

Por qué no nos atrevemos a confiar | Lucas 5.1-11 | Dr. Charles Stanley | 5/12/17

En el Mar de Galilea, el mejor momento del día para pescar había pasado horas antes, por lo que los pescadores estaban limpiando sus redes en la orilla. Pero, a petición de un predicador ambulante, uno de ellos echó sus redes al agua. La recompensa por la confianza de Pedro fue algo que rompió récord —y además su red.

Como creyentes, también queremos vencer nuestras dudas para obedecer con valentía a Dios. Pero, a veces, confiamos en nuestras habilidades para decidir si vamos a confiar o no en Él. Quizás lo que el Señor nos esté pidiendo no parezca razonable. Por ejemplo, el principio del diezmo va en contra de la prudencia humana, pero cuando damos a Dios una décima parte de nuestros ingresos, Él hace que el 90% restante rinda más de lo que podría lograr el 100%.

En otras situaciones, vacilamos en confiar en el Señor porque nuestro conocimiento o experiencia contradicen su plan. Toda la experiencia de Pedro indicaba que la pesca después de cierta hora sería inútil. A veces, Dios desafía a los creyentes a actuar, aun cuando no entiendan cómo podrán tener éxito.

Escuchar las opiniones de los demás es otro obstáculo para tener fe. Hay un tiempo para buscar el consejo de otros, pero cuando el Señor hace clara su voluntad debemos actuar. No debemos levantar el teléfono para preguntar a los amigos lo que piensan. Ninguna opinión importa más que la del Señor, quien no comete errores al presentar su plan.

La próxima vez que tenga dudas, piense en la razón. Entonces, podrá orar específicamente para superar el obstáculo a su fe, y seguir adelante, sabiendo que Dios bendice los pasos que demos para obedecerle.

Thursday, May 11, 2017

Decir lo que sucedió | Salmo 126 | Dr. Charles Stanley | 5/11/17

A las personas les gustan las historias inspiradoras.  Las biografías de los derrotados que aprovecharon bien una segunda oportunidad tienden a convertirse en grandes éxitos. Pero, pocas personas tienen una vida tan dramática; la mayoría somos personas comunes y corrientes. Lamentablemente, algunos cristianos piensan que ser una persona común hace que su testimonio sea trivial y menos valioso. Nada podría estar más lejos de la verdad. Lo que el Señor ha hecho por cualquiera de nosotros es tan fabuloso como lo que hizo por el traficante de drogas, el homicida o la prostituta que han sido redimidos.

El testimonio personal es una manera de expresar lo que el Señor ha hecho y está haciendo en la vida de uno. Es un poderoso instrumento para que otros se interesen en los asuntos espirituales. No importa lo trivial que puedan sonar, el Señor se encargará de que sean de bendición para los oyentes que las necesitan.

Déjeme darle un ejemplo. Supongamos que una niña, Isabela, recibe la salvación a los seis años de edad. Cuando ella tenga 18, podrá hablar a sus amigos de la grandeza de Dios. Podrá decir que Dios hace claro el evangelio a un niño, y que le sigue revelando algo nuevo a ella cada día. Cuando Isabela tenga 80 años, habrá tenido toda una vida de oportunidades de servicio que contar. Tal vez su testimonio no sea tan emocionante, pero es oro espiritual.

Usted no tiene idea de lo valioso que puede ser su testimonio “ordinario”. Dios dice que sus palabras no volverán a Él sin hacer la obra para la cual las envió (Is 55.11). Cuando los cristianos comparten su fe, están llevando el evangelio a un mundo necesitado.

Wednesday, May 10, 2017

Una conciencia genuina | 2 Reyes 6:15-17 | Dr. Charles Stanley | 5/10/17

Si alguien le pregunta si usted conoce a Dios, sin duda exclamará: “¡Por supuesto que sí! Voy a la iglesia, leo la Biblia y oro siempre. Conozco muy bien a Dios”. Ahora, vayamos más allá: ¿Está consciente de la presencia y la actividad de Dios en su vida cotidiana?

Esta segunda pregunta se vuelve un poco más personal, ¿verdad? ¿En mi vida cotidiana? ¿Ahora mismo, todo el tiempo? A todos nos gustaría tener esa conciencia constante de la presencia de Dios, pero es difícil. Cuando surgen dificultades y pruebas que no esperábamos, a menudo nos sentimos desconcertados y nos preguntamos por qué nos ha abandonado el Señor.

