Monday, August 31, 2015

COSAS QUE NO PUEDEN SER SACUDIDAS | Dr. Charles Stanley

Hay una roca sobre la que podemos mantenernos, y que no puede ser sacudida.

Leer | Hebreos 12.25-29

31 de agosto de 2015

Las noticias de televisión están, con frecuencia, llenas de entrevistas  e imágenes de personas que han sufrido una tragedia inimaginable. Un día nos muestran a los sobrevivientes de un tornado cuyas viviendas fueron destruidas. Otro día, podemos ver inundaciones impresionantes que barren a una comunidad. De vez en cuando, podemos, incluso, ver casas que son tragadas por completo por un terrible terremoto. Las expresiones en los rostros de quienes han sufrido pérdidas pueden ser angustiantes.

Pérdidas como éstas siempre llaman nuestra atención hacia la fragilidad de las cosas que más apreciamos, como nuestros hogares, nuestras familias y nuestros trabajos.

Pero, en un mundo que parece muchas veces estar sacudiéndose y desmoronándose, los creyentes en Jesucristo tenemos el privilegio de anunciar que existe algo estable, algo que es completamente seguro. Hay una roca sobre la que podemos mantenernos, y que no puede ser sacudida. Ese fundamento inconmovible es, por supuesto, el Dios todopoderoso.

El Señor nos da también otras verdades seguras. Podemos confiar en que la Sagrada Escritura es su verdad inmutable y relevante para todos los tiempos. Podemos depender para siempre de una relación eterna con Él por medio de su Hijo. Y podemos tener la seguridad de que quienes ponen su fe en Jesucristo les espera un hogar eterno en el cielo. Podemos tener estabilidad, aun en este mundo inestable.

¿Tiene usted alguien en su vida que necesita conocer esta buena noticia —alguien desesperado? No espere; dígale esta buena noticia hoy mismo.

Sunday, August 30, 2015

NO ESTORBAR A DIOS | Dr. Charles Stanley

No estorbar a Dios

Busque la voluntad de Dios antes de brindar ayuda compasiva, para no estorbar su plan.

Leer | Mateo 16.21-23

30 de agosto de 2015

Los creyentes estamos llamados a ser compasivos   (Col 3.12), pero debemos mostrar discernimiento cuando practicamos bondad. A veces, al intervenir en la vida de alguien podemos estorbar a Dios. Aprendí esta lección a base de errores. En el pasado, intervenía cuando el Señor estaba tratando de llamar a alguien a una vida de dependencia espiritual; ofrecía consuelo cuando nuestro Padre celestial intentaba que un creyente afligido buscara su consuelo; y sacaba a una persona de su problema antes de que ésta aprendiera la lección de Dios, por lo que poco después acababa en la misma situación. Hoy día, he aprendido que es mejor orar antes de actuar de acuerdo con mis sentimientos de empatía.

Pedro, también, dejó una vez que sus sentimientos ofuscaran su discernimiento. Su intento de interferir en el plan divino de Jesucristo fue una experiencia que probablemente nunca olvidó. Aunque Pedro sabía exactamente quién era Jesús —el Mesías, y el Hijo del Dios vivo (Mt 16.16)—, tenía también conceptos erróneos judaicos sobre la misión del Mesías. Muchos israelitas esperaban un rey que acabara con la dominación romana.

Por tanto, Pedro se negó a aceptar los anuncios de Jesús acerca del juicio, el maltrato y la muerte que le esperaban. Al tratar de convencer al Señor de que no cumpliera con la voluntad de Dios, fue reprendido por el Señor Jesucristo. La prioridad del Señor era liberar los corazones —en vez de los cuerpos— de la tiranía del pecado. La percepción equivocada de Pedro lo llevó a una clara rebelión. No cometa usted el mismo error. Busque la voluntad de Dios antes de brindar ayuda compasiva, para no estorbar su plan.

Saturday, August 29, 2015

EL ARREPENTIMIENTO EN LA VIDA DEL CREYENTE | Dr. Charles Stanley

¿Es el arrepentimiento necesario?

Leer | Proverbios 28.13

29 de agosto de 2015

¿Es el arrepentimiento necesario? Sí, y podemos ver esta verdad fundamental en 1 Juan 1.9: “Si confesamos nuestros pecados, [Dios] es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Usted puede decir: “La palabra arrepentimiento no aparece en este versículo”. Pero examinemos esto con mayor detenimiento.

Recordemos que “arrepentirse” significa cambiar de manera de pensar. Para los incrédulos, esto se refiere a la fe salvadora, es decir, a la decisión de poner la fe en Cristo. Pero, para los creyentes, el arrepentimiento implica un cambio de corazón con respecto a conducta o  actitud. Es la decisión constante de tener una vida obediente y cristocéntrica.

En 1 Juan, esta decisión está representada por la palabra confesar, que originalmente tenía el sentido de “estar de acuerdo con”. En otras palabras, si usted confiesa su transgresión a Dios, está de acuerdo con Él en cuanto a ese pecado y, a la vez, en desacuerdo con su sentir anterior. Aquí, la confesión no es un asunto de salvación; más bien, significa permitir que el Padre celestial siga cambiando su mente, y moldeando su vida cada vez más a la imagen de su Hijo.

Dios aborrece el pecado. Por eso, si usted está de acuerdo con Él, entonces su mente está siendo transformada. Los pensamientos, las actitudes y las acciones que antes parecían perfectamente naturales, ya no corresponden con quién usted es ahora. A medida que Dios siga trabajando en su vida, su mente rechazará gradualmente la vieja manera de pensar, y representará más fielmente la manera de pensar del Señor.

Friday, August 28, 2015

CONCEPTO CORRECTO DEL ARREPENTIMIENTO | Dr. Charles Stanley

En términos de la salvación, no se pueden separar la fe y el arrepentimiento. 

Leer | Hechos 2.37-39

28 de agosto de 2015

Al predicar la verdad sobre Jesucristo en Hechos 2, Pedro dejó a miles de oyentes haciéndose la misma pregunta: “¿Qué haremos ahora?”

La respuesta del apóstol es sencilla: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados” (v. 38). Como resultado, 3.000 personas fueron añadidas a la nueva iglesia ese día (v. 41).

¿Es este el mensaje de la mayoría de las iglesias de hoy en día? ¿Parece extraño que Pedro dijera “arrepentíos” en vez de “creed”? En realidad, la Biblia utiliza a menudo estos conceptos de manera semejante. Es que el arrepentimiento y la fe son dos caras de la misma moneda: ambos son esenciales para la salvación, y cada uno depende del otro.

