Thursday, April 30, 2015

PROMESAS DE DIOS PAR LOS GENEROSOS | Dr. Charles Stanley

Aunque se nos ha dado la promesa de una cosecha abundante, ésta la tendrán solamente quienes siembren abundantemente.

Leer | 2 Corintios 9.6-11

30 de abril de 2015

El principio de siembra y cosecha es una verdad universal ordenada por Dios; se aplica no solo a la agricultura, sino también al acto de dar. A pesar de que el Señor promete una cosecha abundante para quienes dan con generosidad, a muchos cristianos le sigue resultando difícil dejar de aferrarse al dinero.

Algunos temen que no les quedará suficiente si dan. Otros, movidos por el egoísmo, no están dispuestos a sacrificar placeres y comodidades. Quienes sucumben a sus temores o a su tacañería, desaprovecharán la gran cosecha que Dios quiere darles.

En medio de una economía caótica y de tiempos de incertidumbre, podemos encontrar nuestra seguridad en el Señor. El mundo dice que para tener suficiente tenemos que adquirir más. Pero el pasaje de hoy nos recuerda que al dar generosamente tendremos abundancia de provisión para nuestras necesidades (pan) y recursos para seguir siendo generosos (semilla).

Más allá de esto, el Señor promete también que la cosecha de nuestra justicia aumentará, y que seremos “enriquecidos en todo para toda liberalidad” (v. 11). Las riquezas de Dios abarcan mucho más que las riquezas terrenales. La generosidad produce un carácter piadoso, que es valioso ahora y en la eternidad.

Aunque se nos ha dado la promesa de una cosecha abundante, ésta la tendrán solamente quienes siembren abundantemente. Al obedecer el plan de Dios en cuanto al dar, usted podrá estar libre de preocupaciones, porque Aquél que le garantiza una cosecha, es también el Señor omnipotente capaz de producirla.

Wednesday, April 29, 2015

LA PAZ QUE DA LA SABIDURÍA | Dr. Charles Stanley

La sabiduría de lo alto puede definirse como la capacidad de ver las cosas de la manera que el Señor las ve.

Leer | Proverbios 3.13-26

29 de abril de 2015

La sabiduría de lo alto puede definirse como la capacidad de ver las cosas de la manera que el Señor las ve, y actuar de acuerdo con sus preceptos. Uno de los grandes beneficios de esta manera de pensar es la paz. Por lo general, cuando la vida transcurre sin problemas y todo está bien con nosotros y nuestros seres queridos, nos resulta fácil sentirnos satisfechos. Pero, normalmente, cuando las situaciones se vuelven difíciles, la perspectiva de Dios se nos escapa, y nuestra paz es sustituida rápidamente por estrés, ansiedad y temor.

Para ver una circunstancia difícil desde la perspectiva del Señor, tenemos que contemplarla dentro de los límites de su carácter y sus atributos. Aun cuando los pormenores de la vida están más allá de nuestro control, Aquél que gobierna al universo sigue siendo el soberano sobre todas las cosas —hasta de los detalles más pequeños. Él nos ama incondicionalmente y siempre actúa para darnos lo mejor. Por tanto, si Él ha permitido una situación, es porque el resultado será para nuestro bien y para la gloria de Él.

Esta sabia perspectiva dará lugar a una santa respuesta —fe y confianza plenas en el Señor, a pesar de cualquier sufrimiento o dificultad. Gracias a que el Espíritu mora en nosotros, tenemos la seguridad de que Él es más que suficiente para lo que nos sobrevenga, lo que significa que somos competentes en Él.

Cuando dificultad le golpee, mantenga su mirada puesta en Dios. Al ver cada situación a través de los ojos del Señor, el estrés desaparecerá, la ansiedad será reemplazada por paz, y la confianza en el Señor acallará sus temores.

 

Tuesday, April 28, 2015

EL UNIFORME PARA IR A DIOS | Alfonso Botero Guzmán

Así como los deportistas de las diferentes disciplinas deben prepararse para sus competencias, nosotros que hemos elegido ser “atletas del camino” para llevar la palabra, debemos prepararnos tanto física, como espiritualmente. A diferencia de las tantas disciplinas deportivas, el entrenamiento de un atleta del camino, no es igual al de cualquier otro deportista de competencia. Lo cual implica una preparación más concienzuda, aunque probablemente requiera menos desgaste físico. No obstante se trate de una actividad que aparentemente demanda realizar un esfuerzo físico relativamente menor, dicho ejercicio no requiere el cumplimiento estricto de alcanzar o cubrir una distancia determinada, ni un límite de tiempo. Solo nos exige caminar y caminar, hasta el último de nuestros días sin rendirnos. No hay afán, no hay a quien desafiar, el triunfo es personal, por eso no esperamos ganar para subirnos al podio y recibir una o muchas medallas de oro, plata o bronce, nuestro premio es infinitamente mayor, nos lo promete el Señor en Apocalipsis 22:12: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”.

En general los atletas usan uniformes bien adaptados para su carrera, procurando que estos, además de coloridos y llamativos, sean lo más liviano posible, para asegurar una mayor comodidad en sus desplazamientos y por ende, que el resultado se refleje en un mejor desempeño. De la misma manera, nosotros los atletas de Dios, debemos lucir un uniforme, quizás no tan colorido, pero si adecuado y presentable por la dignidad de lo que representamos. Suena contradictorio que siendo atletas, debamos ponernos encima de la ropa, una armadura para salir a correr la carrera diaria de nuestras vidas. Sin embargo, aunque no lo parezca, esta  es más liviana que cualquier uniforme de cualquier disciplina. No pesa nada, es transparente y tiene brillo propio.

En la carrera que hemos escogido participar voluntariamente, ya sabemos que no hay distancia, ni cronómetro, que lo verdaderamente  importante es llegar a la meta. El problema es que las rutas que debemos cubrir, siempre estarán llenas de impedimentos y dificultades que debemos superar sin vacilación. Allí está el verdadero reto. Acoplarse y acomodarse a la armadura implica esfuerzo, preparación, convicción y compromiso, pero con la ayuda de Dios, todo se puede. Si eres un cristiano tibio y todavía bebés leche espiritual, debes entrenar más fuerte, comer sólido y fortalecer tus “músculos espirituales”. Un bebé, que hasta ahora gatea o bien da sus primeros pasos, no estará en capacidad de soportar la armadura para salir a caminar. Por eso es necesario seguir creciendo en la fe y prepararnos diariamente con la ayuda del Espíritu Santo para llenarnos de Él. Si no tienes claro que debes andar con el uniforme puesto, difícilmente llegarás a la meta final, pues en el recorrido tendrás que superar todos los obstáculos que acostumbra poner el adversario y que sin la armadura son prácticamente imposibles de derribar.