En tiempos de dificultad, podemos orar más y por más tiempo. Rogamos la ayuda de Dios, y clamamos: “¡Ayúdame, Señor! ¡Dame fuerzas!”. O quizás decimos: “Creo esto” o “Puedo hacer esto”. ¿Se da cuenta del factor común aquí? Su enfoque está en usted. Aun durante la oración, podemos estar conscientes solo de nosotros mismos, dejando al Señor fuera del asunto por completo.

En ese punto, podemos descubrir que, en realidad, no estamos hablando con el Padre en absoluto, sino con nosotros mismos. Tal vez estamos enfocados en el problema, y deseando tener la capacidad de manejarlo a nuestra manera. Podemos, en efecto, cegarnos por completo a la actividad de Dios.

Segundo de Reyes 6.15-17 nos da una imagen maravillosa de lo que puede suceder cuando nos quitamos la venda egocéntrica de los ojos y vemos la mano de Dios en acción. Abra sus ojos. Como el siervo de Eliseo, se sorprenderá al descubrir la ayuda que Dios ya le ha enviado.

Tuesday, May 9, 2017

Cómo ponerle fin al chisme | Efesios 4:29-32 | Dr. Charles Stanley | 5/9/17

Esparcir rumores acerca de otras personas revela poco sobre quiénes son ellas, en realidad, pero sí dice mucho de su personalidad. Tal conducta muestra una disposición de pecar contra el Señor, al causar daño a los demás. Si un cristiano chismoso no confronta su pecado, se estancará y no llegará a ser la persona que Dios quiere que sea. La confesión al Señor es el primer paso para ponerle fin al chisme. A esto debe seguir el arrepentimiento, la promesa de rechazar todas las oportunidades de hablar mal de alguien. Un versículo útil para quien ha renunciado al chisme es Salmo 141.3: “Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios”.

En segundo lugar, hay que estar alerta para no caer en la tentación de chismear. Los creyentes tienen la responsabilidad de apartarse de la maledicencia para poder tener pensamientos y palabras agradables al Señor. Estar en presencia de alguien que riega rumores tienta a las personas a ser parte de ellos. Lo mejor que se puede hacer en una situación donde esté presente el chisme es condenar esa práctica y después marcharse.

Por último, en vez de hablar mal de alguien, es sabio orar por la persona. Cultivar este hábito le ayudará a usted a entrenar la mente para reemplazar una práctica pecaminosa por lo que le agrada a Dios. La Biblia nos enseña que debemos alentarnos y confortarnos mutuamente, y la oración es una buena manera de obedecer ese mandato (1 Ts 5.11, 14).

Un cristiano chismoso deshonra el nombre de Dios, y el suyo. En vez de usar palabras que desacrediten, tome la decisión de no hablar mal de nadie, y así glorificará al Señor.

Monday, May 8, 2017

La naturaleza del chisme | Romanos 1:28-31 | Dr. Charles Stanley | 5/8/17

Dios detesta el chisme, y por tanto, no considera agradables la conversación frívola ni las palabras mal intencionadas (Col 3.8). Lamentablemente, el chisme es tan común, que incluso algunos creyentes lo practican y justifican. Pero los rumores no tienen cabida en la vida de un cristiano.

Romanos 1 contiene una de las listas de pecados más largas que hay en la Biblia. Pablo, su autor, recuerda a los creyentes que Dios se ha revelado a toda la humanidad, y les dice que quienes le rechazan para ir tras los ídolos, Él los entrega a la inmundicia y a la concupiscencia (Romanos 1.24). La mentira aparece en medio de la lista, y Dios la detesta porque ella destruye vidas. La persona víctima del rumor, sea cierto o falso, muchas veces pierde el respeto de quienes le rodean. Entre sus efectos no están solo los sentimientos heridos; también se pueden perder un empleo o una relación.

Quienes propagan chismes, también enfrentan consecuencias destructivas. Su negativa a controlar su lengua revela motivos perversos o, por lo menos, falta de disciplina. Las personas temerosas de Dios, como también muchos que no son creyentes, evitan a esas personas con frecuencia, porque tienen una reputación empañada. Pero lo más dañino para un creyente que esparce rumores es que su acción puede arruinar su comunión con el Señor, porque en un mismo corazón no pueden coexistir la animosidad hacia otra persona y la intimidad con Dios.

El chisme no le hace bien a nadie, y por eso Dios nos amonesta contra el mismo. Debemos utilizar nuestras palabras para consolar, alentar y edificar a otras personas.