En efecto, en términos de la salvación, no se pueden separar la fe y el arrepentimiento. Para ser salvo, usted debe poner su fe en Cristo para el perdón de los pecados. Esa decisión de fe requiere arrepentirse de su manera de vivir. Ambas cosas suceden simultáneamente.

Sin embargo, muchas personas creen erróneamente que deben cambiar antes de poder entregar su vida a Cristo. El arrepentimiento no significa que debamos cambiar y “limpiarnos” para poder recibir a Cristo como Señor. La verdad es que no debiera haber ninguna demora o separación entre el momento del arrepentimiento y la fe.

Si usted está posponiendo una decisión por Cristo hasta que crea que está “listo”, o que es “digno”, está esperando en vano. Jesús está listo para recibirle ahora mismo.

Thursday, August 27, 2015

BLOQUEADORES DEL ÉXITO | Dr. Charles Stanley

Las personas sabias observan sus actitudes para identificar cualquier cosa que les impida seguir a Cristo totalmente.

Leer | Isaías 41.10, 11

27 de agosto de 2015

Ayer vimos que Dios desea que alcancemos las metas que Él tiene para nuestra vida. Pero tenemos también un enemigo, a quien le encantaría impedir nuestro bien.

La Biblia identifica factores que pueden impedir el éxito, entre los que están el temor, la duda, las excusas, la indecisión y la negligencia. Si sabemos cuáles son los obstáculos, resultará más fácil vencerlos.

• Primero, cuando tenemos temor, ya sea de fracasar, de ser criticados o rechazados, o de alguna otra cosa, nuestro punto de atención cambia de Jesús a lo que queremos evitar. Ese temor puede convertirse en una atadura. El antídoto es volver a enfocarnos en el Señor. 

• Segundo, la duda es la falta de seguridad de que Dios nos ayudará a vencer. Las derrotas del pasado, las influencias negativas y la ignorancia acerca de su Palabra, pueden hacernos fracasar. 

• Tercero, las excusas es el intento por hacer a la desobediencia más aceptable. No tuve las oportunidades que tuvieron otrosmis padres no me enseñaron bien, y estoy demasiado ocupado, son justificaciones falsas, como fue el intento de Adán de culpar a Eva por su mala decisión. 

• Cuarto, postergar una acción también impide el éxito. Y relacionada con ella, hay un quinto obstáculo: la negligencia. Esta desagradable conducta puede, por razones obvias, impedir que alcancemos el propósito de Dios. 

Las personas sabias observan sus actitudes para identificar cualquier cosa que les impida seguir a Cristo totalmente. Si algunos de los estorbos mencionados antes están impidiendo su éxito, rechácelos. Pídale a Dios una vida llena de libertad y propósito, de la manera que Él la ha planeado.

Wednesday, August 26, 2015

EL ÉXITO A LA MANERA DE DIOS | Dr. Charles Stanley

Dios tiene un plan maravilloso para bendecirle y darle una vida plena, y parte de ese plan es que viva con propósito y perseverancia.

Leer | Proverbios 3.5, 6

26 de agosto de 2015

¿Qué hace que algunas personas fracasen, y que otras logren sus metas? Quizás los principales ingredientes sean, como algunos suponen, los antecendentes familiares, la educación y las habilidades. Pero ¿por qué, entonces, hay personas que triunfan a pesar de tener un pasado difícil, falta de habilidades o poca capacitación? Sin duda, hay algo más que influye en el logro de nuestras metas.

Contrariamente a la definición de la sociedad, que usualmente involucra fama, fortuna o poder, el verdadero éxito significa convertirse en las personas que Dios quiere que seamos, y lograr las metas que Él ha fijado para cada uno. Hebreos 12.1 ofrece la perspectiva del Señor en cuanto a esto: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”.

Aquí vemos las claves del éxito. Primero, es importante encontrar estímulo en las vidas de otros creyentes que han visto la fidelidad de Cristo, y que han seguido su dirección. Luego, debemos deshacernos de todo lo que nos impida obedecer a Dios. Por último, debemos perseverar, aun en los tiempos de dificultad y desánimo. Este pasaje responde nuestra pregunta original: lo que nos permite alcanzar el éxito es confiar en la dirección y en el poder de Jesús.

Dios tiene un plan maravilloso para bendecirle y darle una vida plena, y parte de ese plan es que viva con propósito y perseverancia. La dirección del Padre celestial se le hará más clara a medida que lea su Palabra, que ore pidiendo orientación, y que busque el consejo piadoso. ¿Sabe usted cuáles son las metas que Dios tiene para su vida?

Tuesday, August 25, 2015

UN ESTILO DE VIDA PERDONADORA | Dr. Charles Stanley

Dios nos llama a perdonar, así como Él nos perdonó; con su ayuda, podemos hacerlo.

Leer | Efesios 4.29-32

25 de agosto de 2015

Mostrar misericordia a quienes nos lastiman no es propio de la naturaleza humana; es más fácil enojarse y seguir así. Justificamos nuestra falta de perdón señalando la injusticia que hubo, o el daño hecho. Pero Dios nos manda a ser misericordiosos (Lc 6.36). Quienes hemos probado la misericordia divina, debemos practicar un estilo de vida perdonador.

¿Por qué, entonces, no obedecemos? Porque, a veces, nuestro orgullo nos lo impide. Nos enojamos cuando somos tratados con irrespeto, subestimados cuando surge una oportunidad de ascenso en el trabajo, o pasados por alto a pesar de nuestro desempeño. Otras veces, pensamos solo en la falta de disposición para cambiar de otras personas, y no perdonamos hasta que mejoren su proceder. O algunas veces hemos sido muy lastimados o tratados injustamente. Tenemos la mente tan llena de dolor, que nos quedamos atascados en el pasado. No vemos que sea posible perdonar.

Una actitud rencorosa puede tener todo tipo de consecuencias no deseadas, entre ellas relaciones rotas, esclavitud emocional, e indiferencia para con el Señor. Cuanto más nos aferremos a nuestro enojo, más afectada se verá nuestra comunión con otras personas y con nuestro Padre celestial. Con el tiempo, podemos volvernos amargados y hostiles, lo que desde luego no corresponde con lo que somos en Cristo.

Es difícil perdonar a quienes nos calumnian, tratan mal, o hieren a nuestros seres queridos. Pero el comportamiento de ellos para con nosotros no es una razón para negarles la misericordia. Dios nos llama a perdonar, así como Él nos perdonó; con su ayuda, podemos hacerlo.

Monday, August 24, 2015

EL REGALO DIVINO DEL PERDÓN | Dr. Charles Stanley

Estamos llamados a perdonar a quienes nos hayan herido. 

