Uno de los principales obstáculos para la oración efectiva, es la falta de confianza.
Leer | Mateo 21.21
25 de julio de 2015
Uno de los principales obstáculos para la oración efectiva, es la falta de confianza. Si creemos que Dios es quien dice ser, y que hará lo que ha prometido, ¿por qué dudamos al orar? En vez de caminar con fe, venimos al Señor “con la esperanza” de que nos escuchará y responderá nuestras peticiones, pero sin tener la confianza de que lo hará. Con esta manera de pensar no podemos esperar recibir nada de Él.
Una razón por la que somos tan propensos a dudar es que no somos capaces de ver a Dios trabajando en nuestras circunstancias. Le pedimos, y no pasó nada. Pero el Señor no es un mozo de hotel que salta para hacer lo que le pidamos. Él ve el pasado, el presente y el futuro, y conoce el momento adecuado para cada respuesta. Su mano invisible ya está en acción en beneficio nuestro, disponiendo las situaciones para llevar a cabo su voluntad, abrir los corazones, y prepararnos para recibir lo que Él quiere darnos.
La ignorancia es otro motivo para la incertidumbre. Si no conocemos los caminos del Señor, nos sentiremos decepcionados por su respuesta. Muy a menudo nuestras oraciones están acompañadas de expectativas de cómo Él va a actuar. Por eso, cuando Él no interviene de acuerdo con nuestro plan comenzamos a dudar. Pero poner nuestra fe en el Señor y confiar en sus caminos buenos y perfectos, nos da estabilidad mientras esperamos su respuesta.
Para vencer las dudas, pase tiempo en la Palabra de Dios. Entonces comenzará a entender lo que Él quiere lograr en su vida. Examine su pasado desde una perspectiva bíblica; su fe crecerá cuando vea las maneras inesperadas como el Señor respondió sus oraciones.
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