No olvides que este mundo carnal es dominado por el demonio y la pelea nuestra es contra potestades y huestes de maldad, quienes lanzan sus ataques con ráfagas de injusticia, corrupción, mentira, adulterio, drogadicción, pornografía, mentira, alcohol, sexo o cualquier forma de tentación, y lo único que puede defendernos y contrarrestar su ataque, es ceñir la armadura en nuestro cuerpo. El apóstol Pablo en la carta a los Efesios (6:10), nos recuerda que somos soldados del ejército de Dios y la describe de manera precisa, tanto en su conjunto, como cada una de sus partes. Yo invito a que adicionalmente le demos a esta un doble propósito y seamos conscientes que para avanzar como atletas del camino, también la debemos llevar puesta. Puedes confiar en que una vez la consigas y te la pongas, no querrás quitártela nunca más. Eso sí, como buen soldado de cualquier ejército del mundo o como atleta del mejor equipo que representan, debes seguir entrenando fuerte todos los días de tu vida, eso se logra con la ayuda del espíritu santo, quien te acompañará hasta el final a recibir el galardón.

EL PRIVILEGIO DE CONOCER A DIOS | Dr. Charles Stanley

Descubra lo que le está impidiendo tener pasión por Dios.

Leer | Filipenses 3.7-11

28 de abril de 2015

Es una tragedia que tantas personas pasen la vida sin llegar a conocer ni relacionarse con su Creador. Pasar por alto esa relación es perder el mayor privilegio que existe: conocer a Dios. Pero incluso los creyentes pueden desestimar el honor de conocer a Cristo más íntimamente.

La pasión del apóstol Pablo por conocer a Dios lo llevó a considerar todo lo demás como basura. Aunque existen creyentes que han aceptado a Cristo como Salvador, le sirven y confían en que estarán con Él en el cielo, no necesariamente tienen el anhelo de conocerlo íntimamente. ¿Cómo podemos conformarnos con ser salvos y tener tan poco interés en una relación tan especial? Buscar a Cristo con pasión requiere sacrificio —pasar tiempo con el Señor, rendirle nuestra voluntad y conocerle por medio del sufrimiento. Aunque la salvación es un regalo, la intimidad con Dios es una práctica costosa, pero las recompensas son extraordinarias, invalorables y eternas.

El mundo nos inunda con cosas que nos distraen y que pueden ocupar nuestra mente y corazón, haciéndonos indiferentes al cultivo de una relación más profunda con Cristo. Algunas personas, incluso, en vez de buscar conocer a Cristo por medio de una relación, prefieren conocer hechos en cuanto a Él.

Descubra lo que le está impidiendo tener pasión por Dios. Piense en maneras de sacar tiempo cada día para estar a solas con Él. En su rutina diaria, busque su dirección y escuche su voz. Usted, también, con el tiempo considerará todo como basura en comparación con el conocimiento de Cristo.

 

Monday, April 27, 2015

MANERAS DE VOLVERNOS VIEJOS | Dr. Charles Stanley

¿Qué carga tiene usted que está envejeciendo su cuerpo, su alma y su espíritu?

Leer | Génesis 47.7-9

27 de abril de 2015

Algunas veces, la mejor manera para entender un concepto es pensar en lo opuesto. Ayer estudiamos cómo conservarnos joven mientras envejecemos. Hoy daremos un vistazo a algunas maneras de cómo envejecer.

Jacob fue un hombre que se envejeció por ver sus circunstancias desde una perspectiva negativa. Nuestro pasaje de hoy revela que estaba insatisfecho con su vida. Aunque hay muchas cualidades en Jacob que podemos admirar, ésta no es una de ellas.

Nuestro enfoque determinará el nivel de satisfacción que tendremos en la vida. Quienes se mantienen jóvenes de espíritu buscan siempre evidencias de las maneras como el Todopoderoso les está ayudando, amando y guiando. Sin esta perspectiva,  los problemas de la vida pueden pasar a un primer plano, y causar desánimo.

También podemos envejecernos cuando llevamos cargas que no nos corresponden. Jesucristo invita a los trabajados y cargados a venir a Él para encontrar descanso (Mt 11.28-30). Él quiere que estemos bajo su yugo y le permitamos llevar nuestra carga de cuidados y preocupaciones. Nuestro Salvador tiene una solución para cada carga, y quiere ayudarnos a ponerlas en Él.

¿Qué carga tiene usted que está envejeciendo su cuerpo, su alma y su espíritu? Ponga en práctica las soluciones del Señor Jesús: si es un espíritu amargado e inflexible, perdone; si es culpa, reconózcala y arrepiéntase; si es remordimiento por un pecado del pasado, crea que Cristo ya le ha perdonado; y si es ansiedad, désela a Dios, porque Él tiene cuidado de usted (1 P 5.7).

 

Saturday, April 25, 2015

CÓMO SEGUIR JOVENES Y PRODUCTIVOS | Dr. Charles Stanley

Mantenerse joven comienza en la mente. Nunca deje de escuchar al Padre celestial o de aprender de su Palabra.

Leer | Salmo 92.12-15

25 de abril de 2015

Nuestra generación tiene obsesión por la juventud. Las tiendas están colmadas de productos que prometen una mejor salud, menos arrugas y un físico estilizado. Sin embargo, estas cosas apenas tocarán la superficie de nuestro problema de envejecimiento. A menos que intervenga la muerte, la vejez es inevitable.

Sin embargo, todos tenemos que decidir si vamos a florecer o marchitarnos, a volvernos más fuertes o debilitarnos. Físicamente, es posible que no tengamos ninguna opción, pero podemos ser jóvenes de alma y espíritu, independientemente de nuestra edad cronológica.

Cuando el justo está plantado firmemente en el Señor, se volverá productivo en las cosas que durarán por la eternidad. Nunca debemos dejar de dar fruto. Por el contrario, Dios quiere que permanezcamos siempre junto a Él. De esa manera, podemos hacer el trabajo que nos ha mandado a llevar a cabo (Jn 15.4).

El justo se volverá más fuerte en el Señor como un cedro del Líbano (Sal 92.12). Estos árboles pueden crecer más de 30 metros, y tener una circunferencia de 12 metros. ¡Ese sí que es un árbol fuerte! Al caminar con Cristo en nuestros años postreros, podremos tener la confianza y estabilidad que provienen solamente de hacernos fuerte en la fe. Cada año es una oportunidad para confiar más en Dios, y apoyarnos totalmente en su Palabra.

Mantenerse joven comienza en la mente. Nunca deje de escuchar al Padre celestial o de aprender de su Palabra. Sea agradecido, siga riendo, y regocíjese en su Señor. Pero, por encima de todo, siga creyendo en el Él y amándole con todo su corazón.