Leer | Colosenses 3.12-14

24 de agosto de 2015

Motivado por el amor, Dios proveyó la manera de que nuestros pecados fueran perdonados. Envió a Jesús para ser nuestro Salvador; cuando confiamos en su sacrificio expiatorio a favor nuestro, recibimos su perdón.

Antes de poner la fe en Cristo, estábamos muertos en nuestros pecados y éramos objetos de la ira divina (Ef 2.1-3). Pero nuestro misericordioso Padre celestial envió a su Hijo Jesús para redimirnos. En la cruz, el Salvador tomó sobre sí nuestros pecados y experimentó la furia de Dios por amor a nosotros. Su muerte nos aseguró el perdón —no había nada que pudiéramos hacer para lograr la aceptación de Dios. Somos salvos por gracia mediante la fe en Cristo y en lo que Él realizó (Ef 2.8, 9). Nuestra salvación es un regalo del Padre celestial.

La voluntad de Dios es que, como personas perdonadas, mostremos misericordia a quienes nos agravian, hasta la medida en que Él nos perdonó. Pero la inclinación humana es imponer condiciones cuando se trata de tener misericordia. Pensamos: Te perdonaré solo si te disculpas como debe ser, o antes de que se me quite el enojo, debes arreglar el problema; e incluso, espero que pagues por el daño hecho, antes de que te perdone. Eso no es lo que nuestro Salvador hizo. Romanos 5.8lo expresa así: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.

Dependiendo de cuánto daño hayamos experimentado, es posible que necesitemos tiempo y sanidad antes de poder perdonar  de verdad. Pero debemos recordar que la voluntad de Dios es que mostremos misericordia. Estamos llamados a perdonar a quienes nos hayan herido.

Sunday, August 23, 2015

CÓMO ESCUCHAR A DIOS | Dr. Charles Stanley

La mayoría hablamos mejor de lo que escuchamos, pero la comunicación con el Señor implica ambas cosas. 

Leer | Isaías 50.4, 5

23 de agosto de 2015

La mayoría hablamos mejor de lo que escuchamos,  pero la comunicación con el Señor implica ambas cosas. Dios quiere que sus hijos escuchen su voz. Su propósito es el mismo hoy, como lo ha sido siempre —asegurarse de que comprendamos la verdad acerca de Él, conformarnos a sus caminos, y equiparnos para comunicar su verdad a los demás.

Uno de los principales instrumentos que Dios utiliza para hablarnos hoy en día es su Palabra. Por esta razón, el estudio de la Biblia es más importante que desayunar, almorzar y cenar cada día. Podemos vivir con una sola comida diaria, pero no sobrevivir en este mundo impío a menos que nos deleitemos en las Escrituras. El resultado de un consumo regular de la Palabra de Dios es un espíritu de discernimiento. Cuando el creyente dice algo que el Señor ha puesto en su corazón, nuestro espíritu verifica la veracidad del mensaje.

No importa qué tan fuerte nos hable Dios, no le escucharemos a menos que escuchar sea una prioridad para nosotros. Debemos pedirle al Señor que nos enseñe a escuchar, para luego esforzarnos por tener una actitud de recogimiento. Un “receptor” interno que esté en sintonía con el Padre celestial se desarrolla solamente por medio de la oración, la meditación y la práctica de escuchar; además, de un espíritu de sumisión para obedecer.

Dios anhela que tengamos un estilo de vida perceptivo, para que podamos escucharle en cualquier circunstancia. Escuchar es una aptitud vital que nos ayuda a mantener nuestro corazón abierto en todo momento. Además de la alimentación proporcionada por nuestro banquete de la Palabra, hay también un “postre” —el reconocimiento de la voz de nuestro Padre.

Saturday, August 22, 2015

MOTIVADO POR LA OBEDIENCIA | Dr. Charles Stanley

Por medio de la oración diaria y de la meditación en la Palabra de Dios, podemos mantener nuestros ojos centrados en Cristo.

Leer | Daniel 1.1-20

22 de agosto de 2015

Aunque Daniel vivía cautivo en Babilonia, resolvió en su corazón no violar las leyes de Dios. Él nunca vaciló en su obediencia. ¿Qué lo motivó a vivir esa promesa?

La devoción a Dios. El amor de Daniel por el Señor le dio la firmeza para no contaminarse con la comida y el vino del rey. La dedicación a Dios significa elegir apartarse para amar, adorar y obedecer solamente a Él. Equivale a declarar: “Señor, cada parte de mí es tuya. Quiero lo que tú quieras”. Cuando mantenemos a Jesucristo como el centro de nuestro enfoque, nuestros corazones rebosan de acción de gracias, y nos sentimos motivados para mantenernos firmes.

Una dirección clara. Si Daniel se negaba rotundamente a comer la comida del rey, probablemente perdería la vida. Por tanto, él y sus amigos se dirigieron a Dios en busca de dirección. El Señor les dio la sabiduría que necesitaban para desarrollar un plan alternativo; también les dio el coraje para que pidieran permiso para obedecer el mandamiento de Dios. Observemos que no hubo ninguna demanda ruidosa, ninguna alegación, y ningún espíritu rebelde. La conducta de ellos estuvo caracterizada por confianza en Dios y dependencia de Él. Jesús promete que el Espíritu Santo nos dará guía y entendimiento (Jn 16.13).

Por medio de la oración diaria y de la meditación en la Palabra de Dios, podemos mantener nuestros ojos centrados en Cristo, nuestros oídos atentos a su voz, y nuestros corazones motivados a obedecer. Seremos capaces de tener la misma obediencia incondicional de Daniel.

Friday, August 21, 2015

LA PERSEVERANCIA EN LA ORACIÓN | Dr. Charles Stanley

La mayoría de nosotros hemos traído, en algún momento, nuestras súplicas al Señor Jesús con intensidad, pero no hemos visto los resultados deseados. 

Leer | Romanos 12.10-13

21 de agosto de 2015

Como pastor, hablo con muchas personas sobre su vida espiritual. Por estas conversaciones, sé que la mayoría no están satisfechas con su vida de oración. Les falta esperanza y fe, y el tiempo con Dios les parece vacío. Esta es la razón por la que muchos cristianos oran tan poco y tan desapasionadamente.

Ayer comenzamos a ver los obstáculos para una vida vigorosa de oración. Veamos hoy un obstáculo más que bloquea la comunicación vibrante entre Dios y nosotros: La impaciencia.

