La comunicación con el Señor es una parte muy vital de la vida cristiana, y por eso necesitamos examinar lo que estamos haciendo.
Leer | 1 Juan 5.14, 15
15 de octubre de 2015
Dado que la oración es una práctica común de los creyentes, es fácil con el tiempo caer en hábitos que dan como resultado una vida de oración apática y vacía. En vez de tener una conversación dinámica con peticiones bien pensadas, y un oído activo a la respuesta de Dios, nuestras oraciones pueden parecerse más a una lista de compras. La comunicación con el Señor es una parte muy vital de la vida cristiana, y por eso necesitamos examinar lo que estamos haciendo. Comience por hacerse las siguientes preguntas:
- ¿Qué tan efectivas son mis oraciones? ¿Está Dios respondiendo sus oraciones?
- ¿Por quiénes estoy orando? ¿Son la mayoría de sus peticiones por usted, o por los demás?
- ¿Qué le pido al Señor que haga? ¿Ha buscado en su Palabra lo que Él quiere, o está tratando de que intervenga de acuerdo con sus planes?
- ¿Cuándo oro? ¿Solamente en situaciones de emergencia, o cuando necesita algo?
Si descubrió algún egoísmo en sus oraciones, no es la única persona. Muchos tenemos problemas para entrar en la presencia de Dios con nuestros ojos centrados en Él. La única manera para orar con impacto se consigue llenando nuestra mente con la Palabra de Dios para así conocer la voluntad del Señor.
Su vida de oración puede llegar a ser efectiva y dinámica si se acerca a Dios con un corazón limpio (Sal 66.18), alinea sus peticiones con la voluntad del Señor, y cree que Él hará lo que dice (Mr 11.24). Entonces podrá orar con absoluta confianza, sabiendo que Él escuchará y responderá sus oraciones.
Biblia en un año: Marcos 6-7
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.