Friday, April 24, 2015

CUANDO NOS SINTAMOS AGOTADOS | Dr. Charles Stanley

Cuando experimentamos fatiga espiritual, se debe a menudo a una visión equivocada de nuestra fe. 

Leer | Mateo 11.25-30

24 de abril de 2015

Todos hemos experimentado el agotamiento físico —momentos de cansancio por las muchas actividades o dificultades que nos asaltan. Pero también, uno peor, el agotamiento espiritual por la presión de tratar de obedecer a Dios, de asistir fielmente a la iglesia, y de dedicar tiempo a orar y leer la Biblia. El simple hecho de pensar en todo lo que creemos que debemos, hacer para tener éxito espiritualmente, ¡puede ser abrumador!

Cuando experimentamos fatiga espiritual, se debe a menudo a una visión equivocada de nuestra fe. No nos damos cuenta de que tenemos una lista de haz esto o no hagas esto, esforzándonos por agradar a Dios con actividades religiosas. La vida cristiana no es una fórmula mediante la cual modificamos nuestro comportamiento para ganarnos la aprobación del Señor. Dios extendió su mano y nos reconcilió con Él en el momento que le pedimos que morara en nuestro corazón; por tanto, ya tenemos su aprobación. La verdadera madurez espiritual implica una conciencia gradual de que nada de lo que podamos hacer —que ningún cambio de conducta— nos hará aceptables. Por el contrario, reconocemos nuestra incapacidad y debilidad, y vivimos más bien por fe. Entonces la omnipotencia de Dios puede ayudarnos a seguir adelante en la vida.

Piense en el poder de Dios como un río que corre por un terreno montañoso. Podemos caminar, resoplando y sudando, a lo largo del sendero, o simplemente podemos dejarnos llevar tranquilamente por el agua. No tendremos que gastar energías, porque la corriente nos llevará directamente a nuestro destino.

 

Thursday, April 23, 2015

APRENDER DE LOS FRACASOS | Dr. Charles Stanley

Todos preferiríamos madurar en la fe sin cometer errores, pero no podemos negar que los deslices son instructivos.

Leer | Lucas 22.31-34

23 de abril de 2015

Pedro fue un hombre de gran fe y de acciones valerosas. Pero como sabemos, su manera de ser a veces lo llevó a cometer errores humillantes. Más de una ocasión, este discípulo fue etiquetado como “triste fracasado” en vez de como “siervo obediente”.

Todos podemos identificarnos con él en lo que se refiere a no estar a la altura de las expectativas. La obediencia a Dios es un proceso —algo que aprendemos. Y el fracaso es parte de nuestro desarrollo como siervos humildes. Cuando cedemos a la tentación o nos rebelamos contra la autoridad de Dios, nos damos cuenta de que el pecado tiene pocas recompensas.

El fracaso es una excelente herramienta de enseñanza, como podría atestiguar Pedro. Por medio de ensayo y error, descubrió que uno nunca debe apartar los ojos de Jesús (Mt 14.30); que el plan de Dios siempre debe tener prioridad sobre el del hombre (16.21-23Jn 18.10, 11); y que a los creyentes se les exige humildad (13.5-14). Pedro tomó con mucha seriedad cada una de esas lecciones, y de esa manera se fortaleció su fe. Dios utilizó los fracasos de Pedro como un material de capacitación, porque el discípulo estaba dispuesto a madurar y servir.

Dios no recompensa la rebeldía ni la transgresión. Sin embargo, por su gracia, Él bendice a quienes resuelven arrepentirse y aceptar el castigo para crecer.

Todos preferiríamos madurar en la fe sin cometer errores, pero no podemos negar que los deslices son instructivos. El fracaso nos enseña que es mucho más sabio ser obedientes al Señor. Esa es una lección que todos debemos tomar muy en serio.

 

Wednesday, April 22, 2015

LOS PRINCIPIOS DEL REINO | Warren W. Weirsbe

Los Principios del Reino (Mateo 13:1–9, 18–23)

La parábola del sembrador no empieza con “El reino de los cielos es como …” porque describe cómo empieza el reino. Empieza con la predicación de la Palabra de Dios, la siembra de la semilla en los corazones de la gente. Cuando decimos “Déjame plantar un pensamiento en tu cabeza” expresamos la idea de esta parábola. La semilla es la Palabra de Dios; los varios terrenos representan diferentes clases de corazones; y los diferentes resultados muestran las diferentes respuestas a la Palabra de Dios. Jesús explicó esta parábola de modo que no hay duda en cuanto a su significado.

¿Por qué comparar la Palabra de Dios con una semilla? Porque la Palabra es “viva y eficaz” (Hebreos 4:12). A diferencia de las palabras de los hombres, la Palabra de Dios tiene vida en sí; y esa vida puede ser impartida a los que la creen. La verdad de Dios debe echar raíces en el corazón, debe ser cultivada y se le debe permitir que dé fruto. Nos sorprende que tres cuartas partes de la semilla no dieron fruto. Jesús no describió una edad de gran cosecha, sino una en que se rechazaría la Palabra de Dios. No se impresionó por las grandes multitudes que le seguían, porque sabía que la mayoría de la gente no recibiría su Palabra ni llevaría fruto.

Fruto es la prueba de la verdadera salvación (Mateo 7:16). Esto incluye la santidad (Romanos 6:22), el carácter cristiano (Gálatas 5:22–23), buenas obras (Colosenses 1:10), ganar a otros para Cristo (Romanos 1:13), compartir lo que tenemos (Romanos 15:25–28) y alabar a Dios (Hebreos 13:15). Para que una planta dé fruto debe tener sus raíces en el suelo y recibir la luz solar.

En esta parábola, el sol representa la persecución que viene como consecuencia de recibir la Palabra. La persecución ayuda a los creyentes a crecer. Pero la luz solar puede matar a una planta que no tiene raíces. Esto explica por qué algunos llamados creyentes no duran: Su fe es débil, su comprensión es escasa y su decisión no es sincera. Es posible creer y no ser salvo (Juan 2:23–25). Si no hay fruto en la vida, no hay en el corazón la fe salvadora.

En Mateo 13 encontramos la palabra “oír” diecinueve veces. La parábola del sembrador se halla en los primeros tres Evangelios, y en cada uno, la admonición con que termina es diferente. Es importante oír la Palabra de Dios, porque “la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios” (Romanos 10:17). Jesús dijo: “El que tiene oídos para oír, oiga” (Mateo 13:9), “Mirad lo que oís” (Marcos 4:24) y “Mirad, pues, cómo oís” (Lucas 8:18).

