En el pasaje de hoy, leemos cómo Moisés soportó tiempos difíciles: por medio de la fe. Todo creyente enfrentará tiempos de dificultades. Lo que hay que recordar es que los tiempos difíciles son . . .
Inevitables. “El hombre nace para la aflicción, como las chispas vuelan hacia arriba” (Job 5.7 LBLA). Todos experimentaremos tiempos difíciles. Tendremos presiones económicas, problemas familiares y de salud, dificultades laborales, oposición dentro de la iglesia —la lista de problemas que podríamos enfrentar es interminable. Por tanto, es esencial que aprendamos a reaccionar de la manera que Dios desea.
Capaces de destruirnos o de hacernos crecer. ¿Alguna vez ha notado usted cómo algunas personas reaccionan de manera diferente frente a las mismas situaciones? Algunas se vuelven más reflexivas, mientras que otras se desmoronan o incluso son destruidas por la prueba. Nuestra reacción dependerá de la perspectiva que tengamos.
Superables. La clave está en aprender a caminar conscientes de la presencia de Dios. Moisés fue una demostración de esto al buscar liberar al pueblo de Israel de la esclavitud egipcia. Había aprendido a “ver” al Dios invisible caminando a su lado, y a estar consciente de su presencia. Moisés no puso su atención en los egipcios, en el poder de Faraón, ni en los hijos de Israel. Su atención estuvo puesta en Dios.
¿Qué tan consciente está usted de la presencia del Señor? ¿Cree en su protección y suficiencia? Moisés no siempre tuvo tal conciencia; tuvo que desarrollarla. Nosotros, también, la tendremos si buscamos al Señor.
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