He conocido a personas que saben que el Señor las ha llamado a hacer algo, pero están tan centradas en su aparente incapacidad, que siguen diciéndole: “No puedo”. ¿Se ha dado cuenta de que esto es una forma de rebelión? Equivale a decirle a Dios que Él no tiene la capacidad suficiente para equiparnos, y que llevar a cabo su voluntad dependerá de nuestras propias habilidades naturales.
Al ser llamado a sacar a los israelitas de la esclavitud, Moisés se quejó de que él no era la persona adecuada para esa tarea, y presentó la excusa de que no podía hablar bien (Éx 4.10). La respuesta de Dios puso de relieve que no solo era más que capaz de equipar a su líder escogido, sino que también había hecho planes para lograr sus propósitos con o sin Moisés.
El Señor es quién nos da la capacidad para vivir dentro de su voluntad. Tenemos esta promesa divina: Si le creemos y seguimos adelante con obediencia, Él nos mostrará lo que debemos hacer, y después nos capacitará para hacerlo. Filipenses 2.13 dice que Dios “es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. No hay nada que temer, usted nunca tendrá que hacer con sus propias fuerzas lo que Él le diga, y Dios no le dirá que haga algo sin su ayuda. El Padre se ha comprometido a equipar a sus hijos para que hagan lo que Él les pida.
Como seguidor de Cristo, usted tiene una responsabilidad personal: primero, decirle “sí” a Dios cuando Él le llame; y segundo, permitir que Él logre sus propósitos por medio de su vida. Él no le fallará. Ver la actividad de Él en su vida, fortalecerá su fe e impulsará el proceso de transformarle a la imagen de su Hijo.
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