Friday, May 5, 2017

Elegir el amor, no los derechos | Mateo 5:38-48 | Dr. Charles Stanley | 5/5/17

Hablamos mucho de los derechos hoy en día. Pero la atención dada a los derechos no ha producido libertad colectiva ni personal. Más bien, la mayoría de las personas son prisioneras de la envidia (¡Tú tienes más que yo!), la codicia (¡Merezco más!), o el resentimiento (¡Han violado mis derechos!).

En vez de centrarnos en los privilegios que nos corresponden, debemos aceptar el mandato bíblico de amar a los enemigos y perdonar a nuestros perseguidores (Mt 5.44). Los verdaderos cristianos renuncian a sus derechos para poder asumir la causa de un reino bendito.

Eso no quiere decir que dejemos que la gente nos pisotee, sino que demos la respuesta adecuada conforme a los preceptos bíblicos. Es decir, debemos estar más preocupados por mostrar el amor de Dios a quienes nos agravian, que por exigir nuestros derechos. Tal vez usted esté pensando: Pero es que usted no sabe cómo he sido lastimado. En realidad, no lo sé. Pero lo que sí sé es cómo reaccionó Jesucristo, nuestro ejemplo, ante los terribles maltratos. Fue traicionado por sus amigos, perseguido por su pueblo y crucificado por nuestros pecados. Sin embargo, Él dijo: “Padre, perdónalos” (Lc 23.34).

Antes de pensar que la capacidad de Jesús para perdonar y amar está fuera de nuestro alcance, recordemos que su Espíritu habita en los creyentes. Podemos elegir renunciar a nuestros derechos, y dejar actuar al amor de Dios por medio de nosotros.

Lucas 6.29 dice que presentemos la otra mejilla y demos más de lo que nos pidan, porque expresar amor tiene más peso que nuestros derechos. Usted nunca perderá cuando demuestre a los demás el amor del Señor.

Thursday, May 4, 2017

El poder del amor | 1 Corintios 13:4-6 | Dr. Charles Stanley | 5/4/17

El pasaje de hoy enseña que el amor “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad” (1 Corintios 13.6). Esto significa que los cristianos no debemos obsesionarnos con los errores de otra persona y renunciar a ella como si fuera un delincuente despreciable y sin remedio. El amor nos permite odiar el mal hecho injustamente al inocente, pero al mismo tiempo respetar a quien cometió la acción. Dicho más sencillamente, odiamos el pecado pero amamos al pecador.

A pesar de lo que parezca evidente en cuanto a una persona que ha sido impulsada a cometer una mala acción, Dios la creó con el potencial de hacer algo bueno. Por fuera puede parecer como si una crianza deficiente, los malos tratos, o las influencias negativas dañaron de manera irreparable su moral y su perspectiva del mundo. Para estas personas, la capacidad de amar y elevarse por encima de las circunstancias puede estar enterrada tan profundamente, que puede parecer inexistente.

Dios sigue considerando digna de salvación a la persona más malvada y corrupta. ¿Por qué sé que es así? Porque la Biblia dice que toda persona que crea en el Hijo de Dios tendrá vida eterna (Jn 3.16). Muchos somos culpables de pensar que merecemos su amor porque parecemos muy buenos en comparación con otras personas. Pero Dios ama a todas las personas, no importa qué tan horrible sea su pecado.

Dios no quiere que maltratemos a los demás; las malas acciones tendrán consecuencias y serán castigadas. Sin embargo, el Señor ofrece amor, misericordia y salvación a cualquiera que la desee. Él no guarda rencor, ama incondicionalmente y, por tanto, desea que amemos de la misma manera.

Wednesday, May 3, 2017

La comunión con el Señor Jesús | Lucas 10:38-42 | Dr. Charles Stanley | 5/3/17

Dos hermanas, Marta y María, se estaban preparando para la visita de Jesús. Al llegar, una de ellas centró su atención en Él, mientras que la otra se enfocó en los preparativos (Lucas 10.40), y se impacientó porque su hermana no estaba ayudándola. Podemos pensar que Marta tenía razón, porque si todavía había trabajo por hacer, María no debía estar sentada. Sin embargo, después leemos lo que el Señor Jesús opinaba de la situación. Al ver que Marta estaba ansiosa y preocupada por muchas cosas, cuando solo una era necesaria, dijo que María había escogido la más importante (Lucas 10.42).