La mayoría de nosotros hemos traído, en algún momento, nuestras súplicas al Señor Jesús con intensidad, pero no hemos visto los resultados deseados. Lamentablemente, los seres humanos somos, por naturaleza, de poco ánimo. Nos cansa pedir cuando lo único que percibimos es silencio. Recordemos, sin embargo, que Dios no es nuestro sirviente; Él no actúa en el instante preciso que lo llamamos. De hecho, si pudiéramos ver el panorama completo tal como Él lo ve, esperaríamos con gusto su plan y su momento.

En realidad, creo que somos bendecidos al no recibir todo lo que pedimos. Si estamos totalmente satisfechos con la presencia del Señor, nuestra relación con Él florece, aunque no recibamos todo lo que pidamos.

Si clamamos a Dios con empeño y nada cambia, es posible que con el tiempo se creen barreras; pero siga orando. Más allá de esta “pared”, usted sentirá la presencia de Dios, donde encontrará paz, gozo y destellos maravillosos de su gloria, independientemente de la respuesta que reciba.

La perseverancia en la oración

La mayoría de nosotros hemos traído, en algún momento, nuestras súplicas al Señor Jesús con intensidad, pero no hemos visto los resultados deseados. 

Leer | Romanos 12.10-13

21 de agosto de 2015

Como pastor, hablo con muchas personas sobre su vida espiritual. Por estas conversaciones, sé que la mayoría no están satisfechas con su vida de oración. Les falta esperanza y fe, y el tiempo con Dios les parece vacío. Esta es la razón por la que muchos cristianos oran tan poco y tan desapasionadamente.

Ayer comenzamos a ver los obstáculos para una vida vigorosa de oración. Veamos hoy un obstáculo más que bloquea la comunicación vibrante entre Dios y nosotros: La impaciencia.

La mayoría de nosotros hemos traído, en algún momento, nuestras súplicas al Señor Jesús con intensidad, pero no hemos visto los resultados deseados. Lamentablemente, los seres humanos somos, por naturaleza, de poco ánimo. Nos cansa pedir cuando lo único que percibimos es silencio. Recordemos, sin embargo, que Dios no es nuestro sirviente; Él no actúa en el instante preciso que lo llamamos. De hecho, si pudiéramos ver el panorama completo tal como Él lo ve, esperaríamos con gusto su plan y su momento.

En realidad, creo que somos bendecidos al no recibir todo lo que pedimos. Si estamos totalmente satisfechos con la presencia del Señor, nuestra relación con Él florece, aunque no recibamos todo lo que pidamos.

Si clamamos a Dios con empeño y nada cambia, es posible que con el tiempo se creen barreras; pero siga orando. Más allá de esta “pared”, usted sentirá la presencia de Dios, donde encontrará paz, gozo y destellos maravillosos de su gloria, independientemente de la respuesta que reciba.21 de agosto de 2015

Como pastor, hablo con muchas personas sobre su vida espiritual. Por estas conversaciones, sé que la mayoría no están satisfechas con su vida de oración. Les falta esperanza y fe, y el tiempo con Dios les parece vacío. Esta es la razón por la que muchos cristianos oran tan poco y tan desapasionadamente.

Ayer comenzamos a ver los obstáculos para una vida vigorosa de oración. Veamos hoy un obstáculo más que bloquea la comunicación vibrante entre Dios y nosotros: La impaciencia.

La mayoría de nosotros hemos traído, en algún momento, nuestras súplicas al Señor Jesús con intensidad, pero no hemos visto los resultados deseados. Lamentablemente, los seres humanos somos, por naturaleza, de poco ánimo. Nos cansa pedir cuando lo único que percibimos es silencio. Recordemos, sin embargo, que Dios no es nuestro sirviente; Él no actúa en el instante preciso que lo llamamos. De hecho, si pudiéramos ver el panorama completo tal como Él lo ve, esperaríamos con gusto su plan y su momento.

En realidad, creo que somos bendecidos al no recibir todo lo que pedimos. Si estamos totalmente satisfechos con la presencia del Señor, nuestra relación con Él florece, aunque no recibamos todo lo que pidamos.

Si clamamos a Dios con empeño y nada cambia, es posible que con el tiempo se creen barreras; pero siga orando. Más allá de esta “pared”, usted sentirá la presencia de Dios, donde encontrará paz, gozo y destellos maravillosos de su gloria, independientemente de la respuesta que reciba.

Thursday, August 20, 2015

ESTORBOS PARA LA ORACIÓN | Dr. Charles Stanley

Nuestro Padre celestial está esperando para escuchar nuestra alabanza, confesión y petición.

Leer | Efesios 3.14-21

20 de agosto de 2015

Cuando usted ora, ¿tiene la seguridad de que Dios le escucha? Consideremos algunos de los estorbos para la oración. Primero, la poca concentración inhibe nuestra comunicación con Dios. La mente humana tiene la propensión a distraerse, y es común que nuestros pensamientos se deslicen de la oración a otros temas. Un antídoto para esto es darse cuenta de con quién estamos hablando. Cuanto más comprendamos el poder, amor, omnisciencia y santidad de Dios, más fácil nos será mantenernos enfocados.

Segundo, podemos sentirnos indignos de hablar con el Dios de toda la creación. El sentimiento de culpa por el pecado puede hacernos evitar pasar tiempo a solas con Él, pero el Señor quiere que traigamos nuestros pecados a su luz. Por nuestros propios méritos nunca seremos dignos de estar en su presencia. Pero la muerte y resurrección de Jesús nos dieron perdón y aceptación, y por eso podemos venir a Él sin temor o vergüenza.

Tercero, el temor puede ser un obstáculo en nuestro camino. Algunas personas se inquietan, y piensan: ¿Y si no oro correctamente? La verdad es que nadie sabe cómo orar de una manera digna de un Dios santo. Es por eso que el Espíritu Santo intercede por nosotros. El Señor desea nuestros corazones, no las palabras perfectas.

El Señor se ha hecho accesible a nosotros mediante la oración, el recurso más poderoso de la vida cristiana. Podemos venir ante el Dios Todopoderoso en oración. Nuestro Padre celestial está esperando para escuchar nuestra alabanza, confesión y petición.

Wednesday, August 19, 2015

NUESTRO AYUDADOR EN LA ORACIÓN | Dr. Charles Stanley

Nuestro Salvador le ama profundamente, lo suficiente como para morir en su lugar y enviar a un Ayudador para morar en usted.

Leer | Juan 14.16, 17

19 de agosto de 2015

Uno de los sentimientos más dolorosos es la soledad. Por supuesto, hay momentos en la vida cuando la soledad es inevitable. Pero, puesto que Dios ha enviado a su Espíritu para morar en nosotros, nunca estamos realmente solos. Él está con nosotros y es accesible cada segundo de cada día. Jesús se refirió al Espíritu Santo como nuestro Consolador o “Ayudador”.

