Monday, December 1, 2014

NO TEMA | Dr. Charles Stanley

No tema

Piense en la vez que los discípulos se encontraban en las turbulentas aguas del Mar de Galilea. 

Leer | Mateo 14.22-34

1 de diciembre de 2014

Podemos esperar en algún momento de la vida ser sacudidos por las turbulencias. Tal vez ya hemos experimentado algunas, y podemos estar seguros de que vendrán más. Nuestra situación puede ser tan grave que nos preguntamos: ¿Cómo voy a salir de esto? 

Piense en la vez que los discípulos se encontraban en las turbulentas aguas del Mar de Galilea. La Biblia nos dice que las olas golpeaban su embarcación, y que el viento les era contrario. En medio de la tormenta, los discípulos pensaron que veían a un fantasma que se les acercaba. Estos hombres adultos, algunos de los cuales eran experimentados pescadores, gritaron atemorizados. Su temor no disminuyó hasta que se dieron cuenta de que era Jesús caminando hacia ellos.

¿Qué sucedió cuando reconocieron que era el Señor? Recibieron . . .

• Consuelo en medio de la crisis. Se tranquilizaron cuando se dieron cuenta de que Jesús estaba con ellos y de que Él los cuidaría.

• Valentía para enfrentar la prueba.Pedro encontró la valentía para obedecer a Jesús y salir de la barca.

• Confianza para su futuro. Entendieron que la presencia de Jesús no podía alejarse por los severos vientos.

¿Qué olas o vientos le están azotando? ¿Tiene temor? Pídale al Señor que le muestre su presencia en su situación y que llene sus sentidos con esa conciencia. Cierre sus ojos, e imagínelo a su lado sosteniéndole fuertemente. Deje que sus oídos escuchen su susurro de confianza y amor. Llene su mente con el conocimiento de sus promesas y sea fortalecido por la fuerza, el consuelo y el valor que Él ofrece.

 

Friday, November 28, 2014

VIVIR POR ENCIMA DE LAS CIRCUNSTANCIAS | Dr. Charles Stanley

Vivir por encima de las circunstancias

La mayoría de las personas reaccionan de otra manera a las dificultades. 

Leer | Filipenses 1.12-18

28 de noviembre de 2014

Pablo escribió su carta a los Filipenses durante un largo e injusto encarcelamiento. Sin embargo, esta corta epístola está llena de gozo. Nunca se queja o culpa a nadie de su situación, porque había aprendido a vivir por encima de sus circunstancias.

La mayoría de las personas reaccionan de otra manera a las dificultades. Primero, en un intento por sentirse mejor, tratan de culpar a otros por el problema. Luego, se quejan para inspirar compasión, y por último, buscan una salida a la situación, y eso, por lo general, agrava las cosas.

Pablo sabía que había una estrategia para vivir por encima de sus circunstancias, que consistía en un cambio de enfoque. En vez de examinar su problema y quejarse del mismo, buscó fortaleza en Dios. De sus labios brotó la alabanza: “Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor” (Fil 3.8).

Dios quiere escuchar nuestras aflicciones e incluso la ira o confusión que sentimos por nuestras pruebas, pero también quiere que confiemos en que Él nos sacará adelante. Enfocarse en el Señor y alabarlo no significa fingir que nos agrada pasar por tiempos difíciles —porque eso no sería sincero. Pero podemos reconocer honestamente que Él está en control de la situación, y que guiará cada uno de nuestros pasos, tal como lo prometió (Pr 3.5, 6).

Los creyentes tenemos dos opciones: Podemos regodearnos en la autocompasión, o podemos mirar a Jesucristo y aprender a vivir por encima de nuestras circunstancias. ¿Cuál de las dos elegirá usted?

 

Thursday, November 27, 2014

EL ALCANCE DE NUESTRA GRATITUD | Dr. Charles Stanley

El alcance de nuestra gratitud

Nuestro Dios es bueno y Él ha prometido estar con nosotros en cada circunstancia.

Leer | 1 Tesalonicenses 5.12-24

27 de noviembre de 2014

¿Se ha dado cuenta de que la Biblia contiene mandatos, pero no la explicación de cómo cumplir con ellos? Sabemos que la Biblia contiene todo lo que necesitamos saber para obedecer a Dios. Sin embargo, a veces desearíamos recibir instrucciones detalladas. Por ejemplo, el versículo 18 del pasaje de hoy dice simplemente: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.