Hay algunas lecciones importantes que podemos aprender de esta historia. Primera: para tener comunión con el Señor Jesús es posible que tengamos que desatender algunas cosas. Él sabía cuánto habían estado trabajando las mujeres, y lo mucho que Marta deseaba terminar las tareas. Pero su mayor necesidad era pasar tiempo con Él. Su objetivo debía ser escuchar, aprender y relacionarse con el Señor Jesús.

La segunda lección es que nuestra decisión de renunciar a una actividad puede ser malinterpretada. Marta no comprendió la decisión de su hermana. Además, si no pasamos tiempo con el Señor, las consecuencias serán terribles. La confusión de Marta la llevó al afán y a la turbación. Jesús la invitó a elegir lo más importante, es decir, estar con Él.

Es esencial para nuestra salud espiritual tener el hábito de buscar la comunión con el Señor. La relación regular con Cristo centra nuestra atención en lo que es más importante para Él. Aun en nuestro trabajo diario podemos mantenernos conscientes de su presencia y actuar conforme a su voluntad.

Tuesday, May 2, 2017

Una vida consagrada a Dios | Romanos 12:2 | Dr. Charles Stanley | 5/2/17

El versículo de hoy presenta el propósito y los pasos necesarios para desarrollar una vida consagrada a Dios. Pablo estaba advirtiendo con urgencia a los creyentes que no se conformaran al mundo. Nuestra propensión a no ser fieles a la verdad es uno de los mayores peligros en la iglesia de hoy.

Por causa de las relaciones mundanas y el entorno, somos influenciados por personas que no andan en los caminos de Dios. El mundo nos dice que debemos ponernos en primer lugar, conseguir lo que queremos, proteger nuestros derechos y promover nuestros intereses personales por encima de los de los demás. Pero, el Señor dijo que nuestro Padre celestial nos dará lo que realmente necesitamos (Fil 4.19), que debemos olvidarnos de nosotros y seguirle (Lc 9.23), y que el humilde —no el orgulloso— será honrado (Stg 4.10).

Al mismo tiempo, Pablo nos exhorta a buscar la transformación de nuestra mente: a poner nuestros pensamientos en las cosas de arriba (Col 3.2), y a enfocarnos en lo verdadero, justo, puro y de buen nombre (Fil 4.8). Esto exige hacer ajustes en nuestra forma de ver la vida, hasta que nuestros pensamientos armonicen con los de Cristo. También debemos proteger nuestra mente con la verdad bíblica, y rodearnos de creyentes maduros que puedan alertarnos cuando empecemos a descarriarnos.

Hágase esta pregunta: ¿Estoy enfocándome en lo que es importante para el Señor, obedeciendo la Biblia y demostrando una conducta transformada? Deje que el Espíritu Santo de Dios le dé el poder para hacer los cambios necesarios que le permitan ser más como Cristo.

Monday, May 1, 2017

Un llamado a la vida piadosa | Romanos 12:1 | Dr. Charles Stanley | 5/1/17

El apóstol Pablo vivió en un tiempo cuando la sensualidad, la búsqueda del placer y la rebeldía contra Dios estaban generalizadas. En consecuencia, escribió cartas instando a los cristianos a no imitar los caminos del mundo. Al igual que los primeros creyentes, nosotros debemos procurar vivir en santidad ...

Presentando nuestros cuerpos a Dios. Nuestro ser total —mente, voluntad, emociones, personalidad y cuerpo físico— volverá a nuestro Padre celestial (Stg 4.7). Presentarnos al Señor requiere la decisión definitiva de darle el control, y el compromiso diario de permanecer bajo su autoridad. Al entregarnos a Él, nos posicionamos para tener una vida piadosa.

Convirtiéndonos en sacrificio vivo. La vida cristiana se basa en el concepto de sacrificio. Jesús dejó la perfección del cielo para vivir en medio de gente pecadora, y poder así reconciliarnos con Dios. Dio su vida para pagar por nuestros pecados (1 Jn 3.16) y nos hizo miembros de su familia. Como creyentes, debemos seguir su ejemplo. Pablo lo llamó un sacrificio vivo, pues se realiza cada día.

La vida está llena de opciones. Muchas decisiones implican elegir entre seguir el camino de Dios o elegir el nuestro. Los cristianos maduros son los que sacrifican sus deseos personales, y aceptan gustosamente la voluntad de Dios.

Una vida consagrada al Señor se caracteriza por una mente y un corazón inclinados a las cosas de Dios. Aunque nuestra vida no sea perfecta, debemos enfocarnos en obedecer la voluntad del Señor y agradarle. Comprometámonos a ser más como Cristo, Aquel que se entregó gustosamente por nosotros.