Monday, July 31, 2017

Una persona común y corriente | Mateo 4.18-20 | Dr. Charles Stanley | 7/31/17

El apóstol Pedro fue una persona común y corriente que vivió en un tiempo extraordinario. La suya fue la generación en la que Jesús vivió en la Tierra, y en la que murió para salvar a la humanidad.

Pedro (llamado originalmente Simón) conoció al Señor por medio de su propio hermano Andrés (Jn 1.40-42). Cuando Jesús lo invitó a convertirse en su discípulo, dejó de inmediato su oficio de pescador para ponerse bajo la autoridad de Cristo (Mt 4.20). Se volvió un apasionado seguidor que demostró siempre el anhelo de estar cerca del Salvador, y en medio de cualquier circunstancia. Ya se tratara de ir hacia Jesús caminando sobre el agua durante una tormenta (Mt 14.27-29), o de hablar con Él durante su transfiguración (Mt 17.1-5), Pedro estaba consagrado a servir a su Maestro.

Al comienzo, el antes pescador era rápido en hablar y actuar, y esta impulsividad le creó problemas. Por ejemplo, cuando Jesús estaba hablando de su sufrimiento y muerte inminentes, Pedro se opuso, como si supiera más que el Señor. La reprimenda de Cristo fue inmediata y directa (Mt 16.21-23). El apóstol aprendió de sus errores, y recibió después una gran responsabilidad. Pedro es un buen ejemplo de cómo debemos renunciar a nuestros deseos personales, obedeciendo sin reservas la dirección de Jesús y andando estrechamente con Él (Mr 8.34).

El Señor escoge a personas comunes y corrientes, como Pedro, usted y yo, para edificar su reino. Él pide a sus seguidores que lo amen más que a todas las cosas y que se consagren por completo a obedecerle. Si lo hacemos, Él podrá lograr más cosas por medio de nosotros de lo que imaginamos.

Friday, July 28, 2017

Caminar con Cristo| Colosenses 1.10-12 | Dr. Charles Stanley | 7/28/17

El camino de la fe tiene un propósito divino, y debemos obedecer pase lo que pase. Pero aun cuando la dirección de Dios sea desconcertante, podemos contar con su misericordia.

Caminar obedientemente con Cristo no garantiza una vida fácil; eso es evidente cuando pensamos en el apóstol Pablo. Él enfrentó todo tipo de dificultades, entre ellas naufragios, persecuciones y azotes (2 Co 11.23-27). Pero tenga presente que nada puede tocar a un creyente sin el permiso de Dios. Él usa las dificultades para fortalecer y disciplinar a los creyentes; y, a la larga, para llevar a cabo su plan final. Recordemos también que el Señor protege a sus fieles en su sufrimiento, así como preservó al apóstol Pablo en situaciones que parecían sin salida.

La adversidad puede tentarnos a ignorar la dirección del Espíritu Santo. Pero, al final, lamentaremos esa decisión, ya que Dios no nos libra de las consecuencias de nuestro pecado. Sin embargo, Él nunca abandona a sus hijos, a quienes seguirá protegiendo y guiando durante toda la vida.

Andar en obediencia y fe es el único camino que conduce a la paz verdadera. Mientras Pablo estaba en una incómoda prisión romana donde su vida corría peligro, alentó a los creyentes a no angustiarse sino a orar con gratitud. Hacer esto lleva a experimentar una paz que está más allá de lo que somos capaces de comprender (Is 26.3; Fil 4.6).

La única manera sabia de vivir es confiando en el Dios todopoderoso y yendo adonde Él nos dirija. Ese es el camino hacia la felicidad, la satisfacción, la protección y la paz. ¿Está usted andando por el camino de la fe, o hay algo que está deteniendo lo que Dios ha dispuesto para su vida?

Thursday, July 27, 2017

Procure lo que es bueno | Pastor John MacArthur | 7/27/17

Procurad lo bueno delante de todos los hombres. (Romanos 12:17)

Si verdaderamente respeta a los demás, incluso a sus enemigos, estará predispuesto a hacer lo bueno con relación a ellos. Tal respeto lo ayuda a disciplinarse y prepararse antes de reaccionar en todas las situaciones de una manera agradable a Dios.

Comportarse de una manera que procura lo que es bueno y que muestra misericordia y perdón a los demás, incluso hacia sus enemigos, debe ser un testimonio positivo para ellos. Eso también adornará en todo “la doctrina de Dios nuestro Salvador” (Tit. 2:10).