Pensemos en las maneras que el Espíritu Santo nos ayuda en la vida de oración. Primero, nos pone la carga de orar. ¿Alguna vez sintió una fuerte sensación de que necesitaba pasar tiempo con el Señor? Quizás no estaba seguro de por qué razón. Era el Espíritu tocándole. Él tiene muchas razones para hacerlo; por ejemplo, porque sabe que usted necesitará fuerzas para enfrentar una crisis inminente. O a veces nos anima a confesar un pecado para que nuestra comunión con el Padre no se vea obstaculizada.

Segundo, el Espíritu de Dios intercede por nosotros. Hay veces que no sabemos cómo orar, cuando la tristeza o impotencia nos abruman hasta el punto de que las palabras no nos salen. Lo único que podemos hacer es llorar. Si embargo, el Espíritu suplicará en representación nuestra, porque Él comprende la profundidad de nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades, y los traduce en súplica efectiva de acuerdo con la voluntad del Padre.

Nuestro Salvador le ama profundamente, lo suficiente como para morir en su lugar y enviar a un Ayudador para morar en usted. ¡Qué privilegio tan grande! ¿Reconoce usted su poder y su amor a lo largo del día? Él anhela consolarle, darle fuerzas y guiarle en todo momento.

Tuesday, August 18, 2015

SOBERANO SOBRE EL PECADO | Dr. Charles Stanley

Dios es soberano. Esto significa que Él es la autoridad suprema sobre todas las cosas, incluyendo el pecado y sus consecuencias.

Leer | Isaías 14.24-27 

18 de agosto de 2015

Dios es soberano. Esto significa que Él es la autoridad suprema sobre todas las cosas, incluyendo el pecado y sus consecuencias. Sin embargo, Él no hace que alguien peque —hacerlo violaría su naturaleza justa y santa. Sin embargo, el Señor sí permite que la tentación toque nuestra vida. Y puesto que tenemos libre albedrío y el Espíritu Santo, podemos decidir cómo responder, y estamos totalmente equipados para resistir. Afortunadamente, Él mantiene el control final y entreteje las consecuencias de nuestras acciones de acuerdo con sus propósitos.

A veces, Dios permite que nuestro pecado siga su curso. Por ejemplo, cuando los israelitas se negaron a apartarse de su desobediencia, Él “los [abandonó] a su obstinada voluntad, para que actuaran como mejor les pareciera” (Sal 81.12 NVI). Sin la protección divina, la nación sucumbió a las influencias de la corrupción, y al final fue tomada. El Señor pudo haberlos protegido de ese resultado, pero esas mismas consecuencias llevaron a los israelitas al arrepentimiento, lo cual era su plan original.

Y a la inversa, Dios a veces obstaculizará el pecado. Tal fue el caso cuando el rey Abimelec tomó para sí a la esposa de Abraham. El rey había sido engañado, y no sabía que estaba a punto de cometer un pecado. Pero el Señor conocía el engaño, e intervino (Gn 20.1-6).

El plan más sabio, por supuesto, es obedecer a Dios. La tentación es inevitable, pero el pecado no. La soberanía del Señor sobre nuestra vida significa que cualquier tentación debe pasar primero por su voluntad. De esta manera, se asegura de que sus hijos no se sientan tentados más allá de lo que puedan resistir (1 Co 10.13).

Monday, August 17, 2015

DIOS ESTÁ EN CONTROL | Dr. Charles Stanley

En su omnisciencia y sabiduría, Dios permitirá que desastres y males toquen nuestra vida para que podamos aprender de la experiencia. 

Leer | 1 Corintios 13.12 

17 de agosto de 2015

Si bien Es cierto que Dios es bueno, y que está en control, también es cierto que nos pasan cosas malas. Aunque está dentro del poder del Señor dar a todos una existencia perfecta, eso no sería lo mejor para nosotros. Las pruebas y sufrimientos nos conducen, a menudo, al Padre celestial. Y para aquellos que ya somos sus seguidores, Dios usa circunstancias adversas para hacer madurar nuestra fe y conformarnos a la imagen de su Hijo.

En su omnisciencia y sabiduría, Dios permitirá que desastres y males toquen nuestra vida para que podamos aprender de la experiencia. El crecimiento, ya sea de compasión, confianza o entendimiento, es bueno. Si pudiéramos dar un vistazo a cada escena de nuestra vida, veríamos al Señor actuando soberanamente para llevar a cabo su gran propósito para nosotros.

Romanos 8.28 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Algunas veces, vemos resultados inmediatos de las pruebas. Pero otras, tenemos que esperar meses o años (o hasta que lleguemos al cielo) para entender plenamente lo que Dios estuvo haciendo por medio de esas circunstancias.

El sufrimiento y el mal son partes inevitables de un mundo caído. Pero tenemos la seguridad de que Dios está en control del universo, incluyendo el diminuto rincón que ocupamos. Cuando Él permite que sucedan cosas malas, podemos estar seguros de que seguirá dándonos guía y consolación, al mismo tiempo que nos moldeará para convertirnos en las personas que Él quiere que seamos.

Saturday, August 15, 2015

GRACIA SOBRE GRACIA | Dr. Charles Stanley

El Señor tiene abundancia de bondad y bendiciones para sus hijos, y somos bendecidos ricamente con “gracia sobre gracia”. 

Leer | Colosenses 1.6-12 

15 de agosto de 2015

¿Alguna vez se topó  usted con una oportunidad que superó con creces sus expectativas? ¿O tal vez encontró un tesoro que nadie sabía que existía? El tema de las riquezas no previstas que aparecen en situaciones inverosímiles se menciona en todas las clases de literatura. El Señor Jesús utilizó ese tema en su historia del hombre que encontró un tesoro escondido en un campo. Al parecer, nadie más sabía de su existencia, por lo que lo escondió rápidamente y se fue corriendo a toda prisa para comprar la nueva propiedad (Mt 13.44).

Los creyentes han heredado un tesoro inmenso llamado la gracia de Dios. Por años, la gran riqueza de la gracia puede permanecer un poco escondida de nuestra vista, pero al buscar sus verdaderas dimensiones nos asombramos al descubrir lo ricos que somos. Esto es lo que Juan quiso decir cuando exclamó: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia” (Jn 1.16).