JESUCRISTO ES EL SEÑOR | Dr. Charles Stanley

¿Qué significa que Jesucristo es el Señor? 

Leer | Filipenses 2.5-11

22 de abril de 2015

¿Qué significa que Jesucristo es el Señor? A veces escuchamos esta frase con tanta frecuencia, que es posible que perdamos el significado de su gran poder y trascendencia.

Señor es mucho más que un simple título que le da la Biblia a Jesús. El capítulo 2 de Filipenses enfatiza este hecho, mencionando repetidamente la palabra nombre. Vemos que Dios le dio a Jesús un “nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús” todos en el cielo y en la tierra se postren, y toda lengua “confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”  (vv. 9-11).

En ese pasaje, el nombre dado a Jesús es nada menos que “Señor”. En realidad, esa palabra no se usa para referirse a lo que Jesús hace; sino simplemente a lo que Jesús es. Él es, y será siempre, el gobernante soberano de todo lo que hay en el cielo y en la tierra.

Por tanto, si estamos de acuerdo con esto, nuestra vida debe reflejar entonces esa confianza. ¿Hay algo en su vida que intenta esconder de Cristo? ¿Se ha negado a cumplir con algo que Él le ha llamado a hacer? Estos son actos de rebeldía, y demuestran simplemente nuestra falta de fe en Jesús como el Señor de su vida.

Un día, todo el mundo reconocerá que Cristo es Señor de señores (1 Ti 6.15). Nosotros, que somos sus hijos, debemos demostrar nuestra fe invitándolo a las áreas turbias de nuestra vida, y permitirle que nos conforme a su imagen. Podemos comenzar con la simple pero profunda confesión: “Jesús es el Señor”. Y cuando confesemos esas palabras, debemos ser conscientes de su significado.

 

Tuesday, April 21, 2015

CUANDO TENEMOS LO QUE MERECEMOS | Dr. Charles Stanley

El pecado es un problema de todos. 

Leer | Romanos 14.7-9

21 de abril de 2015

¿Alguna vez ha estado usted cerca de personas que se niegan a aceptar ayuda? Tal vez las ha escuchado decir rotundamente: “¡No necesito la ayuda ni la caridad de nadie!” Hasta cierto punto respetamos a personas así por su disposición de valerse por sí mismas. Sin embargo, cuando esta conducta es extrema, puede dar lugar a serios problemas espirituales.

En su mirada alegórica de la eternidad, C. S. Lewis describe en su libro El gran divorcio a una persona que lo único que quiere es “sus derechos”. Es decir, quiere solamente lo que merece —ni más ni menos.

A primera vista, esto parece ser un acto de humildad. Sin embargo, tal actitud es muchas veces el fruto de falsa humildad, y realmente es motivada por el orgullo. Si estamos decididos a resolver los problemas por nosotros mismos, rechazando todos los ofrecimientos de ayuda, entonces fracasamos miserablemente cuando tratamos de no pecar.

El pecado es un problema de todos. La Biblia deja claro que no hay forma de evadirlo: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Ro 3.23). Siendo así, ¿cuál es el precio que hay que pagar por pecar? Romanos 6.23 revela que “la paga del pecado es muerte”.

Si nosotros, al igual que el orgulloso hombre del libro de Lewis, aceptamos solamente “nuestros derechos”, entonces el pecado y la muerte reinarán en nuestras vidas. Podemos vencer la carga del pecado solamente cuando renunciamos a nuestro orgullo y aceptamos humildemente lo que no merecíamos —el amoroso sacrificio del Señor Jesucristo a favor nuestro.

 

Monday, April 20, 2015

EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ | Charles H. Spurgeon

El justo por la fe vivirá.” Romanos 1:17.

No he de morir. Yo debo creer, y, en verdad, creo en el Señor mi Dios, y esta fe me mantendrá vivo. Yo quiero ser contado entre aquellos que son justos en sus vidas; pero aun si fuese completamente maduro, no querría procurar vivir por mi justicia: me asiría a la obra del Señor Jesús, y todavía viviría por fe en Él y por nada más. Si yo fuera capaz de entregar mi cuerpo a la hoguera por mi Señor Jesús, no confiaría en mi propio valor y constancia, sino que todavía viviría por fe.

Si fuese un mártir en la hoguera
Argumentaría el nombre de mi Salvador;
Suplicaría el perdón por Su intercesión,
Y no reclamaría ningún otro derecho.

Vivir por la fe es algo más seguro y más feliz que vivir por sentimientos o por obras. El pámpano, viviendo en la vid, vive una vida mejor que si estuviera solo, aun si fuese posible que viviese completamente separado del tallo. Vivir aferrándose a Jesús, y recibir todo de Él, es algo dulce y sagrado. Aun el más justo ha de vivir de esta manera, ¡cuánto más he de hacerlo yo que soy un pobre pecador! Señor, yo creo. He de confiar en Ti enteramente. ¿Qué otra cosa podría hacer? Confiar en Ti es mi vida. Siento que así es. Voy a adherirme a esto hasta el fin.

La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

EL TRONO DE LA GRACIA DE DIOS | Dr. Charles Stanley

Al pedirle al Señor Jesús que nos salve, la puerta del cielo se abre de par en par, y somos introducidos a la sala del trono. 

Leer | Hebreos 4.13-16

20 de abril de 2015

Cuando la tristeza, la depresión o la soledad nos asaltan, podemos sentir como si no hubiera nadie a quién acudir. Pero Dios nos dice claramente que vayamos directamente a su trono de gracia, cuando tengamos necesidad de algo.

La visión del profeta Isaías de esta escena es tan abrumadora, que exclama: “¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!” (Is 6.5 NVI). Esta sala del trono está llena de la gloria, el poder y la radiante majestad de Dios.

Nosotros, al igual que Isaías, podemos sentirnos indignos, pero Dios nos extiende su gran misericordia y su gran amor desde su trono, quitando nuestro pecado. Podemos acercarnos a Dios una vez que le hayamos dado nuestras vidas por medio de Cristo. Al pedirle al Señor Jesús que nos salve, la puerta del cielo se abre de par en par, y somos introducidos a la sala del trono. Allí se nos da la bienvenida, porque el Señor Jesús es nuestro intercesor; Él nos da acceso al Dios de toda la creación. Porque el Señor Jesús experimentó lo mismo que nosotros, y se compadece de nuestras debilidades.

Jesús fue tentado al igual que nosotros, pero nunca pecó, y siempre fue uno con el Padre. Él nos invita a seguir sus pasos. Su muerte y su resurrección hacen posible que podamos recibir misericordia y gracia en todo momento. Por eso, en vez de quedarnos solos con nuestro dolor, fuera de este maravilloso lugar donde siempre somos aceptados, debemos atravesar las puertas abiertas, e ir directamente a la presencia de nuestro Padre celestial.