Wednesday, July 26, 2017

Cómo manejar las cargas | Salmo 55 | Dr. Charles Stanley | 7/26/17

En la lectura de hoy, David estaba agobiado por el peso de las presiones externas y de la angustia interna. Las cargas vienen en diferentes formas emocionales, espirituales y físicas, pero todas se sienten pesadas y causan agotamiento. Cada uno de nosotros puede identificarse con el deseo de David de “volar y descansar” (Salmo 55.6).

Algunas de las cargas que llevamos no son parte del plan de Dios para nosotros. Arrastramos sentimientos de culpa que persisten, aun después de haber confesado el pecado y habernos arrepentido; y cargamos preocupaciones en cuanto al futuro. Además, por si fuera poco, tenemos cierta dosis de amargura y resentimiento, porque la vida no ha sido justa. Estas cargas no provienen del Señor, y Él no le ayudará a llevar lo que le ha dicho que suelte.

Pero hay otras cargas que Dios permite en nuestra vida. Nos da responsabilidades que pueden agobiarnos; y, a veces, permite relaciones problemáticas que nos desgarran el corazón. Los problemas y las pruebas persistentes drenan nuestra vitalidad y amenazan con dejarnos sin fuerzas.

Sin embargo, cada circunstancia de la vida pasa primero por las manos del Señor antes de llegar a nosotros. Desde su perspectiva, las cosas pesadas son oportunidades para depender de Él. Su intención nunca ha sido que llevemos una carga sin su ayuda. Dice que se la demos (Salmo 55.22), y promete sostenernos.

Echar las cargas sobre Dios significa dejarlas totalmente bajo su control. Usted ya no tendrá la libertad de manejar y manipular la situación para conseguir lo que quiere, sino que la libertad en Cristo le ofrece liberarle del opresivo peso de la carga. El Señor le sostendrá con su paz, si confía en Él.

Tuesday, July 25, 2017

¿Puede Dios usarle? | Lucas 10.38-42 | Dr. Charles Stanley | 7/25/17

Marta abrió su hogar al Señor en Betania, un acto de servicio que puede parecer pequeño en comparación con lo hecho por el apóstol Pablo en sus viajes misioneros y en sus epístolas. Pero ella y su familia ofrecieron un lugar para que el Salvador descansara y renovara sus fuerzas, lo cual debió de haber sido una pausa agradable en su ajetreada semana. Es verdad que Jesús censuró una vez a Marta por dar demasiado énfasis a los detalles de la hospitalidad (Lucas 10.41), pero cuando visitó su casa es indudable que apreció la comida y el compañerismo que tendría con las personas que Él amaba.

El plan de Dios para cada creyente está formado por toda una vida de pequeñas oportunidades. No importa cuál sea nuestra vocación u ocupación, debemos buscar maneras de servir al Señor cada día. Podemos hacerlo sirviendo, donde estamos, a nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo.

Puesto que el Señor da a sus hijos dones y talentos adecuados para que hagamos su voluntad, no hay duda de que Él quiere usarnos. Pero la pregunta que debemos hacernos es: ¿Puede Dios usarme? Es decir, ¿estamos en la disposición de hacer su voluntad en cualquier circunstancia? Las áreas de servicio apartadas específicamente para nosotros están esperando. Nadie sabe con exactitud y de antemano qué nos pedirá el Señor, pero podemos estar seguros de que Él nos capacitará con las herramientas adecuadas para la tarea.

¿Está usted listo para decir: “Sí, el Señor puede usarme”? Dígale que está a su disposición para que Él le use como desee. Él Señor responderá poniéndole personas y oportunidades en su camino.

Monday, July 24, 2017

Cómo alentar a nuestros pastores | 2 Timoteo 1:1-6 | Dr. Charles Stanley | 7/24/17

¿Asiste usted a la iglesia? Si es así, Dios ha puesto a una persona en su vida cuyo trabajo es capacitarle en el camino recto y decirle la verdad, aun cuando usted no quiera escucharla. Tiene la bendición de contar con un pastor que le ama y se preocupa por su bienestar espiritual. Pero él necesita saber que usted se preocupa por él.

Muchos creyentes descuidan alentar a su pastor, pero ser conscientes de sus necesidades es parte importante de pertenecer al cuerpo de Cristo. En su segunda carta a Timoteo, Pablo muestra la manera en que debemos alentar a los pastores.