Pablo describe estas sucesivas bendiciones en Colosenses 1. Podemos ser llenos del conocimiento de la voluntad de Dios “en toda sabiduría e inteligencia espiritual” y entonces podremos agradar al Señor “en todo” y “[llevar] fruto en todabuena obra”. Además, seremos “fortalecidos con todo poder” y, de esa manera, ser capaces de tener “toda paciencia y longanimidad” (vv. 9-11, énfasis añadido). Efectivamente, el Señor tiene abundancia de bondad y bendiciones para sus hijos, y somos bendecidos ricamente con “gracia sobre gracia”.

Friday, August 14, 2015

LA GRACIA Y LA SANTIDAD DE DIOS | Dr. Charles Stanley

Es solo por medio de la gracia de Dios que podemos tratar de tener una vida recta.

Leer | Tito 2.11, 12

14 de agosto de 2015

Una de las expresiones más grandes del evangelio  se encuentra en Tito 2.11, donde Pablo nos dice: “La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres”. ¿Cómo puede haber una noticia mejor que ésta? Lo que no fue visible por muchos siglos, y lo que una vez no estuvo disponible, está ahora a la vista. Además, esta gracia se ha manifestado no solo para el beneficio de unos pocos elegidos, sino para “todos los hombres”. Es lo que el apóstol llama en otro lugar el “poder de Dios para salvación” (Ro 1.16).

Con tal poder a nuestra disposición, a veces nos sentimos decepcionados cuando encontramos que hay varios capítulos dolorosos en el libro de la gracia. Para la mayoría de las personas, la palabra “poder” da a entender transformación instantánea y logro fácil. Muchas veces olvidamos que la gracia es un maestro de escuela que ha aparecido con instrucciones muy específicas.

En Tito 2.12 descubrimos esta enseñanza. Este maestro ha aparecido para “[enseñarnos] que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente”. Podemos aprender a decir no al pecado y a los deseos mundanos. Podemos aprender en qué consiste la santidad, y también encontrar maneras acertadas de adquirirla y demostrarla. Además, podemos hacer esto aquí y ahora, aunque nuestro entorno parezca poco receptivo. Y es solo por medio de la gracia de Dios que podemos tratar de tener una vida recta.

Este aprendizaje puede tomar tiempo, pero el progreso en esta escuela es tanto un tributo a la gracia de Dios, como son los cambios inmediatos que a veces se producen en una persona después de ser salva.

Thursday, August 13, 2015

UNA INVITACIÓN ESPECIAL | Dr. Charles Stanley

La salvación es apenas el primer paso de la vida en Cristo. 

Leer | Génesis 12.1-8

13 de agosto de 2015

Dios, el Creador del universo, nos elige. Y lo hace, no solo para salvarnos de la eternidad en el infierno. Su amor va más allá de eso. Él quiere tener una relación estrecha con nosotros. Lo cual requiere:

Compromiso. Dios prometió que haría de Abraham una nación grande. Le pidió al futuro patriarca que le demostrara su acatamiento obedeciendo la orden de dejar su tierra para ir a una tierra desconocida. El compromiso del Señor para con nosotros es claro. Nos rescató del pecado por medio de su Hijo Jesús, envió el Espíritu Santo para morar en nosotros, y nos prometió vida eterna. Nuestro compromiso es la obediencia, tanto en actitud interior como en acciones exteriores.

Comunicación clara. Para desarrollar una relación cercana, dos personas se expresarán pensamientos y sentimientos profundos, y se escucharán mutuamente con atención. Dios nos habla de sí y de sus planes por medio de las Sagradas Escrituras, y Él también está dispuesto a escuchar (Sal 10.17). El tiempo que pasamos orando y meditando en su Palabra revela nuestro compromiso con la comunicación, que incluye escuchar, hablar y entender.

Franqueza. Dios nos habla sinceramente de lo que somos, de la condición del mundo, y de la única solución: Jesucristo. Nos dice claramente las verdades difíciles sobre nosotros, pero también nos alienta y nos ayuda en nuestros esfuerzos por obedecerle. Nuestra parte consiste en ser francos con Él en cuanto a nuestros pensamientos, acciones y emociones.

La salvación es apenas el primer paso de la vida en Cristo (Jn 3.16). ¿Ha aceptado usted la invitación de relacionarse con Dios?

Wednesday, August 12, 2015

NUESTRO FUNDAMENTO FIRME | Dr. Charles Stanley

Nuestro fundamento firme

Como embajadores de Dios en la Tierra, tenemos la responsabilidad de extender su compasión a las personas cuyas vidas se están derrumbando. 

Leer | Lucas 6.46-49

12 de agosto de 2015

Dios tiene maneras de sacudir al mundo. Literalmente, causó un temblor cuando Jesús murió en la cruz, y Hebreos 12.26 describe un tiempo en el futuro cuando el mundo experimentará una demostración semejante de su poder y su presencia.

Asimismo, Dios permite hoy que los fundamentos de nuestro mundo sean sacudidos, ya sean las alianzas políticas, los sistemas financieros u otras formas de seguridad humana. Entonces podemos ver la fragilidad de las estructuras en las que hemos basado nuestras esperanzas.

Las personas también son sacudidas cuando una familia experimenta una crisis, o un matrimonio comienza a deshacerse. Si hemos construido sobre los frágiles cimientos de la sabiduría humana, del orgullo y del amor condicional, las cosas pueden parecer estar bien durante un tiempo, pero colapsarán cuando golpee la tormenta.

Aunque la adversidad nos afecta a todos, podemos tener paz al saber que Dios siempre tiene un propósito mayor cuando permite trastornos en nuestro mundo. Los tiempos difíciles pueden sacarnos de la apatía, recordándonos que no debemos confiar en nosotros mismos o en las cosas de este mundo. Hay solo un fundamento seguro: una relación profunda y genuina con Jesucristo, quien estará con nosotros en todas las turbulencias.

No basta con que disfrutemos de la seguridad de saber que nuestra “casa” está construida sobre un fundamento sólido. Como embajadores de Dios en la Tierra, tenemos la responsabilidad de extender su compasión a las personas cuyas vidas se están derrumbando.

Tuesday, August 11, 2015

ADVERSIDADES AUTOINFLIGIDAS | Dr. Charles Stanley

Dios a menudo utiliza nuestros propios errores como herramientas para captar nuestra atención.

Leer | Salmo 119.65-72

11 de agosto de 2015

Las dificultades que enfrentamos se originan de una de tres fuentes. Algunas son enviadas por Dios para probar nuestra fe, otras son el resultado de los ataques de Satanás, y otras se deben a nuestras decisiones pecaminosas.