Ahora bien, ¡esas sí que son palabras mayores! Nos apresuramos a dar gracias al Señor por las bendiciones, tales como un nuevo bebé, una nueva casa, o un nuevo trabajo, pero ¿qué de la enfermedad, del dolor, de las dificultades o de las pérdidas? ¿Cómo podemos estar agradecidos por tales cosas? La respuesta es que no podemos —a menos que reconozcamos que Dios trae o permite el dolor y las dificultades en la vida por sus buenos propósitos para con nosotros, y para su gloria.

José es un ejemplo de esta verdad. Sus hermanos lo vendieron como esclavo, pero Dios usó su difícil situación para salvar la vida de muchas personas, entre ellas a sus mismos hermanos (Gn 50.20). Cuando elegimos la gratitud en vez de la amargura, reconocemos que el Señor es bueno, incluso cuando las circunstancias no lo sean.

Hay muchas cosas que nunca seremos capaces de entender en este mundo, pero hay algo de lo que podemos estar muy seguros: Nuestro Dios es bueno. Además, sus propósitos son buenos, y Él ha prometido estar con nosotros en cada circunstancia. Si creemos esto, podemos dar gracias en todo.


Wednesday, November 26, 2014

REVESTIDOS DE PODER | Dr. Charles Stanley

Revestidos de poder

El poder del Espíritu Santo es el control dinámico, sobrenatural y la autoridad de Dios. 

Leer | Lucas 24.44-49

26 de noviembre de 2014

El poder del Espíritu Santo es el control dinámico, sobrenatural y la autoridad de Dios. Es el poder que nos hace capaces de servir.  Pero lamentablemente, muchos creyentes tratan de realizar un trabajo sobrenatural confiando en sus fuerzas humanas.

El Espíritu de Dios habita en todos los creyentes. Pero hay una diferencia considerable entre tener el Espíritu Santo en nosotros, y el derramamiento de su poder en nuestra vida. Pensemos en la diferencia que hay entre un automóvil de cuatro puertas y un auto de carreras. Ambos vehículos corren, pero el motor del auto de carreras hace que éste sea mucho más poderoso que el sedán. Cuando el Espíritu de Dios le dé su poder, su rendimiento será como el de ese auto de carreras.

Pensamos con frecuencia que el poder del Espíritu Santo es solamente para los pastores y los misioneros. Pero la verdad es que este poder se ofrece a toda persona que esté dispuesta a servir a Dios. Para ello, primero debemos estar convencidos de nuestra insuficiencia. Esto significa reconocer que no podemos trabajar para Dios sin la ayuda de su Espíritu. Luego, es necesario confesar nuestro pecado a Dios y arrepentirnos para mantener comunión con Dios. Cuando dejamos intencionalmente que el pecado entre en nuestras vidas, ponemos trabas al poder del Espíritu Santo. Por último, cada persona que se apropie del poder divino necesita tener una vida de oración firme.

Cuando confiamos en que Dios nos dará lo necesario para realizar el trabajo que nos llama a hacer, somos revestidos de poder. ¿Está puesta su confianza en usted o en Él?

 

Tuesday, November 25, 2014

PREPARADO PARA LA BATALLA | Dr. Charles Stanley

Preparado para la batalla

Un soldado que no está preparado no podrá resistir al enemigo.

Leer | 2 Timoteo 3.16, 17

25 de noviembre de 2014

Un soldado que no está preparado no podrá resistir al enemigo. Puesto que los creyentes estamos en guerra con Satanás, debemos entrenarnos sabiamente para que nuestro corazón permanezca limpio y nuestro testimonio se mantenga fuerte. He aquí una guía para prepararnos para la batalla:

• Los soldados tienen que reconocer que hay una guerra. La Biblia es clara: El diablo está decidido a destruir a los santos. Por esta razón, debemos ver nuestra vida como un campo de batalla (1 P 5.8).

• Los soldados tienen que conocer al enemigo. Los métodos y los engaños de Satanás están registrados en la Biblia. Sabemos que sus palabras son engañosas, pero también muy tentadoras.

• Los soldados tienen que ser entrenados. Cada día, tenemos la oportunidad de demostrar confianza en Dios, incluso en cuanto a las cosas más sencillas. Lo cual nos preparará para enfrentar con valor y sabiduría las decisiones futuras y la adversidad.