1. Dígale que lo aprecia. No hay nada más edificante para el corazón de una persona que saber que le importa a alguien. Si bien las palabras son valiosas, las acciones pueden hablar aun más alto. Así que, busque maneras de demostrar amor a su pastor.

2. Exprésele que confía en él. Hágale saber que usted reconoce la sinceridad de su fe y que aprecia su compromiso de comunicar la Palabra de Dios.

3. Reconozca el llamado de Dios a su vida. Trabaje con su pastor; respóndale de una manera que demuestre que usted entiende que él ha sido llamado a ministrar, y por tanto la mano de Dios está sobre él. Y cuando sienta que el Señor está obrando por medio de él, hágaselo saber.

Sobre todo, ore por su pastor. No dé por sentado que otros hermanos de la iglesia lo están haciendo, o que un líder espiritual no necesita que se interceda por él. Lo contrario es lo cierto. Al diablo le gustaría obstaculizar el ministerio eficaz, pero usted puede ayudar a defender a su pastor mientras él atiende el rebaño.

Friday, July 21, 2017

Valor en la hora de la soledad | Deuteronomio 31.6-8 | Dr. Charles Stanley | 7/21/17

La soledad es un sentimiento poderoso. Puede conducir a la desesperación o a la búsqueda del Señor. También es un estado para el cual nunca fuimos concebidos. Desde el principio, Dios dijo que no era bueno que el hombre estuviera solo (Gn 2.18). Entonces, creó a Eva. Después de esto vino el pecado, el separador.

Desde entonces, hemos estado tratando de recuperar la comunión íntima que se perdió en el huerto del Edén. La mayoría de nosotros inicia este viaje de recuperación mediante la búsqueda de conexiones positivas con otras personas. Los amigos y la familia pueden ayudar enormemente, pero su presencia no puede tomar el lugar de la comunión con el Padre celestial. De hecho, nuestros mejores amigos pueden, a veces, impedir nuestros esfuerzos, pareciendo ofrecer lo que únicamente Dios puede dar. Creer semejante pretensión es idolatría —al permitir que algo tome el lugar de Dios.

Es por eso que vemos a lo largo de la Biblia a personas que amaban a Dios sometidas a la prueba de la soledad. Encontramos ejemplos en la historia de Jacob luchando solo con un ángel (Gn 32.24-32); a Elías, de pie solo en el monte Sinaí (1 R 19); e incluso al Señor Jesús orando solo en el huerto porque sus amigos se habían dormido (Mt 26.36-46). En los tres casos, la imagen es esencialmente la misma.

Esta desgarradora experiencia en nuestra vida está concebida con un propósito: descubrir que Dios es real. El proceso de aprendizaje puede tomar tiempo, pero es mucho más probable que confiemos en Dios si no hay nadie más en quién esperar. Cuando estamos totalmente solos, podemos aferrarnos a la promesa del Señor: “No te desampararé, ni te dejaré” (He 13.5).

Thursday, July 20, 2017

Compañeros en el sufrimiento por Cristo | Hechos 19.23-31| Dr. Charles Stanley | 7/20/17

En el libro de los Hechos, Pablo se destaca como el predicador y el pastor más prominente. Es por eso que tendemos a pasar desapercibidos los nombres de otras personas que se mencionan solo brevemente. Un ejemplo es Aristarco, uno de los hombres que fue arrastrado al teatro de Éfeso durante un disturbio. Pablo era el blanco de la disputa, pero Aristarco fue también víctima de la hostilidad.

¿Quién fue Aristarco? Aunque no es muy conocido, en realidad se menciona cinco veces en el Nuevo Testamento. Sabemos que era de Tesalónica y que acompañó a Pablo en su tercer viaje misionero camino a Jerusalén (Hch 20.4). La siguiente vez que aparece en la Biblia (Hch 27.2) está abordando una nave con Pablo, quien en ese momento estaba siendo llevado a Roma como prisionero. En el mar, Aristarco y Pablo sufrieron un naufragio. Las últimas menciones de Aristarco son como compañero de prisión de Pablo en una cárcel romana y como compañero en el ministerio (Col 4.10; Fil 1.24).