Al considerar estas tres causas, creo que la mayoría de nosotros diría que la más difícil de soportar es la última, porque no tenemos a nadie a quien culpar sino a nosotros mismos, y porque nos parece que nada bueno aportarán. Después de todo, la Biblia dice que cosecharemos lo que hemos sembrado (Gá 6.7), por lo que no vemos nada por delante, excepto una cosecha dolorosa.

Lo que esta manera de pensar no toma en cuenta es la capacidad redentora del Señor. Aunque Él nunca promete eliminar las consecuencias del pecado, sí puede usar nuestros fracasos para enseñarnos a temerle, aborrecer el mal y caminar en obediencia. Las lecciones difíciles que aprendemos pueden también convertirse en nuestra protección contra el pecado en el futuro. Al haber experimentado el dolor producido por nuestras decisiones, somos más propensos a no tomar el mismo camino otra vez.

Dios a menudo utiliza nuestros propios errores como herramientas para captar nuestra atención. Él no impedirá que sus hijos dejen de ser castigados por su pecado, porque sabe que éste nos roba bendiciones, oportunidades y también la oportunidad de mejorar nuestro carácter.

Por más dolorosa que pueda ser su situación, dé gracias al Padre celestial por amarle y disciplinarle. Cuando aprendemos de la experiencia, las cicatrices del pecado pueden llevar a la restauración, y a una nueva y más estrecha relación con nuestro Señor y Salvador.

Monday, August 10, 2015

NO DESAPROVECHE SUS ADVERSIDADES | Dr. Charles Stanley

Aunque no podemos ver todos los detalles del plan de Dios, sabemos que su propósito es utilizar nuestra adversidad para darnos algo que nos falta. 

Leer | Santiago 1.2-4

10 de agosto de 2015

¿Está usted desaprovechando sus tribulaciones? Cada vez que Dios permite que usted atraviese una prueba es porque tiene un propósito para ella. El Señor desea que le ayude a crecer espiritualmente, y no que le hunda en la desesperación y el desaliento. Si usted responde de la manera adecuada, la prueba que pareciera destruirle se convertirá en instrumento de bendición.

La respuesta más natural a la adversidad es suplicar al Señor que nos la quite. Si eso no funciona, es posible que nos enojemos o tratemos de encontrar la salida de la dificultad o del dolor con nuestros propios medios. A veces, le echamos la culpa a otros por los problemas. Y, en verdad, es posible que otra persona haya causado el problema, pero Dios lo permitió. No importa dónde se origine la aflicción, quiénes estén involucrados, o qué tan mala sea, en el momento que la aflicción llega ya ha sido impregnada por el amor del Padre celestial, y moldeada para lograr su buen propósito. La pregunta es: ¿Colaborará usted con Él, o se negará a hacerlo?

Tal vez la enseñanza clave se encuentra en el versículo 4 de la lectura de hoy. Dios quiere usar nuestra prueba para desarrollar en nosotros madurez espiritual, pero a menos que permitamos que ella haga su trabajo, perderemos esa oportunidad. Si pudiéramos prever todos los beneficios que el Señor ha destinado que logren nuestras pruebas, tal vez seríamos más cooperadores.

Aunque no podemos ver todos los detalles del plan de Dios, sabemos que su propósito es utilizar nuestra adversidad para darnos algo que nos falta. Aunque la experiencia sea dolorosa, descanse en los brazos consoladores del Padre celestial, y permita que Él haga su obra perfecta en usted.

Friday, August 7, 2015

LOS EFECTOS ADVERSOS DEL TEMOR | Dr. Charles Stanley

Sin importar a lo que le tema, recuerde que Dios nunca le rechazará y desea darle respuesta a todas sus necesidades.

Leer | Mateo 6.25-34

7 de agosto de 2015

Todos sabemos que el temor produce ansiedad,  y que tiene consecuencias. Aquí tenemos algunas maneras de cómo el temor crea caos en nuestra vida y afecta a quienes nos rodean.

El temor ahoga los pensamientos y las acciones. Crea indecisión que resulta en paralización. He conocido a personas talentosas que postergan las cosas indefinidamente para no arriesgarse al fracaso. Las oportunidades perdidas causan erosión de la autoestima.

El temor puede ser un estorbo para los planes que Dios tiene para sus hijos. Cuando somos dominados por las emociones negativas, no podemos lograr los propósitos que Él tiene en mente para nosotros. La falta de confianza en uno mismo obstaculiza la fe en lo que el Señor puede hacer por medio de nosotros.

El temor puede llevar a hábitos destructivos. Para insensibilizar el dolor de la angustia y el desasosiego, algunos recurren a las drogas y al alcohol.

El temor roba la paz y el contentamiento. Cuando estamos siempre con temor, nuestra vida se centra en el pesimismo y la tristeza.

El temor crea dudas. Dios promete una vida abundante, pero si nos rendimos a las cadenas del temor, lo más probable es que no vivamos en la abundancia que Él ofrece.

Sin importar a lo que le tema, recuerde que Dios nunca le rechazará y desea darle respuesta a todas sus necesidades. Él alimenta las aves del cielo y viste la hierba con el esplendor de los lirios. ¿Cuánto más, entonces, cuidará de los que hemos sido hechos a su imagen? Nuestra única preocupación debe ser obedecer al Padre celestial, y dejarle las consecuencias.

Thursday, August 6, 2015

EL PODER DE LA CRUZ | Dr. Charles Stanley

El Señor nos hace libres de prácticas y adicciones pecaminosas, dándonos el poder para vivir victoriosamente en la justicia de Él.

Leer | Romanos 1.16, 17

6 de agosto de 2015

La escena de la cruz es una paradoja.  Ella muestra el poder de Dios en lo que parece ser el momento más débil de la vida de su Hijo. Con las manos y los pies clavados en un madero, Jesús se veía totalmente impotente. Además, estaba el hecho de que permaneció allí mientras la multitud lo abucheaba, diciendo: “Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz” (Mt 27.40).

La fortaleza no siempre se revela de manera dramática; a veces, se demuestra por la resolución de sufrir. ¿Qué poder mantuvo al Señor Jesús en la cruz, cuando con decir una sola palabra podía haber sido libre? Fue el amor divino lo que lo mantuvo allí. Con el destino eterno de la humanidad en juego, Cristo colgó en la cruz hasta que aseguró nuestra salvación.

Sin embargo, el poder de la cruz no cesó cuando Jesús finalmente terminó su sufrimiento, entregó el espíritu y murió. Su muerte abrió la puerta de la salvación a todas las personas —todos los que pasan por ella por fe son perdonadas por cada pecado, y tienen garantizado un lugar en el cielo.

