El desánimo puede robarnos paz, alegría y optimismo. Pero le tengo una gran noticia si se siente desanimado: ¡No tiene que seguir así!
He conocido personas que parecían estar en una situación irremediable. Pero años más tarde, estaban en una situación excelente, ya fuera en términos de sus circunstancias o de sus emociones. ¿La razón? Nunca se dieron por vencidas. En vez de entregarse a la autocompasión, optaron por creerle a Dios, dar un paso de fe y salir del foso emocional.
Nehemías es un buen ejemplo. Tenía todas las razones para sentirse derrotado, ya que su pueblo estaba mal. Después de recibir la noticia de que el muro de la ciudad estaba destruido, este varón de Dios se sintió muy triste y desanimado. Pero hacerlo era peligroso, porque estar triste en presencia del rey se castigaba con la muerte.
Aunque el dolor inundaba su alma, Nehemías no se permitió quedarse en ese estado. Clamó a Dios por dirección, y Él le respondió con un poder maravilloso, haciendo que el rey notara el semblante triste de su siervo, y le preguntara qué podía hacer para ayudarlo. Este milagro llevó a la reconstrucción del muro y al rescate del pueblo de Dios.
El Señor puede tomar una situación irremediable, sea cual sea, y cambiarla de maneras mucho más maravillosas de lo que usted pueda imaginar. ¿Espera usted con ilusión lo que hará el Señor? ¿O ha decidido permanecer en la profundidad de la desesperación? Al igual que Nehemías, convierta su desánimo en una petición de ayuda a Dios. Él puede renovar sus esperanzas y evitar que las emociones negativas dominen su vida.
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