Casi todas las referencias a Aristarco implican sufrimiento por Cristo. Pero este no es un concepto popular hoy en día. Queremos un Salvador que nos haga la vida fácil, cómoda y próspera. Sin embargo, ese no es el mensaje que Cristo predicó, ni el ejemplo que dieron Pablo y Aristarco. Como escribió el apóstol: “Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Ti 3.12).

Aunque la mayoría de nosotros no esté viviendo las dificultades que sufrieron Pablo y Aristarco, debemos estar dispuestos a permanecer firmes por Cristo ante el rechazo, el ridículo, la tergiversación, la discriminación e incluso la hostilidad. ¿Está usted dispuesto a sufrir por Cristo?

Wednesday, July 19, 2017

Compañeros en el ministerio | Hechos 20.1-6 | Dr. Charles Stanley | 7/18/17

Nadie puede poner en duda que el apóstol Pablo desempeñó un papel fundamental en el establecimiento de la iglesia primitiva. Generalmente, pensamos en él como el hombre que llevó el evangelio a los confines del mundo conocido de esa época. Pero Pablo nunca trabajó solo. A lo largo del libro de los Hechos y de las epístolas, tenemos vistazos de personas que acompañaron a Pablo en el ministerio.

En la lectura de hoy, encontramos un pequeño equipo misionero —incluyendo a Lucas, el autor de Hechos— que acompañó a Pablo mientras viajaba por Macedonia. Aunque sabemos poco o nada acerca de la mayoría de ellos, cada una de esas personas jugó un papel importante en la formación de la iglesia. Desde la perspectiva de Dios, no hay personas ni ministerios insignificantes en la iglesia de Jesucristo.

En 1 Corintios 12, Pablo compara la iglesia con un cuerpo, cuya salud depende del buen funcionamiento de todas sus diversas partes. El Espíritu Santo da a cada creyente una capacidad especial para el servicio en la iglesia. Aunque personas como Pablo, que tienen un papel más visible, pueden parecer más necesarias, en realidad todo creyente es esencial. Los servicios prestados por las personas menos visibles nunca son olvidados por el Señor.

Para Dios, la cuestión no es quiénes ven nuestro servicio o saben lo que hemos hecho; Él está interesado en nuestra obediencia, actitud y motivación para servirle. No quiere que nos regodeemos en la autocompasión o en la baja autoestima si nuestro trabajo no es notado ni apreciado. En vez de esto, debemos aspirar a glorificar al Señor y ser fieles en todo lo que hagamos, sabiendo que Él promete recompensar nuestro servicio y obediencia.

Tuesday, July 18, 2017

Salvo y seguro | Hebreos 11:1 | Dr. Charles Stanley | 7/18/17

Para ayudarle a entender el concepto de “salvo y seguro”, he aquí tres verdades que expresan lo que el Señor quiere para toda persona:

Dios quiere que toda persona sea salva. Él llama a todo hombre y a toda mujer, pero tiene que haber una respuesta a su invitación. Cuando respondemos a su llamado a la salvación, el Padre nos hace parte de su familia eterna (Ro 10.9-13). Pero si decidimos rechazar al Señor, entonces permaneceremos eternamente fuera de su plan de redención para la humanidad.

Dios quiere que toda persona sea salva por gracia mediante la fe. Efesios 2.8, 9 declara que nuestra salvación es ciento por ciento obra del Señor. Es su plan, su obra, su regalo. Nada depende de nosotros en absoluto, aparte de simplemente recibir el regalo que Él pone a nuestros pies.

Dios quiere que toda persona sea salva por gracia mediante la fe, y que esté segura de la salvación. La falta de certeza puede destruir absolutamente la fe. Si usted no tiene la seguridad de que es salvo, entonces el diablo usará esa semilla de duda para atormentar su espíritu cada vez que sienta que ha hecho algo imperdonable. Pero a los ojos del Señor, no hay nada que sea imperdonable. Él ya ha establecido el plan mediante el cual cada uno de nosotros puede unirse a su familia eterna, y Él quiere que tengamos confianza en nuestra salvación.

Pasajes como Juan 3.16, 1 Juan 5.13 y Efesios 1.13, 14 apuntan a la certeza total con la cual podemos creer en nuestra salvación. ¿Fluctúa su fe con sus sentimientos y sus circunstancias, o está firmemente fundamentada en la Palabra de Dios?