• Los soldados tienen que saber cómo utilizar sus armas. La Palabra de Dios y la oración son muy útiles en la lucha contra Satanás; ellas nos animan el corazón y nos guían en la toma de decisiones.

• Los soldados tienen que resistir la propaganda. Satanás utilizará cualquier medio para cautivarnos —cosas buenas y malas. Por eso los creyentes tenemos que ser sabios al decidir lo que permitimos que entre a nuestras mentes.

Un soldado preparado es un creyente con una mente y un corazón llenos del Señor y de su Palabra. El guerrero lleno del Espíritu Santo será un vencedor contra los ataques de Satanás.

 

Monday, November 24, 2014

EL GRITO DE GUERRA DEL CREYENTE | Dr. Charles Stanley

El grito de guerra del creyente

Los creyentes tenemos el poder de Dios y su orden de mantenernos firmes.

Leer | Efesios 6.10-14

24 de noviembre de 2014

Cuanto más grande es nuestra influencia para el reino de Dios, más se esfuerza Satanás para despertar frustración, dudas y ansiedad. El apóstol Pablo escribió una carta a los creyentes de Éfeso para advertirles en cuanto a ese asunto.

Satanás detesta a quienes agradan al Señor con su estilo de vida, y reúne las “fuerzas espirituales de maldad” para atacar la mente, el cuerpo y el espíritu del creyente (Ef 6.12). Su principal objetivo es desviar nuestra atención del Señor para que nuestra relación con Él sufra y nuestro testimonio se debilite o se arruine. El diablo no puede arrebatar nuestro espíritu de la mano de Dios (Jn 10.29), pero se conforma con hacer de nuestra vida un caos.

Pablo aconsejó a los creyentes: “Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza” (Ef 6.10). No podemos defendernos de un ataque de Satanás confiando en nuestras propias fuerzas. El adversario es más fuerte y más inteligente que aun los hombres y las mujeres más inteligentes. Pero Dios nos da poder continuamente por medio del Espíritu Santo, quien es mucho más grande que Satanás y sus engañosos planes (1 Jn 4.4).

Los creyentes tenemos el poder de Dios y su orden de mantenernos firmes. Eso significa que debemos confiar en el Señor y esperar con paciencia a que Él intervenga. Tenemos que ser como un soldado en el campo de batalla, que afirma sus pies en el terreno, se pone su escudo y está listo para enfrentar al enemigo que se acerca. La guerra ya ha sido ganada —nuestra alma le pertenece a Dios— pero la batalla por nuestro testimonio en este mundo sigue con furia. ¡Cobre aliento, y no emprenda la retirada!

 

Saturday, November 22, 2014

¿NECESIDAD O DESEO? | Dr. Charles Stanley

¿Qué necesita usted para llegar a ser la persona que Dios le ha llamado a ser?

Leer | Romanos 8.32

22 de noviembre de 2014

En Filipenses 4, Pablo declara: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (v. 19). Cuando leemos ese pasaje y lo aplicamos a nuestra vida diaria, debemos tener el cuidado de interpretarlo correctamente.

Primero necesitamos entender la diferencia que hay entre necesidades y deseos. Una necesidad es algo indispensable para llegar a ser las personas que Dios desea que seamos, o para llevar a cabo las cosas que nos ha llamado a hacer. Por otra parte, un deseo es algo que creemos que nos traerá alegría a la vida. La palabra clave aquí es alegría, que se refiere a un placer temporal; nos inclinamos a desear cosas que nos traigan felicidad por un tiempo, pero que luego se desvanecen.

Es importante señalar que no hay absolutamente nada malo en tener un deseo, siempre y cuando esté dentro de la voluntad de Dios. Él es un Padre tierno y maravilloso que se deleita en derramar con abundancia su gracia sobre nosotros (Mt 7.11). Sin embargo —y esto es muy importante— debemos recordar que Dios nunca promete suplir todos nuestros deseos. Él, sin duda, nos concede muchos de ellos, pero solo a su discreción y para su propia gloria. Así pues, si usted no puede tener la casa que desea, por ejemplo, eso no es una indicación de que Dios no sea fiel.

¿Qué necesita usted para llegar a ser la persona que Dios le ha llamado a ser? ¿Qué desea que le ayudará a tener más alegría en la vida? Mantenga una lista de ambas cosas, y haga de las dos categorías una parte regular de su vida de oración.