Pero después de la salvación, el poder de la cruz sigue presente en la vida de los creyentes. Millones de personas han sido transformadas como resultado de la victoria del Salvador sobre el pecado y la muerte. El Señor nos hace libres de prácticas y adicciones pecaminosas, dándonos el poder para vivir victoriosamente en la justicia de Él.

¿Ha dejado usted que la cruz cambie su vida? El Señor no impone los beneficios de ella a nadie. Los ofrece gratuitamente a todos los que quieran creer en Él y andar en sus caminos. Con cada paso de fe que damos, se hace mayor en nosotros la poderosa obra de Dios.

Wednesday, August 5, 2015

LA JUSTICIA Y LA MISERICORDIA DE LA CRUZ | Dr. Charles Stanley

La justicia castigó al pecado, y la misericordia salvó a los pecadores.

Leer | Romanos 3.23-27

5 de agosto de 2015

La cruz de Jesucristo nos presenta un dilema. Si el Padre celestial es bueno y amoroso, ¿por qué dejó que su Hijo soportara la agonía de la crucifixión? Desde nuestra perspectiva humana, no hay nada de amoroso en esta escena. Pero, al mirar más allá de lo evidente, veremos una maravillosa demostración de amor.

Para comprender lo que sucedió en la cruz, tenemos primero que entender que el Señor es absolutamente recto y justo. Él siempre hace lo que es correcto, y nunca actúa en contra de su naturaleza o de su Palabra. En cambio, la humanidad es pecadora y merecedora del castigo eterno. Dios no podía simplemente decidir perdonarnos, porque entonces dejaría de ser justo —la justicia requiere que se reciba un castigo por el pecado. O bien el Señor tenía que condenarnos a todos a sufrir su castigo, o necesitaba idear un plan que satisficiera su justicia, pero al mismo que le permitiera mostrar misericordia.

Antes de la fundación del mundo, Él ya había ideado ese plan (Ap 13.8): Su Hijo inmaculado vendría al mundo en carne y hueso para llevar nuestros pecados. El Padre puso sobre Él toda nuestra culpa y todo nuestro castigo. Gracias a que el pago hecho por el Salvador satisfizo plenamente la justicia divina, el hombre pecador  puede ahora ser declarado justo. La justicia castigó al pecado, y la misericordia salvó a los pecadores.

No importa quién sea usted o lo que haya hecho, si acepta el pago de Cristo hecho a su favor, será salvo. La misericordia y el amor de Dios se demuestran por el mismo acto que pareció cruel y horrible. Este era el único plan que podía salvarnos, y el Hijo perfecto de Dios era el único calificado para dar su vida en lugar nuestro. Y además, el Señor Jesús lo hizo con gozo.

Tuesday, August 4, 2015

ESPERAR CON FE | Dr. Charles Stanley

Así como al final aparece una pequeña planta, podemos confiar en que, con el tiempo, el resultado ordenado por el Señor se hará evidente.

Leer | Salmo 33.18-22

4 de agosto de 2015

Nuestra cultura no enseña la paciencia. Basta con ver la frustración de los conductores detrás de un auto que no comienza a avanzar al instante en que la luz del semáforo cambia a verde. Por un retraso de dos segundos, los ánimos se caldean y suena el claxon. Vivir en una cultura apresurada nos ha programado para esperar que todo se haga de inmediato, y eso incluye las respuestas a nuestras oraciones.

A veces, me he sentido impaciente y frustrado con el Señor cuando no ha actuado de acuerdo con mi plan. Incluso he intentado manipular las circunstancias para poder presentarle la solución, y pedir después su bendición. Pero lo que veo como una demora es el momento perfecto para Él. Un Dios omnisciente que creó al tiempo y lo gobierna, nunca puede estar retrasado.

Esperar en el Señor requiere fe. Solo porque no podemos ver lo que Él está haciendo, no significa que está inactivo. Nuestro Padre celestial trabaja fuera de nuestro mundo visible, arreglando y dirigiendo los acontecimientos para llevar a cabo su plan para nuestra vida. Su trabajo es como una semilla plantada profundamente en un jardín —no podemos ver el proceso bajo la tierra. Pero así como al final aparece una pequeña planta, podemos confiar en que, con el tiempo, el resultado ordenado por el Señor se hará evidente.

La solución a cualquier problema que usted esté enfrentando, está en las manos de Dios. Aférrese con firmeza a la verdad de que Él le ama, de que Él lo sabe todo, y de que su poder vence todos los obstáculos. Entonces podrá, confiadamente, andar por fe, no por vista, sabiendo que en sus planes, los buenos propósitos que Dios tiene se cumplirán. Con el tiempo, sus ojos verán la evidencia de su fidelidad.

Monday, August 3, 2015

ESPERAR EN EL SEÑOR | Dr. Charles Stanley

Solo el Señor sabe lo que es mejor para usted, déjese llevar y confíe en que la decisión de Él será el mejor camino.

Leer | Salmo 130.5-8

3 de agosto de 2015

Saber esperar por el momento correcto es fundamental para un hijo de Dios. Sin embargo, confiar en el tiempo de Él cuando no se tiene una dirección clara, o cuando las necesidades son apremiantes es extremadamente difícil. Porque queremos acción, esperar en Dios parece una actitud muy pasiva.

Esperar en el Señor significa hacer una pausa para recibir instrucciones en medio de las circunstancias que atravesamos. Es enfocarnos intencionalmente en Dios —la decisión de tener un corazón tranquilo que espera escuchar su voz y ver su intervención. La espera no es para que los hechos se produzcan como queremos, sino se haga la voluntad de Dios.

La voz del Señor viene a menudo por medio de su Palabra. Porque la Biblia es su libro de instrucción para nuestra vida, la silenciosa meditación en ella es esencial. A veces, cuando la leo, un pasaje me salta a la vista. La dirección que estoy buscando esta allí, casi como si mi nombre estuviera escrito en ella.

En algunas ocasiones, Dios cambiará una situación para dirigirnos en otra dirección o motivará a otra persona para que nos aconseje y oriente. Sin embargo, recuerde siempre que cualquier voz que nos ofrezca dirección, debe armonizar con la voluntad del Señor revelada en su Palabra; de lo contrario, no es de Él.

El primer paso es esperar en el Señor, acatando su decisión en cuanto a cómo y cuándo actuará. ¿Cuál es su esperanza en cuanto a lo que Dios hará? ¿Está buscándole con afán, o buscando solamente lo que quiere de Él? Puesto que solo el Señor sabe lo que es mejor para usted, déjese llevar y confíe en que la decisión de Él será el mejor camino.