 

Saturday, April 18, 2015

LA BÚSQUEDA DE DIOS | Dr. Charles Stanley

La profundización de nuestra relación con Dios —por medio del descubrimiento de su carácter y de su voluntad para nuestra vida— se logra de varias maneras.

Leer | Salmo 63.1-8

18 de abril de 2015

La profundización de nuestra relación con Dios —por medio del descubrimiento de su carácter y de su voluntad para nuestra vida— se logra de varias maneras. Cada una de ellas representa una disciplina importante en la búsqueda del Señor.

La meditación es un modo excelente de cultivar nuestra relación con Dios. Incluye leer un pasaje de la Biblia varias veces con el propósito deliberado de escuchar al Señor. El estudio de la Biblia nos permite adquirir una comprensión más amplia y más profunda del carácter, los planes y las promesas de Dios. Resultamos bendecidos al hacernos preguntas tales como: ¿Qué revela este estudio en cuanto a Dios? ¿Hay una promesa divina que recordar? ¿Un mandamiento que obedecer? ¿Un ejemplo a imitar?

Otra disciplina fundamental es la oración, la cual debe ser la base de la meditación y el estudio. El encuentro con Dios exige tanto un oído atento como un corazón receptivo.

Reconocer cómo Dios actúa en nuestra vida y en las circunstancias de otras personas, nos ayudará a desear su búsqueda. Mi abuelo me contaba cómo había obrado el Señor en su vida, y su testimonio creó en mí un hambre profunda y permanente de buscar a Dios. Yo quería que el Señor trabajara en mi vida de la misma manera que lo había hecho en la de mi abuelo.

Estamos buscando a Dios cuando: 1) dedicamos tiempo para descubrir cómo es Él, y qué le agrada; 2) nuestro día no está completo sin la comunión con Él; y 3) nos damos cuenta de que nuestra confianza en Él está creciendo, y estamos abandonando hábitos pecaminosos.

 

Friday, April 17, 2015

CÓMO BUSCAR A DIOS | Dr. Charles Stanley

Dios quiere estar conectado estrechamente con nosotros, de la misma manera que un padre y un hijo que se aman el uno al otro. 

Leer | 2 Crónicas 31.20, 21

17 de abril de 2015

El rey Ezequías de Judá servía fielmente al Señor, y estaba empeñado en buscar a Dios con fervor, por lo cual Él lo prosperó.

Dios quiere estar conectado estrechamente con nosotros, de la misma manera que un padre y un hijo que se aman el uno al otro. Nuestra búsqueda de Él debe caracterizarse por la:

• Concentración. Cuando nos acercamos a la Palabra de Dios con una mente distraída, o cuando nuestro enfoque se aparta a otros temas, tenemos un corazón dividido. El Señor desea tener toda nuestra atención; quiere el primer lugar; que le demos prioridad sobre todo lo demás que sea importante para nosotros (Jer 29.13Mt 6.33).

• Diligencia. Debemos sentir devoción por Dios, y dar especial atención a lo que Él dice. Esto requiere un esfuerzo constante para entender cómo actúa, y lo que quiere que hagamos.

• Perseverancia. Buscar al Señor debe ser un esfuerzo constante y sostenido, que nos lleve a estar más cerca de Él y a participar más en su obra (Sal 42.1).

• Confianza. Tenemos que creer que Dios quiere que le conozcamos, y que Él desea lo mejor para nosotros. La convicción es un componente esencial de la confianza (Pr 3.5).

• Humildad. Dependemos totalmente de Dios para todas las cosas de la vida, y le complace que nos acerquemos a Él con humildad (Is 66.2).

Cuando nuestro corazón anhela a Dios, Él se deleita en revelarse a sí mismo y derramar bendiciones sobre nosotros (He 11.6). Haga una evaluación sincera de qué tan anhelante es su búsqueda de Él.

 

Thursday, April 16, 2015

ORAR CON PODER | Dr. Charles Stanley

Una persona que no ora es una persona sin poder.

Leer | Santiago 5.13-18

16 de abril de 2015

¿Alguna vez ha visto usted a un corredor cerca del final de una carrera? Cada músculo se tensa por el deseo del atleta de llegar primero. Esta es la misma clase de deseo ferviente que Dios quiere ver en la vida de oración del creyente. “La oración eficaz del justo puede mucho” (Stg 5.16).

A veces, los creyentes usan ciertas frases clave —“en el nombre de Jesús” o “si es tu voluntad”— como si tales expresiones tuvieran un poder mágico. Las personas se convencen de que si utilizan una frase especial, Dios seguramente estará encantado y responderá su petición. Pero el poder no se encuentra en las palabras que decimos, porque el Señor no puede ser obligado a hacer nada que esté fuera de su voluntad. El poder de la oración está en la respuesta de Dios. Él responde a las peticiones de los justos liberando su poder sobrenatural.

Una persona que no ora es una persona sin poder. Cuando dedicamos poco tiempo a la comunicación con el Padre celestial, no podemos esperar ver resultados asombrosos. El poder de Dios se libera en respuesta a nuestro deseo ferviente de recibir su ayuda. Un creyente que tiene fe está decidido a orar hasta obtener respuesta, no importa los obstáculos que Satanás ponga. Se detiene solo cuando Dios responde, o cuando el Padre celestial indique claramente que la petición está fuera de su voluntad.

Los creyentes sabios dedican tiempo y energías a las peticiones de gran importancia. Por nuestra relación con Cristo, hemos sido perdonados, lo que significa que tenemos la oportunidad de comunicarnos con el Señor mediante la oración.

 

Wednesday, April 15, 2015

LA RESURRECCIÓN: ¿TIENE IMPORTANCIA? | Dr. Charles Stanely

La resurrección de Jesús demostró que tenía el poder de quitar el pecado y su castigo.

Leer | Hechos 2.22-24

15 de abril de 2015

Creer que el Señor Jesucristo resucitó de los muertos es fundamental para los cristianos. Reconocer simplemente que Él murió por nuestros pecados, no es suficiente; tenemos que aceptar su Resurrección para poder recibir la vida eterna. Cristo pagó nuestra deuda, pero su sacrificio en la cruz no significa nada, a menos que Él tenga poder sobre la tumba. Al imponerse sobre el mal y la muerte, el Señor hizo posible nuestra salvación.