Friday, July 14, 2017

El fruto del desánimo | Salmo 40.1-3 | Dr. Charles Stanley | 7/14/17

Como vimos ayer, el desánimo es un problema frecuente. Comenzará con una mente desenfocada, pero puede convertirse fácilmente en acusación a los demás y llevar a la persona a regodearse en su ira. Por desgracia, sus efectos no terminan aquí.

Para empezar, si usted considera que la persona que le falló es la causa de todos sus problemas, eso podría distanciarla de ella, o incluso ponerle fin a la relación. Además, cuando alguien deja que la frustración crezca sin ser resuelta, el resultado es una gran pérdida de la autoestima. Esto, obviamente, puede ser un serio golpe para su servicio al Señor y para sus relaciones con los demás, ya que a nadie le gusta estar cerca de personas criticonas y amargadas. A medida que crecen estas presiones, habrá efectos visibles en su vida personal. Si usted deja que su mente piense de acuerdo con el desánimo, sus palabras y sus acciones lo revelarán.

Pero la consecuencia más importante del desánimo será un peligroso extravío en su vida espiritual. Dios le parecerá distante, insensible o incluso hasta ausente, porque usted ha levantado unas murallas muy altas a su alrededor. Las cosas que antes eran los pilares de su vida, como la adoración, el estudio de la Biblia y la oración, se quedarán fácilmente a mitad de camino. Muy pronto, a usted le rodearán solo sus frustraciones y su negatividad.

El desánimo puede destruir las relaciones y la productividad de un creyente. No permita que las frustraciones se intensifiquen y afecten su vida. El Salmo 40.2 es un recordatorio excelente de que el Señor puede sacarle del lodo cenagoso, poner sus pies sobre peña y enderezar sus pasos.

Thursday, July 13, 2017

Muestre diligencia | John MacArthur | 7/13/17

En lo que requiere diligencia, no perezosos. (Romanos 12:11)

La diligencia se aplica a todo lo que usted hace en su vida cristiana. Cualquier cosa que se haga en el servicio del Señor es digna de entusiasmo y
cuidado.

Jesús sabía que su tiempo de ministerio terrenal era limitado y que tenía que aprovechar cualquier oportunidad para servir a su Padre celestial. También nosotros tenemos que hacer “las obras… entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar” (Jn. 9:4). Y otros cristianos sin duda apreciaran nuestras diligentes buenas obras, como exhortó Pablo: “Hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gá. 6:10).

Wednesday, July 12, 2017

El poder de la oración colectiva | 2 Crónicas 20:1-30 | Dr. Charles Stanley | 7/12/17

Cuando surgió la amenaza, lo primero que hizo Josafat fue dirigir su atención a Dios y proclamar un ayuno en toda Judá (2 Cr 20.3). De todas partes vino gente para apoyar a su rey en oración (2 Cr 20.13).

A veces, somos demasiado orgullosos para pedir a otros que oren por nosotros. Josafat era un rey, pero no tan autosuficiente como para no admitir que su ejército era insignificante frente a las tres fuerzas unidas contra él. Reconoció sus limitaciones y buscó la intervención divina. Aunque Josafat reinaba sobre sus súbditos, pidió que lo apoyaran en oración.

Una de las cosas más sabias que podemos hacer en medio de la dificultad es buscar la ayuda de alguien que sepa cómo hablar con Dios. El cuerpo de Cristo depende de la cooperación. Cuando el pueblo de Judá comenzó a orar, Dios le dio la solución por medio de un profeta fiel. Josafat fue lo bastante humilde para escuchar, y lo bastante sabio para seguir instrucciones (2 Cr 20.14-17). Como resultado, su pueblo se salvó. Los ejércitos que avanzaban se enfrentaron entre sí y se destruyeron unos a otros por completo. Sin disparar una sola flecha o sacar una espada, las fuerzas de Judá no sufrieron ni una sola baja. Gracias a que su humilde rey escuchó, el pueblo fue testigo de la extraordinaria victoria del Señor (2 Cr 20.22-30).

Tenemos que afinar nuestros oídos a la voz de Dios para escucharle. A veces, Él habla por medio de personas que preferiríamos no seguir, y a menudo dice cosas que no esperamos escuchar. Pero Él nos dará la solución a nuestros problemas, si estamos dispuestos a obedecer sus palabras.

