Thursday, April 2, 2015

LAVADOS Y LIMPIADOS PARA SERVIR AL MAESTRO | LeAnne Benfield Martin

Jesús lavó los pies de los discípulos para darnos un ejemplo de amor y servicio.

Leer | Juan 13.1-17, 31-35

2 de abril de 2015

Esta no era la primera fiesta pascual de los discípulos, pero sería la última con su Maestro. Sin embargo, ellos no lo sabían cuando se reunieron en el aposento alto para la cena. El Séder les recordaba la sangre untada sobre las puertas de las casas de sus antepasados. La presencia de esa sangre había salvado a los hebreos del ángel de la muerte (Éx 12.23), y convencido a Faraón de dejarlos salir de Egipto y de la esclavitud. Los discípulos no entendían que su Maestro era el Cordero del sacrificio cuya sangre sería untada pronto por todos sus corazones. Su sangre los haría libres para siempre, y también a nosotros, de la esclavitud al pecado y la muerte.

Mientras se servía la cena, Jesús se puso de pie. Todos los ojos le siguieron mientras se quitaba su manto y se ceñía una toalla a la cintura. Los hombres estaban intrigados por lo que Él estaba haciendo, pero no se atrevieron a preguntar. Después de llenar una palangana con agua, el Señor se arrodilló y comenzó a lavar los pies del primer discípulo. Después se movió al siguiente, y luego a cada uno de los demás.

¿Había perdido Jesús el juicio? Los discípulos intercambiaron miradas nerviosas y se retraían cuando las manos de su Maestro tocaban sus pies. ¿Cómo podía Él rebajarse y hacer una acción tan indigna y humilde? Ellos nunca habían imaginado hacer una cosa así. “Por favor, no lo hagas”, quisieron decirle. “Deja que un sirviente haga esto”.

Pedro, siempre el vocero, trató de detenerlo. Jesús le aseguró que algún día lo entendería, pero que, por ahora, debía dejar que hiciera el lavamiento. En ese caso, también las manos y la cabeza, dijo Pedro. Pero Jesús le dijo que solamente sus pies necesitan ser lavados, puesto que ya se había bañado para la celebración.

Jesús sabía, por supuesto, que uno de estos amigos no estaba limpio. Durante tres años, Judas había visto a Jesús personalmente, sirviendo, enseñando y amando. Pero, a pesar del privilegio de ser testigo de todo esto, Judas tenía sus propios planes y prioridades. Así pues, con los pies recién lavados por las manos de Dios, el traidor guiaría pronto a los soldados y a los funcionarios religiosos adonde podían arrestar al Señor.

Jesús lavó los pies de los discípulos para darnos un ejemplo de amor y servicio. Cuando dijo que los discípulos no eran mayores que su Maestro, Él también nos tenía a nosotros en mente. Sin que hubiese ninguna razón para ser humilde, Jesús nos dio un ejemplo de humildad. Él nos manda a hacer lo mismo por amor a Él y a los demás.

Una noticia así puede ser tan difícil de tragar como las hierbas amargas del Séder. Ante una habitación llena de pies que necesitan ser lavados, ¿qué tan dispuestos estamos a ceñir nuestras toallas? Para nosotros, servir puede significar llevar a una cita médica a una persona anciana, visitar regularmente a los enfermos, ayudar a una madre soltera con el cuidado de sus hijos o reparar cosas en su casa. En esta Pascua, que podamos llegar hasta otros con manos dispuestas y corazones limpiados por la sangre del Maestro.

— LeAnne Benfield Martin

 

Wednesday, April 1, 2015

PREPARACIÓN PARA EL VALLE | Dr. Charles Stanley

Por mucho que podamos anhelar permanecer en la cima, Dios no nos mantiene allí.

Leer | 1 Pedro 4.12-19

1 de abril de 2015

El propósito principal de una experiencia en la cumbre es prepararnos para el valle. Es por eso que no podemos permanecer en la cima. Cuando Pedro, Jacobo y Juan bajaron del monte de la Transfiguración (Mt 17.1-9) encontraron muchas dificultades que al final les llevaron a ver al Señor colgado en una cruz.

Por mucho que podamos anhelar permanecer en la cima, Dios no nos mantiene allí; al final, tenemos que volver a las vacías y polvorientas planicies de la vida. Su intención es que seamos fortalecidos por la adoración a Él y por su Palabra  —para seguir con nuestra rutina del lunes, preparados para dejar una huella en los demás. Si Jesús caminara entre nosotros hoy, pasaría su tiempo en las calles, en las esquinas y en los lugares donde pocos de nosotros, por nuestro orgullo, quisiéramos ser vistos.