La resurrección de Jesús demostró que tenía el poder de quitar el pecado y su castigo. Creer que Cristo permaneció muerto significaría aceptar lo contrario: Que los creyentes siguen estando en el pecado. Y el final inevitable de una vida de pecado es la muerte. Por consiguiente, una persona que niega la naturaleza eterna de Cristo mira hacia un futuro sin esperanza. Bertrand Russell, un famoso filósofo ateo, dio esta triste descripción de tal desesperanza: “Breve y estéril es la vida del hombre; sobre él y sobre todo su linaje, se abate la muerte, de una manera despiadada, lenta e infalible”.

En vez de disfrutar de la esperanza de un hogar en el cielo, quienes rechazan la resurrección son esclavos del presente. La profesión, la familia y las buenas obras pueden ofrecer un placer breve, pero no la clase de gozo que da saber que disfrutamos de una relación con el Señor y vivimos dentro de su voluntad.

La resurrección no es un tema para un debate teológico. O creemos que Cristo resucitó de los muertos y ascendió al cielo, o no lo creemos. Si rechazamos su victoria sobre la tumba, nos negamos a nosotros mismos un lugar en el cielo. Pero si aceptamos la verdad, seremos salvos.

 

Tuesday, April 14, 2015

EL CAMINO DE LA FE | Dr. Charles Stanley

Dios responde a la fe de sus hijos, demostrándoles su poder y proporcionándoles gozo.

Leer | Hebreos 11.23-28

14 de abril de 2015

Muchas personas consideran a Moisés un “pilar” bíblico de los días del Antiguo Testamento —un hombre sin igual en devoción a Dios. Ciertamente, él tuvo encuentros excepcionales con el Todopoderoso, y fue llamado a hacer grandes cosas con la ayuda del Señor. Sin embargo, al igual que nosotros, era un ser humano pecador. Pero el Nuevo Testamento lo elogia por algo que todos nosotros podemos tener: fe.

Los versículos de hoy son parte del pasaje conocido como los “Campeones de la fe”. Quienes tuvieron la honra de ser incluidos en este capítulo de la Biblia, fueron escogidos porque actuaron con obediencia, y Dios hizo grandes cosas por medio de ellos.

Nosotros, también, podemos ver la mano de Dios cuando actuamos por fe. Cuando confiamos en Él y le obedecemos, Dios manifiesta su poder y demuestra que realmente es el Señor. Al actuar con su poder en medio de nuestra debilidad, nos enseña a confiar en Él.

Eso no quiere decir que el camino sea fácil; Jesús advirtió que el camino de la fe incluye sufrimiento. De hecho, muchos de los primeros cristianos fueron maltratados o asesinados por causa de Él; y aun hoy la fe enfrenta una dura persecución en diversas partes del mundo. Aunque es posible que esa no sea nuestra experiencia, cada uno de nosotros ha sido ridiculizado, malentendido o rechazado por seguir a Cristo.

Aun la persecución leve puede llevarnos a preguntarnos si vivir nuestra fe vale la pena. La verdad es que es la mejor manera de vivir. Dios responde a la fe de sus hijos, demostrándoles su poder y proporcionándoles gozo.

 

Monday, April 13, 2015

NUESTRO MAYOR TESORO | Dr. Charles Stanley

¿Cuál considera usted que sea su propiedad más valiosa? 

Leer | Mateo 8.5-13

13 de abril de 2015

¿Cuál considera usted que sea su propiedad más valiosa? La casa, el automóvil, o los ahorros ocuparían probablemente el primer puesto en la lista de la mayoría de las personas. Pero si las cosas materiales no dan la felicidad, ¿por qué tantas personas se esfuerzan por acumularlas? Lamentablemente, en la carrera por tener “más” y “mejores” cosas, mucha gente pasa por alto el activo más valioso: la fe.

Hebreos 11.1 define a la fe como “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”, y esto se refiere a poner la fe en Jesucristo como Salvador. La fe no es algo que podamos obtener por nuestros propios esfuerzos; es un don de Dios.

Piense en el poder que Dios pone a nuestra disposición. En Mateo 17.20, Jesús dijo que una fe tan pequeña como un grano de mostaza nos permite ver milagros. El libro de Hechos revela que la fe de los apóstoles dio como resultado numerosas sanidades (3.1-85.16). Y el evangelio de Mateo nos dice que por la fe de una mujer cananea, su hija fue liberada de la posesión demoníaca (15.22-28).

La confianza en Cristo es más que un medio para recibir milagros —es el camino a la salvación. La Biblia declara que no hay nada que podamos hacer para lograr la seguridad eterna en el reino de Dios; somos salvos solo por gracia (Ef 2.8, 9).

La mejor manera para avanzar es recibir primero el mayor regalo, que es la fe en Cristo. Romanos 10.9 dice: “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. En ninguna otra parte se encuentran la salvación y la vida abundante.

 

Saturday, April 11, 2015

LA OBEDIENCIA AL PLAN DE DIOS | Dr. Charles Stanley

Someterse al tiempo de Dios requiere fe y valentía. 

Leer | Romanos 11.33-36 

11 de abril de 2015

A la mayoría de nosotros nos gusta tener el control de nuestros planes, y nos sentimos frustrados cuando las cosas no salen de acuerdo con ellos. Pero, si verdaderamente deseamos estar en el centro de la voluntad perfecta de Dios, tenemos que estar dispuestos a cooperar con su agenda.

Piense en la manera como usted ora. Sin darse cuenta, es posible que le esté exigiendo a Dios que se adhiera al plan que usted ya ha dispuesto de acuerdo con su limitada sabiduría. Pero si creemos que Él es quien dice ser, ¿cómo no puede ser para nuestro provecho someternos a su dirección? Considere los atributos inigualables y admirables del Señor:

• Su conocimiento total. El Señor sabe todo, y conoce los detalles de la vida de cada persona —pasados, presentes y futuros.

• Su sabiduría absoluta. Dios entiende cada motivación del ser humano, mientras que ninguno de nosotros es capaz de discernir con exactitud las intenciones de las personas. El Señor posee la sabiduría para actuar basado en la verdad.

• Su amor incondicional. Nuestro Creador está motivado siempre por el amor, y en todo momento tiene en mente lo mejor para nosotros. A menos que confiemos en su amor, nuestra perspectiva de la realidad será distorsionada.

• Su suficiencia perfecta. En el momento preciso, Dios nos dará todo lo que necesitemos para realizar su plan.

Someterse al tiempo de Dios requiere fe y valentía. Crea en la bondad y en los planes del Señor, y espere hasta que le dé la señal para seguir adelante.

 

Friday, April 10, 2015

COMO HALLAR FORTALEZA EN EL SEÑOR | Dr. Charles Stanley

Si usted se rinde a Dios en sus momentos de desesperación, Él le dará lo que necesite.