Tuesday, July 11, 2017

Reacciones en momentos de gran | Deuteronomio 29.29 | Dr. Charles Stanley | 7/11/17

El Todopoderoso se reserva el derecho de revelar algunas cosas y de ocultar otras. A pesar de que no sepamos por qué ocurren desastres naturales, las verdades bíblicas que sí sabemos nos permiten confiar en el Señor aun en momentos de gran sufrimiento. Entre estas verdades están:

Dios tiene el control (Sal 103.19). Nada en el cielo o en la Tierra se encuentra fuera de su gobierno y autoridad. Él no reacciona a los acontecimientos, sino que ordena o permite soberanamente que sigan su curso. Aunque no podemos saber con seguridad si Dios ha enviado o permitido una catástrofe, podemos confiar en su misericordia y su sabiduría.

El Señor ama a las personas y quiere que sean salvas (Jn 3.16, 17). Al haber dado a su Hijo para la salvación del mundo, Dios demuestra sin lugar a dudas que ama a todas las personas. Esta verdad se mantiene firme a pesar de que muchos rechazan al Salvador. Él cuida de nosotros, incluso cuando no podamos sentirlo o no queramos aceptarlo.

Dios ordena o permite los acontecimientos con un propósito (Is 46.10). Aunque no podamos comprender plenamente lo que está haciendo, cada desastre es un aviso a la humanidad. Nos está alertando de la necesidad de que nos arrepintamos, para que los perdidos puedan ser salvos y los salvos vivan totalmente para Él. Las catástrofes abren nuestros oídos para escuchar al Señor.

Aquel que nos ama tiene el control absoluto, haciéndolo todo conforme a su propósito. Saber esto debe llenarnos de esperanza, aun en medio de situaciones de crisis. El Señor promete incluso convertir los desastres en bendición para aquellos “que conforme a su propósito son llamados” (Ro 8.28).

Monday, July 10, 2017

Preguntas en momentos de gran desastre | Isaías 55.8-9 | Dr. Charles Stanley | 7/10/17

Cada vez que ocurre un gran desastre surgen preguntas legítimas: ¿Por qué permitió el Señor que sucediera? ¿No pudo haberlo impedido? La magnitud de la muerte y la destrucción causada por terremotos, tsunamis e inundaciones alteran nuestras ideas y nos hacen buscar explicaciones en cuanto al sufrimiento.

Muchas veces respondemos a nuestras preguntas según nuestra relación con Dios. Quienes no conocen al Señor no tienen ningún marco de referencia para entender cómo actúa Él. Pero los creyentes en Cristo tenemos la Biblia como guía cuando luchamos con estos asuntos. No obstante, nuestra perspectiva está determinada por nuestro conocimiento de la Palabra de Dios. Quienes tienen una comprensión limitada de las Sagradas Escrituras pueden llegar fácilmente a conclusiones equivocadas.

Debemos evitar obligar a Dios a actuar como creemos que debería hacerlo. El Señor nunca se quedará dentro de los parámetros que nosotros le fijemos. Puesto que somos mortales, terrenales y pecadores, tenemos una perspectiva y una comprensión de la vida muy limitadas. Pero nuestro Creador eterno, inmaculado, soberano y omnisciente ve y sabe lo que nosotros no podemos comprender.

Debemos asegurarnos de que nuestra perspectiva de Dios en los desastres naturales provenga de la Biblia, no de nuestra limitada perspectiva. La Biblia nos habla del amor, la fidelidad y la sabiduría del Señor. Cuando no podamos entender sus caminos, la fe en su misericordia deberá ser nuestro fundamento.

Friday, July 7, 2017

Nuestras necesidades insatisfechas | Filipenses 4.19 | Dr. Charles Stanley | 7/7/2017

Aunque Dios ha prometido suplir todas nuestras necesidades,   a veces esto tarda en llegar. ¿Cuál podría ser el problema? Quizás seamos nosotros mismos.

Cuando nuestro Padre celestial no cumple con nuestras expectativas, por lo general, buscamos causas externas. Pero, aunque el amor del Señor es incondicional, muchas de sus promesas no lo son. Por ejemplo, Filipenses 4.19 es una “promesa familiar”; lo que significa que solo puede ser recibida por quienes llaman con derecho “mi Dios” al Soberano del universo. Sus ilimitados recursos no están disponibles para las personas que rechazan la salvación en Cristo. Además, cuando leemos con detenimiento la Biblia, vemos que el Señor hace de nuestra obediencia una condición para satisfacer nuestras necesidades (Sal 81.10-12). No excusará el pecado, bendiciéndonos mientras estemos en rebeldía contra Él.