Los tres discípulos, sin duda, habrían querido permanecer con el Señor en la montaña, pero ese no es el propósito de una euforia espiritual. El objetivo es que Dios pueda revelarse a nosotros de una manera nueva. Para ello, nos prepara para regresar a los lugares donde tenemos que enfrentar las tareas que preferiríamos evitar. Las realidades de la vida no son para evadirlas. Dios quiere que aprendamos a vivir cada día bajo la dependencia de su Espíritu.

El Señor estaba utilizando el tiempo en la cumbre con el fin de preparar a Pedro, Jacobo y Juan. Cuando Dios nos lleva a una cumbre, no lo hace con la intención de que nos quedemos allí. Él da experiencias espirituales especiales para fortalecernos y hacernos más eficientes al involucrarnos en la vida real.

 

Tuesday, March 31, 2015

LA NECESIDAD DE UN SACRIFICIO | Dr. Charles Stanley

Ahora, en vez de llevar un cordero al altar, descansamos en el Cordero de Dios.

Leer | Levítico 17.11

31 de marzo de 2015

Si usted alguna vez trató de leer toda la Biblia, probablemente tuvo la misma reacción de muchos cristianos cuando llegan al libro de Levítico: ¿Qué significan todos esos sacrificios de animales? ¿Imagina lo que era tener que traer un cordero para degollarlo cada vez que quería confesar un pecado?

Tendemos a reflexionar en todos esos sangrientos sacrificios, y pensamos: ¡Qué bueno que eso no tiene que ver conmigo! Pero si pasamos demasiado rápido por encima de ellos, no veremos lo que le costó al Salvador nuestra salvación. Es que Él fue nuestro sacrificio de sangre. La redención no se habría llevado a cabo si Él hubiera muerto por nosotros mientras dormía, porque “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (He 9.22).

Los israelitas tenían el recordatorio constante del costo del pecado. Pero hoy, puesto que no hemos tenido la experiencia de sacrificar a miles de animales, normalmente tomamos nuestra salvación a la ligera, sin darnos cuenta de lo que ella requirió. Los azotes y la crucifixión de Cristo fueron una escena sangrienta y desgarradora. Su horror debe movernos a la gratitud por lo que Él hizo para comprar nuestra salvación. Sin el derramamiento de su sangre, nuestro destino serían el infierno y la separación eterna de Dios.

Ahora, en vez de llevar un cordero al altar, descansamos en el Cordero de Dios, quien se ofreció como sacrificio por nuestras transgresiones. Su sangre lavó nuestros pecados para que podamos estar un día en el cielo, cantando alabanzas al Cordero que nos compró con su sangre (Ap 5. 9, 10).

 

Monday, March 30, 2015

EN ESPERA DE LA REDENCIÓN | Dr. Charles Stanley

Aunque las situaciones de nuestra vida parezcan sin sentido, recordemos que nuestro omnisciente Dios conoce el tiempo perfecto para resolverlas.

Leer | Gálatas 4.4-7

30 de marzo de 2015

Adán y Eva comieron del fruto prohibido, y así entró el pecado en la creación. Experimentaron la separación inmediata de su Hacedor y, desde ese momento, toda la creación comenzó a anhelar la redención.

Los profetas del Antiguo Testamento hablaron acerca de un Mesías que vendría. Durante siglos, los israelitas esperaron esperanzados. Sin embargo, debieron de haberse preguntado por qué Dios estaba esperando tanto tiempo, y tal vez hasta dudaron de que viniera algún día.

Pero había un panorama más grande que ellos no podían ver. Desde nuestra perspectiva, miles de años después, podemos atar cabos y entender las razones por las que Dios escogió el momento en que envió a Cristo.

Por ejemplo, cuando Alejandro Magno conquistó gran parte del mundo, extendió el griego por todo el imperio en crecimiento. Entonces, los hebreos tradujeron el Antiguo Testamento al griego. Como resultado, muchas más personas pudieron escuchar la verdad y conocer al Salvador.

Después, los romanos derrotaron a muchos pueblos y construyeron nuevas carreteras para los viajes. Las carreteras y los mares eran más seguros durante su gobierno que en épocas anteriores, por lo que fue más fácil para los discípulos de Jesús difundir el mensaje del evangelio.

Ahora vemos claramente que Dios no se retrasó —Él conocía el momento perfecto para enviar a su Hijo. De la misma manera, aunque las situaciones de nuestra vida parezcan sin sentido, recordemos que nuestro omnisciente Dios conoce el tiempo perfecto para resolverlas, y por tanto podemos confiar en Él.


Saturday, March 28, 2015

TE PONDRÁ JEHOVÁ POR CABEZA | Charles H. Spurgeon

“Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola.” Deuteronomio 28:13.