Leer | Salmo 31

10 de abril de 2015

El mundo no ofrece mucha esperanza, pero Dios sí. Mucho antes de que fuera rey, David se desvió de la voluntad de Dios. Para estar más allá del alcance de Saúl, buscó refugio entre los filisteos, y cuando regresó a las cenizas de su ciudad, Siclag, estaba totalmente angustiado. Pero David “se fortaleció en Jehová” (1 S 30.6). Aunque la Biblia no lo especifica, creo que experimentó un proceso espiritual de cinco pasos.

Primero, se arrepintió. El arrepentimiento es un cambio de parecer que resulta en un cambio de conducta. Al reconocer su error, David escogió una nueva dirección. Segundo, recordó la fidelidad de Dios en momentos difíciles del pasado. Tercero, reflexionó en el poder del Señor. Estaba emocional, física y espiritualmente agotado, pero había estado agotado antes y sabía que el poder de Dios era suficiente para él.

Cuarto, David recordó las promesas de Dios. Sus salmos revelan que él valoraba la certeza de la protección, la paz y la ayuda del Señor en sus dificultades. Quinto, resolvió confiar en Dios, en vez de entregarse a la desesperación que amenazaba con aplastarlo. En respuesta a la fe de David, Dios le dio la fortaleza que necesitaba desesperadamente.

Si usted se rinde a Dios en sus momentos de desesperación, Él le dará lo que necesite, como lo hizo con David. El Señor quiere dar fuerzas a sus hijos, para que puedan sostenerse bajo el peso de las circunstancias difíciles. Por tanto, sométase a Él; en algún momento, usted echará una mirada al pasado y, sin duda, recordará aquel día como el comienzo de un nuevo crecimiento en su fe.

 

Thursday, April 9, 2015

BENDECIDO CON MENOS | Dr. Charles Stanley

Las cosas que Dios trae a nuestra vida son las que Él sabe que nos bendecirán.

Leer | Salmo 81.6-16

9 de abril de 2015

El pasaje de hoy describe una imagen habitual en cuanto a la bendición del Señor. Lo leemos, y concluimos que si escuchamos y obedecemos a Dios, Él nos dará más y más. Tendemos a pensar en las bendiciones como beneficios que el Señor nos da para que los disfrutemos.

Podemos alabar a Dios por un aumento de sueldo. Podemos darle gracias por una nueva relación. En nuestra mente, la palabra bendición se ha convertido en sinónimo de regalo, ¿verdad?

A muchos creyentes puede sorprenderles saber que Dios, muchas veces, nos bendice quitándonos cosas. Piensan: ¿Qué? ¿Cómo puede Dios bendecirme al darme menos de lo que deseo?

Esta manera de pensar revela un problema de orgullo. Es fácil suponer que sabemos lo que es mejor para nosotros. Nuestra conclusión lógica es: si algo me gusta, entonces debe ser bueno y correcto. Por tanto, la bendición del Señor debiera ser darme más de eso, ¿correcto?

No. Las cosas que Dios trae a nuestra vida son las que Él sabe que nos bendecirán. Nuestra miope perspectiva nos impide ver todo el panorama, pero Él lo ve todo de principio a fin. Sabe si cierta relación o más dinero serán, al final, una bendición o una maldición. En algunas situaciones, lo mejor que Él puede “dar” es quitarnos algo.

El Señor, algunas veces, decide “bendecir con menos”. ¿Puede usted recordar una desilusión específica que le llevó a dudar de que Él estuviera actuando para darle lo mejor? Con el paso del tiempo y con la perspectiva, ¿puede ver ahora el tierno cuidado de Dios para con usted cuando le quitó algo?

Wednesday, April 8, 2015

LA BENDICIÓN DE DIOS | Dr. Charles Stanley

Cuando el Señor habla de bendecir a alguien, significa que le promete intervenir de manera clara y poderosa en la vida de ella. 

Leer | Génesis 12.1-4

8 de abril de 2015

“¡Dios le bendiga!” Escuchamos esto todo el tiempo, ¿verdad? Escuchamos tan a menudo esta frase, que no nos detenemos a considerar lo que significa.

En Génesis 12, la orden de Dios a Abram revela su maravillosa promesa de crear una nación próspera a partir de este hombre, y de darle renombre imperecedero. Pero, además, Dios extiende también su bendición a la familia de Abram y, en última instancia, a una escala mundial, prometiendo bendecir a toda la humanidad por lo que estaba haciendo en la vida de esta persona específica.

Por tanto, cuando el Señor habla de bendecir a alguien, significa que le promete intervenir de manera clara y poderosa en la vida de ella. Esto pudiera significar darle una familia próspera y feliz o, posiblemente, prosperidad económica. También pudiera implicar seguridad emocional o discernimiento espiritual. El Padre celestial pudiera tener en mente darle honra, sabiduría o un propósito eterno. De hecho, vemos cada una de estas cosas en la promesa de Dios a Abraham.

Pero no pasemos por alto dos condiciones para tener el favor del Señor. Al observar la vida de Abram, vemos que Dios valora la obediencia y la fe (12.415.622.2, 3, 12).

Dios quiere traer abundancia a su vida. Asegúrese de que su bendición no esté siendo obstaculizada. Hágase estas preguntas: ¿Estoy confiando en Él? ¿He  dejado de hacer algo que el Señor me ha pedido que haga?Ríndase a su llamada, y abra sus brazos para recibir lo que su Padre celestial anhela darle.

 

Tuesday, April 7, 2015

ESCUCHAR CON INTENCIONALIDAD | Dr. Charles Stanley

Acercarnos a la lectura de la Biblia con devoción prepara nuestro corazón para escuchar.

Leer | 1 Samuel 3.1-10

7 de abril de 2015

Ayer hablamos de escuchar la Palabra con avidez y atención. Pensemos hoy en cómo acercarse a la Biblia con intencionalidad, interés y devoción.

Los creyentes estudian las Sagradas Escrituras no solo individualmente; también de manera colectiva para aprender más sobre el Señor. Detrás de este sencillo concepto hay un gran reto. Adquirir conocimiento bíblico requiere decidir obedecer de corazón lo que escuchamos (Sal 119.33). Y para esto, hacerlo con interés significa creer que el Señor nos hablará (25.4). Las prédicas, las lecciones de estudio bíblico, y los momentos de recogimiento personal, deben ser parte de nuestra vida. Dios usa estas cosas para edificarnos, fortalecernos y confortarnos; por tanto, escuchar al Señor es beneficioso. Y la obediencia es la única respuesta adecuada a esta clase de atención personal.

Acercarnos a la lectura de la Biblia con devoción prepara nuestro corazón para escuchar, y es el preludio de una actitud de propósito e interés. El pasaje de hoy nos cuenta la historia del primer encuentro del joven Samuel con Dios. El sacerdote Eli da al muchacho un consejo valioso —que cuando el Señor lo llame, diga: “Habla, Jehová, porque tu siervo oye” (v. 9). Diga al Señor estas sencillas palabras con convicción antes de abrir su Biblia, y escuchará a Dios con más claridad.

