Wednesday, December 31, 2014

LA LUZ DE LA VERDAD | Dr. Charles Stanley

La luz de la verdad

Vivir sin la verdad bíblica es como caminar por un bosque de noche. 

Leer | Salmo 119.97-106 

31 de diciembre de 2014

Una persona reflexiva no vaga por la vida tomando decisiones según lo que vea o le parezca mejor. Actuar en base a los sentimientos pondrá a una persona a merced de Satanás, quien utiliza artimañas, engaño y medias verdades para esclavizarlas al pecado. No obstante, las personas sabias pueden evitar la trampa de las malas decisiones y las consecuencias negativas.

La única fuente perfectamente confiable de la verdad es la Biblia. Vivir de acuerdo con los principios bíblicos protege a los creyentes de los engaños del enemigo. Éste puede tratar de engañar con contradicciones claras a la verdad. El mayor peligro es la mentira que contiene un elemento de verdad, lo que la hace convincente y difícil de refutar.

Puesto que las medias verdades circulan libremente hoy, es vital que los cristianos podamos discernir entre la verdad y la versión retorcida de la realidad que enseña Satanás. Si tomamos una decisión basada en una mentira, es probable que nos apartemos de la voluntad del Señor y atraigamos sobre nosotros dolor y vergüenza. Pero Dios ha hecho provisión para nuestras debilidades. Nos ha dado su Palabra y su Espíritu para que podamos llenar nuestra mente con la verdad, y aplicar sus preceptos con la ayuda del poder divino.

Vivir sin la verdad bíblica es como caminar por un bosque de noche. La oscuridad es tan densa que tropezamos una y otra vez. Pero cuando usamos la Biblia como directriz podemos ver el engaño en el camino, como un leño caído, y evitar que nuestro testimonio sea destruido (Sal 119.105).

 

Tuesday, December 30, 2014

CÓMO PONER VERDAD EN NUESTRA VIDA | Dr. Charles Stanley

Cómo poner verdad en nuestra vida

El cristiano que ha tomado la decisión de hacer de la verdad de Dios el fundamento de su vida, necesita comenzar en algún punto. 

Leer | Santiago 1:23-25

30 de diciembre de 2014

Cuando yo era adolescente y nuevo creyente, tomaba la deteriorada Biblia de mi madre cuando necesitaba saber el parecer de Dios sobre algún asunto. En la parte posterior de ella había una lista de temas con versículos (en ese entonces no sabía que eso era una concordancia). Buscaba algún asunto, anotaba los versículos de la Biblia, y después los leía para tener la respuesta. Fue con esta sencilla actividad como empecé a aplicar la Palabra a mi vida.

El cristiano que ha tomado la decisión de hacer de la verdad de Dios el fundamento de su vida, necesita comenzar en algún punto. Primero, debe identificar un aspecto que requiera atención. Después, buscar en una concordancia bíblica los versículos relacionados con el tema. Los pasajes formarán una guía de cómo debe ser la vida del creyente.

El Espíritu Santo proporciona el material que se necesita para hacerlo. Haciendo uso de la dirección, el poder y la sabiduría del Espíritu, ponga nuevas verdades en su vida practicando lo que lea. Veamos ejemplos del tema de la mayordomía. Mateo 6.24 enseña que no podemos servir a Dios y al dinero; por tanto, nuestra actitud debe cambiar. Y puesto que el que toma prestado es siervo del que presta (Pr 22.7), contraer deudas debe ser evaluado cuidadosamente. Así es como las nuevas maneras de pensar reemplazarán las viejas.

Es buena idea tomar nota —literalmente— de los resultados de nuestra obediencia a las instrucciones de Dios. Llevar un registro de cómo Él provee para nuestras necesidades, y del crecimiento de nuestra fe, nos inspirará a seguir aplicando la Palabra a nuestra vida.

 

Monday, December 29, 2014

LAS PALABRAS DE NUESTRA BOCA | Dr. Charles Stanley

Las palabras de nuestra boca

Pídale al Espíritu Santo que le muestre la verdad en cuanto a las palabras que usted usa.

Leer | Salmo 19.12-14

29 de diciembre de 2014

Nuestras palabras pueden ser herramientas para hacer mucho bien. Por ejemplo, podemos hablar a nuestro Padre celestial a favor de nosotros mismos y de otros; podemos comunicar la verdad de Jesucristo y cantar alabanzas; podemos capacitar, motivar, animar y alertar; y podemos expresarnos lealtad unos a otros.

