Gálatas 6.1-10
Un amigo al que rindamos cuentas es capaz de percibir lo que nosotros no podemos ver cuando las debilidades nos bloqueen la visión. Esa persona sirve como un instrumento en las manos de Dios para apuntalar nuestro crecimiento espiritual y velar por lo que sea mejor para nosotros. Al elegir a este tipo de confidente, busque que reúna las siguientes características:
1. Temeroso de Dios. Una persona que ande en el Espíritu ofrecerá la sabiduría verdadera basada en principios bíblicos, más que en una opinión personal.
2. Fiable. Independientemente de lo que usted comparta con esa persona, debe estar seguro de que ella mantendrá todo en la más estricta confidencialidad.
3. Acogedor. Debe permitirle seguir siendo usted mismo, con sus flaquezas y todo, y no tratar de rehacerle en alguien “perfecto”.
4. Valeroso. Un buen compañero para la rendición de cuentas le confrontará con la verdad de manera amable, aun cuando duela (Ef 4.15).
5. Perdonador. La confianza se crea cuando se perdonan los errores.
6. Edificador. No escoja a alguien que tenga una actitud excesivamente crítica que le hará sentirse indigno. El amor edifica y construye (Ef 4.29). Nunca destruye.
7. Alentador. Elija a alguien que se regocije con usted mientras le anima.
Todos necesitamos de alguien que sea capaz de decir lo que debemos escuchar sin hacernos sentir amenazados. La rendición de cuentas ofrece controles que promueven el crecimiento espiritual y nos protegen de peligros. Si usted no tiene todavía un creyente confidente, pídale a Dios hoy que le dé a esa persona.
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