Si usted quiere sentir a Dios obrando en su vida, venga a la Biblia con una actitud devota, de interés y llena de intencionalidad. Los afligidos son consolados. Los cansados reciben fuerza. Los redargüidos por su pecado se arrepienten y alcanzan la paz. Reconozca el gran regalo que es la Palabra de Dios.

 

Monday, April 6, 2015

CÓMO ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS | Dr. Charles Stanley

¿Por qué será que dos personas pueden sentarse en el mismo banco, escuchar la misma predicación, y marcharse con reacciones diferentes? 

Leer | Nehemías 8

6 de abril de 2015

¿Por qué será que dos personas pueden sentarse en el mismo banco, escuchar la misma predicación, y marcharse con reacciones diferentes? Una está gozosa, y la otra no sintió nada. Creo que la razón es que algunas personas no saben cómo escuchar la Palabra de Dios.

Nehemías 8 es una escena increíble del pueblo de Dios reunido para escuchar su Palabra. Recordemos que ellos no tenían copias de las Sagradas Escrituras para poder leerlas. Durante generaciones, lo sucedido entre Génesis y Deuteronomio fue transmitido de padres a hijos. Además, estas personas habían estado en el exilio durante muchos años. Fue la primera vez que la mayoría de ellos escuchaba la Palabra leída. Imaginemos su emoción al escuchar con atención lo que el Señor les decía.

Los israelitas tenían hambre de la Palabra de Dios. ¿La tiene también usted? ¿La escucha con entusiasmo? La duración del período de atención de una persona está directamente relacionada con la intensidad de su avidez de algo. Si usted tiene ansias por saber más de Dios, entonces fijará su mente en lo que Él está diciendo por medio de su pastor o de su lectura personal de la Palabra. Nada en el mundo importa tanto como lo que el Señor tiene para decirnos.

Hay muchas cosas que reclaman nuestra atención, pero pocas realmente la merecen. El Señor es digno de toda nuestra atención. Él tiene algo que decir a cada persona. Por eso, quien escucha la Palabra de Dios con un corazón abierto y una mente alerta recibirá un mensaje de Él.

 

Saturday, April 4, 2015

LA SEGURIDAD DE LA ESPERANZA | Abdu Murray

La fe cristiana no está basada en evidencias débiles, sino en una prueba firme e indiscutible.

La fe cristiana no está basada en evidencias débiles, sino en una prueba firme e indiscutible.  

por Abdu Murray     

Cada año cerca de Semana Santa, sucede lo mismo. Sale un programa especial de televisión o un libro que desafía la validez de la Resurrección de Jesús. Promete revelar información nueva o secreta que “la iglesia no quiere que se sepa”. Pero tal información no es nueva ni secreta; está destinada a desacreditar la fe cristiana, pues si la Resurrección puede ser echada por tierra, la esperanza del cristiano deja de ser segura.

Debo confesar que yo solía hacer esa misma objeción. Cuando era un musulmán devoto, rechazaba la Resurrección de Jesús, porque el Corán decía que Él no había muerto en la cruz, y mucho menos que resucitó de los muertos. (Véase Corán 4:157-158). Como musulmán, quería que otras personas creyeran lo que yo creía —que la seguridad de nuestra esperanza no está basada en la muerte y la Resurrección de Cristo, sino en la misericordia de Dios para quienes se esfuerzan por obedecer todos sus mandamientos. Desacreditar la Resurrección desacreditaría al evangelio, lo que me permitiría atraer a la gente a cualquier esperanza que pudiera ofrecer el Islam. Después de todo, como escribió el apóstol Pablo: “Y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1 Co 15.14).

Continúe leyendo La seguridad de la esperanza .

Friday, April 3, 2015

EL PUNTO CRUCIAL EN EL TIEMPO | Dr. Ravi Zacharias

La cruz, más que nunca, es necesaria para superar la brecha entre Dios y nosotros.

Leer | Marcos 15.16-39

3 de abril de 2015

A menudo escuchamos la frase “el quid o punto crucial de la cuestión” o “el punto crucial de la situación”. La palabra crucial viene del latín medieval, y tiene que ver con “cruz”. ¿Por qué ha llegado la palabra cruz a estar asociada con una coyuntura o punto crítico en el tiempo? Porque la cruz de Cristo es verdaderamente el punto crucial de la historia. Sin la cruz, la historia en sí no puede ser definida o reajustada.

Hay otra palabra que normalmente se escucha, en el idioma inglés, cuando se está en medio de un dolor terrible: es la palabra excruciating, que significa dolor insoportable. Ésta, también, se deriva del latín y significa “fuera de la cruz”. A lo largo de la historia y de la experiencia humana, el acontecimiento histórico de la cruz intercepta al tiempo y al espacio, y habla a las heridas más profundas del corazón humano.

Pero en la vida hay más que dolor y sufrimiento. También vivimos con anhelos profundos dentro del corazón humano, como el anhelo por la verdad, la justicia, el perdón y la paz. Como lo veo, hay solamente un lugar en el mundo donde estos anhelos convergen: en la cruz de Cristo, donde la paz y la justicia perfectas se unieron la tarde de un viernes.

La cruz define lo que son las implicaciones del amor. Es que, en términos cristianos, el amor no es simplemente una emoción o una expresión para reconciliarse con Dios. En una relación con Dios, el amor, en última instancia, se transforma en adoración. Todas las relaciones terrenales terminarán algún día. Es en la adoración solamente que la admiración a Dios y la verdad de Él se funden, prefigurando la consumación de la comunión eterna. Ese enriquecimiento que proviene de la adoración nutre todas las demás relaciones, y nos ayuda a mantener sagrados todos los compromisos fundamentales de la vida.

Nunca antes ha sido más evidente que este mundo necesita redención —y esa redención es costosa. La cruz, más que nunca, es necesaria para superar la brecha entre Dios y nosotros. Sin la cruz, el abismo que nos separa de la verdad, el amor, la justicia y el perdón, nunca podrá ser salvado. Las profundidades del misterio y el amor que se encuentran en la cruz, nunca podrán ser descifradas totalmente, pero el anhelo de un verdadero creyente en Cristo debe ser maravillarse por el alto precio de ella, y ensalzar su significado.

Es por eso que celebramos la Pascua. La cruz se erige como la perspectiva contraria a todo lo que este mundo nos ofrece. Al guardar esta Semana Santa, que usted sea lleno de admiración y adoración al Señor.

—Ravi Zacharias