Piense en usted como parte de un ejército en guerra. Una prioridad militar es mantener abierta la línea de suministro; la victoria será imposible si los soldados están desarmados, y con frío y hambre. Nuestra desobediencia permite que Satanás corte nuestra línea de suministro del Señor. Restaurar esta conexión es un asunto de arrepentimiento. A quienes andan en los caminos del Señor, Él los protege, suple sus necesidades y los sacia (Sal 81.13-16).

Sacar una promesa de su contexto bíblico es peligroso. Y esperar que Dios cumpla una promesa condicional cuando no se están cumpliendo sus requisitos es aun más insensato. El Señor cumple su palabra, pero espera con razón que hagamos nuestra parte. Felizmente, su yugo es ligero: amar, honrarlo y obedecerlo.

Thursday, July 6, 2017

LA BASE PARA EL DISCERNIMIENTO | Hebreos 4.12-13 | Dr. Charles Stanley | 7/6/17

Puesto que el discernimiento espiritual es la capacidad de ver la vida desde la perspectiva de Dios, es necesario que sepamos cómo piensa y actúa Él. La Biblia es la revelación inmutable e infalible de Dios mismo. Sin embargo, el Señor no nos da simplemente una lista de verdades acerca de su manera de ser y de sus caminos. En cada página de la Biblia, Dios revela quién es Él y cómo actúa.

Aunque la Biblia es antigua, no es anticuada. Es un libro vivo y renovador que le habla directamente a usted. Sus historias pueden haber tenido lugar hace siglos, pero sus principios y aplicaciones tienen vigencia y relevancia hoy. Es nuestro manual de instrucciones para la vida en el que se encuentra la guía para tomar decisiones.

La Palabra de Dios es activa y penetrante; sus palabras no son letra muerta en un papel. Ellas penetran nuestros corazones y juzgan nuestros pensamientos y motivaciones. Esta cualidad condenatoria es la razón por la que a algunas personas no les gusta leer la Biblia. Pero el discernimiento es esencial si no queremos seguir cometiendo los mismos errores una y otra vez. Algunos cristianos viven a un nivel superficial, sin comprender nunca por qué reaccionan a situaciones de la manera que lo hacen. Pero si abordamos la Palabra de Dios con un espíritu abierto, ella arrojará luz sobre nuestros motivos ocultos y revelará pecados ignorados.

El discernimiento espiritual implica ver no solo nuestras circunstancias, sino también vernos a nosotros mismos desde la perspectiva de Dios. ¿Ha aprendido usted a aceptar la espada penetrante de la Biblia? Recuerde que la Palabra de Dios corta solamente para poder curar.

Monday, July 3, 2017

Siervos poderosos de Dios | Efesios 4.17-24 | Dr. Charles Stanley

Para llegar a ser siervos poderosos de Dios, debemos escoger entre vivir conforme a las prioridades de Él o a las del mundo, pues ellas son incompatibles.

Antes de ser salvas, las personas viven normalmente de acuerdo con los deseos de la carne, placeres, diversiones y cosas materiales. Para promover la autogratificación el mundo enseña que cada quien es dueño de su propio universo y que podemos decidir qué es correcto o no.

Pero nuestro Salvador nos dice precisamente lo contrario; nos ordena poner primero a Dios. El Señor nos manda a amarle con todo nuestro corazón y toda nuestra alma, a negarnos a nosotros mismos, y a seguirle (Mt 16.24). En vez de motivarnos a adquirir dinero y posesiones, Él nos dice que dar proporciona muchas más bendiciones que recibir (Hch 20.35).

¿Cómo podemos saber que nos estamos volviendo espiritualmente más fuertes? Primero, porque nos atraerán menos las prácticas impías del mundo, y anhelaremos ser más como Jesús. Segundo, porque comenzaremos a cambiar los hábitos pecaminosos por actividades que agradan al señor. Tercero, porque comenzaremos a comprender mejor las verdades bíblicas y a aplicarlas en nuestra vida. Por último, porque nuestro discernimiento espiritual será mejor. Con la ayuda del Espíritu nos resultará más fácil identificar las ideas y las conductas pecaminosas.

¿Quiere usted llegar a ser poderoso en espíritu? Si es así, dedique tiempo a la lectura de la Biblia y descubra lo que es importante para Dios. Pídale al Señor que le transforme en la persona que Él quiere que usted sea.