Sin embargo, nuestras palabras tienen también el poder de hacer daño. Se comienza normalmente con algo pequeño —un comentario breve acerca de un conocido. A veces, podemos expresar nuestra opinión de una manera acusadora o, por curiosidad, hacer una pregunta que provoque una respuesta negativa. Las preguntas y los comentarios que hacemos pueden sembrar semillas de duda y desconfianza que dañen la reputación de otra persona. Otra palabra para esto es “chisme”.

Dios habla fuertemente en contra del chisme–separa a los amigos íntimos, traiciona la confianza y provoca disensiones. Observe cómo identifica Dios a los acompañantes del chisme: Romanos 1.29, 30 los describe con términos tales como injusticia, perversidad y avaricia, y también como detractores y aborrecedores de Dios. El Señor toma en serio nuestras palabras.

Pídale al Espíritu Santo que le muestre la verdad en cuanto a las palabras que usted usa, y que ello transforme cualquier actitud del corazón que pueda incitar al chisme. “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mt 12.34). Sea alguien que proteja la reputación de otros, ya sean familiares, compañeros de trabajo, creyentes o no. Sea una bendición con sus palabras.

 

Saturday, December 27, 2014

EL DIOS QUE NOS CONSUELA | Dr. Charles Stanley

El Dios que nos consuela

Aunque tenemos tiempos de alegría, todos experimentamos dificultades y adversidades en la vida.

Leer | 2 Corintios 1.3-7

27 de diciembre de 2014

Aunque tenemos tiempos de alegría, todos experimentamos dificultades y adversidades en la vida. A veces, podemos llegar a preguntarnos si el Señor nos entiende o nos presta atención. La verdad es que sí nos entiende, y que sí se preocupa, al punto que envió a su único Hijo para rescatarnos de nuestro pecado. Pero además, nos ama y nos consuela cuando sufrimos.

Si usted busca la palabra consolaciónen el diccionario, con toda seguridad encontrará una definición. Sin embargo, vea Juan 14.16, y descubrirá un significado totalmente diferente. En este versículo, Jesús define el trabajo y el ministerio del Espíritu Santo, y lo llama “el Consolador”. Esa palabra significa “el que viene a estar a nuestro lado —el que viene en nuestra ayuda”.

Dado que los creyentes tenemos al Consolador en nuestro interior, no hay necesidad de buscar consuelo en nada más. No tenemos que acudir a la bebida, a las drogas, al entretenimiento, al sexo, a los viajes, ni a otras distracciones y placeres para escapar de nuestras pruebas y sufrimientos. Tenemos morando en nosotros la fuente de toda consolación, el Espíritu Santo.

Esto significa que cuando nos sintamos afligidos o incapaces de seguir adelante, podremos esperar un pequeño susurro inaudible que nos aliente, diciendo: “Si podrás, porque yo estoy aquí”. Si usted discierne la consolación del Espíritu Santo de Dios —Aquel que está con usted, no importa qué tristeza o dificultad esté enfrentando— eso vale más que cualquier cosa que este mundo pueda ofrecer.

 

Friday, December 26, 2014

EMANUEL: DIOS CON NOSOTROS | Dr. Charles Stanley

Emanuel: Dios con nosotros

Nuestro Padre celestial ha prometido estar con quienes ha redimido. 

Leer | Mateo 1.18-25

26 de diciembre de 2014

Los nombres tienen un gran significado en la Biblia. Jesús fue llamado Mesías en hebreo, que se traduce como Cristo en griego. Estas dos palabras lo designaron como el ungido que se convertiría en Rey. Emanuel fue otro nombre importante que se le dio, el cual significa “Dios con nosotros” (Mt 1.23).

Para entender lo importante que es tener a Dios con nosotros, piense en el efecto que tuvo esta bendición en tres personajes de la Biblia. Primero, la presencia del Señor fue la razón por la que Moisés se presentaba una y otra vez ante Faraón para exigir la libertad de los esclavos israelitas —la promesa de Dios le permitió superar su temor (Ex 3.12).

Segundo, después de la muerte de Moisés, Josué fue designado para introducir a Israel en la Tierra Prometida. Imaginemos lo que significaba para este nuevo líder estar consciente de que el Padre estaba siempre cerca. Como comandante, Josué enfrentaría muchos retos, incluyendo el viaje, los combates y la rebelión. Logró ser un líder valeroso porque sabía que el Señor nunca lo abandonaría.

