¿Ha estado usted cooperando con la obra de Dios en su vida?
Leer | Efesios 5.15-17
14 de noviembre de 2014
Para hacernos siervos útiles para su reino, Dios sabe que es necesario romper nuestro ego.
Nuestro Padre celestial nos ve tal como somos, y por eso tiene en la mira las actitudes de orgullo, envidia, ira y resentimiento que necesitan ser confrontadas para que el amor y la verdad de Dios fluyan por medio de nosotros (Ef 4.31, 32). Para generar el cambio, Él ejercerá presión sobre nosotros, y mantendrá la presión hasta que respondamos. El Señor quiere solamente lo que sea bueno para nosotros, y hará lo que sea necesario para producir cambios en nuestra manera de pensar, y también en nuestras actitudes, acciones y prioridades.
Recuerdo cuando el personal de nuestra iglesia era mucho más pequeño. Teníamos que producir dos programas de televisión en vivo, además de cumplir con las demás responsabilidades. Por consiguiente, trabajábamos muy duro. Finalmente, el gran agotamiento que experimenté me obligó a dejar de trabajar por tres meses. Me preguntaba qué pasaría en la congregación durante mi ausencia. Resulta que la iglesia creció en asistencia, en ofrendas, y en el trabajo, sin mí. El Señor sabía que el orgullo por mi posición de pastor sería un obstáculo para el servicio futuro. Por eso, tomó medidas para cambiarme.
Por medio de este tiempo de quebrantamiento, el Señor me enseñó una gran lección: Rendirse en obediencia a Dios es lo que hace valioso mi servicio a Él. ¿Ha estado usted cooperando con la obra de Dios en su vida? La transformación se producirá cuando se rinda al Padre celestial y coopere con su Santo Espíritu.
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