Si obedecemos al Señor, Él forzará a nuestros adversarios a ver que Su bendición descansa en nosotros. Aunque esta sea una promesa de la ley, sigue siendo válida para el pueblo de Dios, pues Jesús ha quitado la maldición, pero ha establecido la bendición.

Corresponde a los santos mostrar a los hombres el camino mediante una santa influencia: no deben ser la cola, ni han de ser arrastrados por aquí y por allá por los demás. No debemos ceder al espíritu de la época, sino que hemos de forzar a la época ue rinda homenaje a Cristo. Si el Señor está con nosotros, no anhelaremos tolerancia para la religión, sino que buscaremos sentar a la religión en el trono de la sociedad. ¿No ha constituido el Señor a los miembros de Su pueblo como sacerdotes? En verdad ellos deben enseñar y no ser aprendices de las filosofías de los incrédulos. ¿No somos hechos reyes en Cristo para reinar sobre la tierra? ¿Cómo, entonces, podemos ser los siervos de la costumbre, los esclavos de la opinión humana?

¿Has tomado tú, querido amigo, tu verdadera posición por Jesús? Demasiadas personas están calladas porque son apocadas, si es que no son cobardes. ¿Hemos de permitir que el nombre del Señor Jesús sea mantenido en la oscuridad? ¿Acaso nuestra religión ha de ir rezagada como una cola? ¿No debería más bien guiar el camino y ser la fuerza gobernante en nosotros y en otros?


La Chequera del Banco de la Fe. Traducción de Allan Román

VERDADERAMENTE LIBRES | Jaime A. Hughes

El viaje de Valeri y Valentina Seleznev a En Contacto fue largo y lleno de incertidumbre, pero cada paso del mismo fue tomado por fe.

Valeri Selznev es un hombre al que uno no puede evitar ver arriba porque, como técnico de mantenimiento de Ministerios En Contacto, normalmente está encaramado en lo más alto de una escalera, ya sea cambiando una bombilla o reparando un aire acondicionado. Pero no importa en lo que esté trabajando, Valeri nunca deja de saludar a quienes pasan por donde él está. Su cálida sonrisa y su simpatía hacen que sea difícil imaginar que hace veinte años era un funcionario del Partido Comunista que fue etiquetado como desleal a la Unión Soviética. Entendiendo que no era seguro permanecer en su país, huyó a Occidente con su esposa Valentina, sin saber lo que les esperaría en otro país. 

Pocas semanas después de que los Seleznev se enteraron de que estaban bajo sospecha, tomaron un avión en Moscú con destino a Nueva York. Estuvieron en el aire por diez horas —tanto en sentido literal como figurado. Habían adquirido sus papeles por medios indirectos, y no estaban seguros de que serían válidos. Ni de que al llegar se les permitiría entrar a los Estados Unidos, o si serían obligados a regresar al país que amaban pero del cual habían tenido que huir.

Continúe leyendo Verdaderamente libres.

Friday, March 27, 2015

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO | Dr. Charles Stanley

La obra del Espíritu Santo

¿Se ha rendido usted al control del Espíritu Santo?

Leer | Gálatas 5.16

27 de marzo de 2015

El Creador tiene un plan específico para la vida de cada persona, y Él ha ordenado los talentos, las habilidades y las circunstancias de acuerdo a sus planes (Ef 2.10). Cuando nos conectamos con el propósito de Dios para nosotros, sentimos una profunda satisfacción y un gran gozo. Pero es importante entender que no podemos alcanzar los propósitos del Señor por nosotros mismos; solo gracias a su poder y su dirección podemos alcanzar el éxito.

En Juan 16.33, Jesús nos advirtió que los problemas son parte de la vida. Pero al olvidar fácilmente lo débiles que somos, tendemos a asumir los retos con nuestras propias fuerzas e ingenio. Por eso, cuando las tentaciones, las pruebas, la crítica, el chisme y la persecución asaltan, muchos tenemos la tendencia a tratar de tomar el control de nuestra vida.

Durante algún tiempo, la vida puede llegar a parecer buena de esa manera. Pero a la larga, la autosuficiencia crea un caos, lo cual interfiere con el cumplimiento de los propósitos de Dios.

La verdad es que, a veces, tenemos que fracasar para darnos cuenta de nuestra total dependencia de Dios. Él amorosamente doblega nuestro orgullo, al enseñarnos que no podemos tener una vida abundante si no obedecemos la dirección del Espíritu Santo.

¿Se ha rendido usted al control del Espíritu Santo? Acepte su propia debilidad, y reconozca el poder, la omnisciencia y la sabiduría del Espíritu. El Señor no le llama a ser perfecto —pues es humanamente imposible. Lo que Él quiere es que usted renuncie al control, y le permita vivir en y a través de usted.