Tercero, como un joven pastor y después como rey, David conocía bien la presencia del Señor (1 S 17.372 S 7.18). En el Salmo 23escribió que en sus momentos más sombríos, no tendría temor porque Dios estaba con él.

Nuestro Padre celestial ha prometido estar con quienes ha redimido (Is 43.1, 2). Si usted ha recibido a Jesús como su Salvador personal, entonces su Espíritu Santo mora en su interior. No importa lo que pase en su vida, Dios permanece con usted para fortalecerle, guiarle y alentarle.

 

Thursday, December 25, 2014

EL PRÍNCIPE DE PAZ | Dr. Charles Stanley

El Príncipe de Paz

Cristo no solo logró nuestra paz con Dios; también nos da su paz. 

Leer | Isaías 9.6, 7

25 de diciembre de 2014

El pasaje bíblico de hoy es uno de los típicos de Navidad. Nos encanta que un niño haya nacido en un establo, y que el Hijo de Dios nos haya sido dado desde el cielo. También encontramos mucho consuelo en sus nombres: “Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (v. 6). Pero de vez en cuando podemos preguntarnos por qué hay tanto caos e inseguridad en el mundo si Jesús es el Príncipe de Paz. Aunque este versículo es, básicamente, una profecía en cuanto al futuro reino de Cristo, los títulos del Señor reflejan también su razón para venir al mundo hace 2.000 años, y de su actual ministerio para con nosotros.

La primera responsabilidad de Jesús, como el Príncipe de Paz, fue reconciliar a la humanidad pecadora con su Padre. Al pagar el castigo de los pecados del mundo, Él hizo posible que todos los que crean en Él tengan paz con Dios (Ro 5.1). Cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador personal, nuestros pecados son perdonados y nos convertimos en miembros de la familia de Dios.

Cristo no solo logró nuestra paz con Dios; también nos da su paz (Col 3.15). Esta es una sensación de tranquilidad, calma y serena confianza que no depende de las circunstancias. Es como las profundidades del mar durante un violento huracán; hay turbulencia en la superficie, pero a 30 metros de profundidad, todo está tranquilo.

Con el agite de la Navidad, la serenidad es algo que todos anhelamos, pero a menudo parece fugaz. La única manera de tenerla es dejando que el Príncipe de Paz gobierne nuestras vidas.

 

Wednesday, December 24, 2014

LA PAZ DE CRISTO | Dr. Charles Stanley

La paz de Cristo

Nuestra primera reacción en situaciones preocupantes, debe ser leer y meditar en las Sagradas Escrituras. 

Leer | Juan 14.25-28; 16.1-7

24 de diciembre de 2014

¿Ha pensado usted alguna vez en la sociedad en la que nació el Salvador? Cantamos “Noche de paz, Noche de amor”, pero la paz y la serenidad caracterizaron poco al tiempo en que el Señor Jesús vivió. En los dos años siguientes a su nacimiento, Herodes se sintió muy amenazado por la noticia de la llegada del rey judío. Su reacción fue ordenar la matanza de todos los niños de Belén, de dos o menos años de edad. Pero Dios protegió a Jesús advirtiendo a José que llevara a su familia a Egipto (Mt 2.13-16).

Las violentas y peligrosas condiciones del imperio Romano no mejoraron con el tiempo. La pobreza y la esclavitud eran comunes, y las crucifixiones públicas infundían temor. En los últimos días antes de morir en la cruz, Jesús le prometió a sus discípulos darles su paz, y les dijo que no tuvieran temor (Jn 14.27); pero también les dijo que los dejaría (v. 28), y que serían odiados, expulsados de las sinagogas e incluso asesinados (15.18; 16.2).

Por estos versículos, es evidente que la paz de Cristo no es un producto de las circunstancias tranquilas. Lo cual es una buena noticia, porque no importa cuán caótica pueda ser nuestra vida, podemos tener serenidad por medio del Espíritu Santo que vive dentro de cada creyente. 

Es por eso que nuestra primera reacción en situaciones preocupantes, debe ser leer y meditar en las Sagradas Escrituras. Luego, al obedecer los mandamientos de Cristo, su vida fluye a través de nosotros como la savia de la vid a una rama (Jn 15.1-5, 10). Jesús describió esto como una relación permanente. Y dondequiera que more el Espíritu de Cristo, allí también estará su paz.